Mónica Naranjo: «Me he dado cuenta que no sé nada sobre sexo»
Con motivo del estreno de su nuevo programa de televisión, 'Mónica y el sexo', la cantante catalana analiza en S Moda el analfabetismo sexual de los españoles, sus 25 años de carrera y los paralelismos entre sus comienzos y los de Rosalía.
CARLOS MEGÍA
16 SEP 2019 23:59
Camisa negra y tejanos. Durante el transcurso de la entrevista, se sirve del estilismo elegido para su cita ante las cámaras como ejemplo de la practicidad y la seguridad que le aporta el paso del tiempo: “Hace veinte años hubiera llevado algo más producido y pensado. Pero ya no hace falta, tengo experiencia. Cuantas menos cosas lleve, mejor”. Mónica Naranjo, la misma cantante que un par de décadas atrás protagonizó uno de los looks más singulares y controvertidos de nuestra historia mediática, muestra ahora una nueva faceta estilística –minimalista– pero también profesional. Este viernes 20 de septiembre llega a Cuatro Mónica y el sexo, una docuserie en la que la catalana recorrerá el mundo para descubrir la sexualidad en todas sus acepciones y ratificar, según afirma, su completa ignorancia sobre la materia. Charlamos con ella de lo aprendido durante el viaje, la sobreexposición a la pornografía, sus 25 años de carrera o el éxito internacional de una Rosalía que analiza con el poso de haber pasado ya por ese lugar.
Lo primero que me llama la atención de tu nuevo programa es su título. ¿La omisión del Naranjo es una declaración de intenciones o un mero homenaje al filme de Julio Medem?
El programa se llama así porque esta es Mónica. El Naranjo, aquí, sobraba.
¿Y en qué se diferencian la una de la otra?
Mónica Naranjo es una artista que lleva veinticinco años encima de un escenario en el que la gente ve una diva de la canción que se ciñe a un guion. Y el calificativo de diva es vuestro, ni siquiera mío. Mónica es diferente, no tiene nada que ver con todo eso. Es más sana, más directa y tiene menos drama. (Ríe a carcajadas).
Ahora que mencionas lo de diva, ¿cómo te llevas con el término? Da la impresión de que tiene connotaciones machistas porque solo se aplica a las mujeres.
Yo también se lo aplico a los hombres, también existen divos dentro de la lírica. Pero veo a todos mis compañeros por igual, a todos me los como a besos.
El programa está enfocado al sexo, sobre todo, desde un punto de vista femenino. ¿Cuál es el gran tabú que deben superar las mujeres en este terreno?
Aprender a comunicarse con la pareja en todos los aspectos e insistir cuando no se ha acabado. Nos lo hemos encontrado muchísimo en el programa y es un problema porque puede llevar a perder las ganas de tener sexo con la pareja. Y no puedes recriminarle nada al otro porque tampoco lo has comunicado. Parece que nos dé vergüenza a las mujeres decir que no hemos llegado al orgasmo.
Afirmas que aceptaste hacer este programa porque no sabías nada de sexo.
Y he acabado Mónica y el sexo ratificando que no tenía idea.
¿Percibes ese mismo desconocimiento en las nuevas generaciones?
Sí, porque ahora mismo existe un orden equivocado en cuanto al acceso a la sexualidad a través de las redes sociales o internet. El porno se tiene que introducir cuando una mente tiene experiencia y está madura. Antes no, no es sano.
Hay un debate actualmente en la opinión pública sobre la sobreexposición de los jóvenes a la pornografía e incluso la fiscalía lo ha relacionado con el aumento en el número de delitos sexuales en el último año (23%) por la cosificación de la mujer en este tipo de vídeos.
Los jóvenes no están preparados. Los tempos son fundamentales en el cerebro de un adolescente y no se puede construir la casa por el tejado. Los que somos padres tenemos la obligación moral de explicarle a nuestros hijos qué es la sexualidad: qué se van a encontrar, qué es un preservativo, un lubricante, la píldora… Cada vez se empieza antes a tener sexo y no vamos a poder evitarlo. Una vez ya se ha introducido una base de sexualidad sana, explícita y directa, poco a poco se van introduciendo otras cosas, porque la pornografía no es el sexo de verdad. Se está abusando tanto que cuando los chavales cumplen 18 años no tienen motivación, no tienen sexo, y se dan cuenta de que las prácticas sexuales con las chicas no son reales. He visto muchísimo porno antes de comenzar Mónica y el sexo y me he encontrado de todo. Películas que tienen una buena didáctica, pero también barbaridades. Nunca te vas a encontrar a una chica que quiera practicar sexo anal con quince señores. Eso no existe.
¿Crees entonces que debería regularse el acceso a la pornografía?
Con los menores sí, se debería. Es por salud, no están preparados.
El estreno de tu programa ha tenido un eco importante en la prensa y las redes sociales. ¿Por qué hablar de sexo da tantos clics?
Porque sigue siendo tabú cuando tendría que ser un tema divertido y complaciente, algo que pudiéramos compartir de manera orgánica. La sexualidad es salud, no es más que eso. En este último año me he dado cuenta de que las personas más abiertas sexualmente eran las más sanas, felices y rejuvenecidas del mundo. Al final, un corazón feliz es un rostro bonito.
Cumples 25 años de carrera musical este 2019. Si pudieras volver atrás, ¿qué habrías hecho distinto?
Nada. Yo solo me arrepiento de lo que no he hecho. Las dudas siempre me han matado…
¿Y de qué te arrepientes?
De muchas cosas, pero intento no recordarlas para no sentirme frustrada. La frustración es algo muy desagradable.
¿Es el panorama musical español ahora más rico o variado que cuando empezaste?
Es diferente, ha tomado otro camino y ha evolucionado. Antes el pop estaba en la cresta de la ola y ahora es el reggaeton o el trap.
Solo hay que ver la lista de éxitos de España en Spotify, dominada por completo por esos géneros. ¿Hubiera sido posible Mónica Naranjo en la España de 2019?
Me lo he preguntado muchas veces… Viendo el panorama, hubiera sido difícil.
Distinto por lo menos, ¿no?
A lo mejor me hubiera dejado influenciar y habría hecho otros géneros… Precisamente el otro día estaba en el estudio grabando un dueto con Gloria Trevi y llegó una parte de la canción que es un trap y pensé, ‘Esto es difícil de cojones’. Pero, ¿quién sabe qué pasará en el futuro? ¿quién me iba a decir a mí hace veinte años que estaría presentado un programa sobre sexo? Lo más interesante de vivir es no hacer planes. Cuando dejas que la vida te sorprenda no hay frustraciones; cuando no esperas nada, llega todo.
Convertiste tu pelo a dos colores en un icono que marcó la década de los 90 en España y que todavía hoy se sigue recordando. ¿Le das algún porcentaje de tu éxito a ese look tan personal y llamativo?
El 50%. Una imagen vale más que mil palabras. ¿Hubiera pasado lo mismo durante el lanzamiento de Desátame? No. La gente me vio salir del cielo en Sorpresa, sorpresa, con un pelo de dos colores peinado al zigzag, y eso supuso un anclaje brutal para la sociedad. Pensaron: ‘Y esta tía, ¿de dónde viene?’. Gracias a eso, se quedaron para ver qué cantaba.
Ahora que recordamos aquel tiempo, resulta imposible no establecer paralelismos con lo que vivimos actualmente con Rosalía. ¿Te ves reflejada en algo?
A Rosalía le están pasando cosas muy similares a las que viví yo. Sobre todo, la rapidez de todo lo que está sucediendo y lo joven que es. Rosalía ha hecho un trabajo exquisito, súper singular y la gente ha sabido captarlo y entenderlo. Cuando se editó Palabra de mujer también era algo muy singular. Sí que hay paralelismos, sí. Me alegro mucho porque es una gran artista, tiene mucho talento y el trabajo es exquisito.
Ha conseguido triunfar en mercados tan importantes como el estadounidense…
(Interrumpe) ¿Y no te hace sentir orgulloso que tengamos una artista tan internacional?
Mucho, pero también ha recibido críticas que la consideran como un producto de marketing. ¿Cómo explicas el fenómeno?
Las críticas van a existir siempre, yo también lo viví. Ella es excelente. Me acuerdo cuando criticaban a Camarón por fusionar el flamenco y en realidad era un visionario. Rosalía ha sabido fusionar muy bien el trap, el flamenco, la interpretación, la armonía tonal, las letras… Es normal lo que le está pasando porque es única.
Otro artista que tiene una gran repercusión es C. Tangana. Hace unos meses cancelaron uno de sus conciertos en Bilbao alegando que sus letras eran machistas. ¿Cómo te posicionas en este debate?
Son letras, por Dios. El problema del que estamos siendo testigos en la sociedad es que ahora todo se radicaliza mucho. Por esa regla de tres habría que prohibir el acceso a los escenarios a todos los reggaetoneros o a toda la gente del trap.
¿No estás de acuerdo con este revisionismo?
El arte siempre ha sido una exposición libre. Otra cosa es que tú desde casa escojas y decidas que no te gusta el cantante o su mensaje, pero cerrar puertas de esa manera, no. Mañana me la pueden cerrar a mí, vetándome de según qué escenarios por estar dentro de la comunidad gay. No hay que ser radical.
¿Nunca te ha preocupado que tu posición ideológica te cierre puertas? Ahora también tenemos reciente el caso de Luis Pastor…
Sé que nadie va a venir a decirme nada porque estoy defendiendo algo que es un derecho de nacimiento: la libertad de escoger a quién queremos amar.
Detuviste tu carrera un tiempo, llegando a afirmar que te daba “asco cantar”. ¿Cómo enfrentas ahora la gira Renaissance?
Cuando tienes mucha sobreexposición, estás constantemente encima de un escenario y te cansa cantar siempre el mismo repertorio con los mismos arreglos, sabes que es el momento de parar.
¿Cómo lo superaste?
Echándolo de menos. Al final, un trabajo como este hay que echarlo de menos.
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