domingo, 7 de junio de 2020

La jungla de asfalto / La mirada del observador / Dos negras clásicas

Todo lo que necesitas saber sobre el trabajo de detective privado ...

Dos negras clásicas

"La jungla de asfalto"
W.R. Burnett

"La mirada del observador"
Marc Behm


Modestino
3 de enero de 2011



En la web de la Librería "Negra y Criminal" existe un apartado titulado "Imprescindibles" donde aparecen aquellas novelas que según el criterio de sus administradores son en la materia "lo mejor de lo mejor"; como me fío de Paco Camarasa y Montse, he puesto dicha lista entre mis aspiraciones lectoras. Algunos de ellos ya han entrado en la nómina de mis libros leídos -"La dama de blanco", "El asesinato de Rogelio Ackroyd", "Los sótanos del Majestic", "La voz del violín", "Un día volveré", "Roseanna", "Thotal Kheops", ...- y los otros espero vayan cayendo poco a poco. En los últimos dos meses del 2010 han pasado por mis manos -y mis ojos- dos de estas novelas negras imprescindibles, y a fe que puedo asegurar que son bien negras; una de ellas bien antigua, mientras la segunda es bastante posterior en el tiempo, pues fue escrita dos años después. No se parecen demasiado, pero las dos reunen los caracteres de estar ambientadas en unos escenarios notoriamente "negros" y haber sido escritas con enorme acierto. Estoy hablando de "La jungla de asfalto", de W.R. Burnett y "La mirada del observador", de Mac Behm.
















"La jungla de asfalto"
W.R. Burnett
RBA. Barcelona(2008)
281 páginas



Resumen:

Edwin Doc Riedenschneider, un criminal legendario que acaba de salir de la prisión, tiene un plan brillante para robar una joyería. En busca de apoyo financiero, propone la idea al abogado corrupto alonzo D. Emmerich. Emmerich acepta financiarlo y Doc prepara el golpe sin sospechar de las verdaderas intenciones de su protector. Para llevar a cabo el robo necesita reclutar a varios hombres: al experto en cajas fuertes Louis Ciavelli, al chofer Gus Minissi y al matón Dix Handley. El robo es todo un éxito y Dix y Doc llevan las joyas a su comprador, Emmerich que, arruinado y en bancarrota como consecuencia de un loco romance, intentará apoderarse de las joyas robadas.



"La jungla de asfalto" es un clásico de la literatura negra, como en su día también lo fue la película de John Huston basada en el libro y protagonizada, entre otros por Sterling Hayden y Marilyn Monroe en materia cinematográfica. Curiosamente en España llegó mucho antes el film que la traducción española de la novela y, la verdad, es que tanto ésta como la película son, desde mi punto de vista material completamente imprescindible. Ambas eran asignatura pendiente para mí, y tanto me ha entusiasmado el libro de Burnett que una de las primeras cosas que hice al terminarlo fue ir corriendo a la biblioteca para sacarme el DVD de la peli.


Cronológicamente William Riley Burnett es contemporáneo de Hammet y Chandler, los dos autores que junto a Ross MacDonald componen el triunvirato de los clásicos de la novela negra; no sabría explicar la posición de Burnett en estos elencos, pero pienso que no debería de andar lejos de esos teóricos tres grandes.

Estamos ante una novela en la que los protagonistas son los "malos", los policías aparecen tan sólo de refilón y el autor se centra en todos y cada uno de quienes preparan y ejecutan el golpe a una joyería que se convierte en el eje central de toda la trama. Porque "La jungla de asfalto" es, además de una novela de ambiente "negro", una novela de personajes, porque no nos muestra unos seres anónimos que cometen un delito, sino individuos de carne y hueso con sus historias personales, sus ambiciones, frustraciones y deseos. El "doctor" Riedenschneider, el "guapo" Dix, el letrado tramposo Emmerich, el cobarde Colby, ... todos ellos están perfectamente perfilados y suponen un incentivo de calidad e interés en la novela, haciéndola además más humana.














"La mirada del observador"
Marc Behm
RBA. Barcelona (2008)
256 páginas





Resumen:
Un detective fracasado recorre Estados Unidos tras la pista de una asesina, una mujer que liquida maridos tan pronto le llenan la cuenta bancaria y que podría ser su hija. Tal vez para expiar sus propias culpas, el hombre se dedica a borrar cualquier huella que pueda inculparla. La historia transcurre ágilmente a lo largo de tres décadas y narra en detalle más de cien asesinatos, que dan sustancia a una de las novelas policiales más perturbadoras que se hayan escrito jamás. Y sin duda una de las más originales, considerada por Le Monde en 1983 como la mejor novela del género publicada en Francia en una década.


"La mirada del observador" es una novela negra del todo, desde el principio hasta el final Behm nos describe un ambiente y unos personajes que reunen todos los elementos que definen al género: personas sin esperanza, psicopatías, crimen, crudeza, infancias desgraciadas y vidas durísimas. Encabeza el libro un excelente prólogo de Paco Camarasa, amante de la novela negra y dura, sin ningún género de dudas a la vista de lo que se moja con Behm.

Pero la novela no es solamente una manifestación notable del género negro, sino un libro bien escrito, que se lee con gusto y continuidad; y al mérito de escribir bien cabe añadir el que la trama, tal como está configurada por Marc Behm, no me parece nada fácil de plasmar en una novela. Quedan, eso sí, algunos cabos sueltos, pero entiendo que no se debe a fallo del escritor, sino a que éste voluntariamente quiere desarrollar la novela de esta manera. Y es que no se trata de una novela de acción "strictu sensu", sino de la narración de una huida hacia adelante, de una vida desenfrenada y definida por la locura.

Los dos personajes principales abarcan prácticamente todo el desarrollo de la novela; tanto eld etective, cuyo nombre no llegamos a saber, pues Behm se limita a denominarle "el ojo" como Joana Haris, una mujer desquiciada por la vida que va cambiando tanto de nombre como de aspecto externo, son dos magníficas representaciones de los personajes más típicos del "noir". Curiosamente, la relación entre ambos, bañada de violencias, dramas y muerte, acaba teniendo un algo de ternura y humanidad.

"La mirada del observador" es la típica novela que uno no sabe si recomendar, porque no es adecuada para todas las sensibilidades; es plato obligado para los frikis del "noir" y lectura interesante para los "chusmetas" como yo, pero habrá quien sienta herida su sensibilidad ante tanta crudeza. Eso sí, los que tenemos fe en Paco Camarasa teníamos que leerla.


CAJÓN DE SASTRE




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