viernes, 31 de marzo de 2023

Donald Trump, imputado por el presunto pago de dinero negro a la actriz porno Stormy Daniels


Varias personas despliegan una pancarta contra Trump frente al Tribunal Penal de Nueva York, el jueves.JUSTIN LANE (EFE)


Donald Trump, imputado por el presunto pago de dinero negro a la actriz porno Stormy Daniels

El republicano, candidato a la Casa Blanca en 2024, será el primer exmandatario estadounidense que se enfrente a cargos penales, aún por determinar, relacionados con el pago secreto a una actriz porno para comprar su silencio


MARÍA ANTONIA SÁNCHEZ-VALLEJO
Nueva York - 

Al final no ha sido ninguna de las grandes cuentas pendientes con la justicia la que ha acabado tumbando a Donald Trump, ni su papel en el asalto al Capitolio, ni el probado fraude fiscal de su emporio, condenado en diciembre en Nueva York; ni siquiera haberse quedado con documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca. El pago de dinero negro para tapar una aventura extramatrimonial en 2006, cuando su esposa Melania se recuperaba del nacimiento del hijo de ambos, será el motivo que lleve a Trump ante la justicia. Una causa menor en comparación con el resto, un simple asunto de alcoba, pero suficiente para hacer del republicano el primer mandatario de EE UU, activo o retirado, que se siente ante un tribunal. También el primer candidato presidencial, en su caso a la reelección en 2024, que arrastre cargos penales durante una campaña sobre la que se proyecta la sombra de la justicia.

Martin Scorsese regresa a Cannes con 'Killers of the Flower Moon'

Una imagen de 'The Killers of the Flower Moon'

Una imagen de 'The Killers of the Flower Moon'


Martin Scorsese regresa a Cannes con 'Killers of the Flower Moon'

37 años después de ganar el premio al mejor director con 'Jo, ¡qué noche!, el cineasta vuelve al festival con un filme protagonizado por Leonardo DiCaprio y Robert De Niro


31 marzo, 2023 

Martin Scorsese vuelve a la sección oficial del Festival de Cannes por primera vez desde 1986 con su última película Killers of the Flower Moon. Protagonizada por Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, el filme está ambientado en Oklahoma en la década de 1920 y narra los asesinatos en serie de varios miembros de la nación indígena Osage, asentada en una zona rica en petróleo. Esos crímenes llegaron a ser conocidos como 'el reinado del terror'.

jueves, 30 de marzo de 2023

'Un ballet de leprosos' / La novela inédita de un jovencísimo Leonard Cohen


Fotografía de juventud de Leonard Cohen que aparece en la portada de 'El ballet de los leprosos' (Lumen). Cedida a la editorial por los herederos de Leonard Cohen

Fotografía de juventud de Leonard Cohen que aparece en la portada de 'El ballet de los leprosos' (Lumen). Cedida a la editorial por los herederos de Leonard Cohen


'Un ballet de leprosos', la novela inédita de un jovencísimo Leonard Cohen

Lumen edita la historia escrita por el legendario cantautor y poeta cuando tenía poco más de 20 años y en la que da muestras tempranas de su inmenso talento literario

30 marzo, 2023 20:25GUARDAR LEONARD COHEN

Fernando Díaz de Quijano30 de marzo de 2023

Este jueves ha visto la luz en español una novela inédita de Leonard Cohen, Un ballet de leprosos. El legendario cantautor y poeta canadiense (Montreal, 1934-Los Ángeles, 2016) la escribió con poco más de veinte años, antes de iniciar una carrera musical que le llevaría a grabar más de veinte discos, alcanzar fama mundial, ganar seis premios Grammy y el Príncipe de Asturias de las Letras, y en ella ya da muestras de su excelente prosa, su aliento poético y su singular talento para contar historias y reflexionar sobre la naturaleza humana. 

De donde son los cantantes / Montreal entierra a su hijo Leonard Cohen

Leonard Cohen en el Festival de Glastonbury en 2008
Fotografía de Luke MacGregor
Montreal entierra 
a su ‘hijo’ Leonard Cohen

La ciudad natal del artista ocupó un espacio fundamental en su vida y en su universo creativo y ahora acoge sus restos


JAIME PORRAS FERREYRA
Montreal 13 NOV 2016 - 08:21 COT


La tumba de la familia Cohen en el cementerio Shaar Hashomayim en Montreal el viernes. 

Desde la noche del jueves, el exterior de la casa de Leonard Cohen en Montreal ha visto peregrinar a cientos de sus admiradores. Personas que entonan sus canciones más conocidas o que llevan bajo el brazo algunos de sus poemarios, veladoras erguidas en los escalones, ramos de flores, pancartas con mensajes de agradecimiento, un par de sombreros y una bolsa de bagels, los panes de origen judío que el artista comía con deleite a pocos metros de su hogar.

Monica Bellucci / Leonard Cohen / Dance Me To The End Of Love


Monica Bellucci - Leonard Cohen 
Dance Me To The End Of Love


miércoles, 29 de marzo de 2023

Werner Herzog / El odio contra sí mismo

Werner Herzog



Werner Herzog
El odio contra sí mismo
En el enfrentamiento de Herzog contra sí mismo radica su grandeza, su caricatura y su pathos, si es que todo esto no es uno y lo mismo.

Werner Herzog no se trajo la mochila de Bruce Chatwin, pero sí todo lo demás

 


Herzog con la mochila de Chatwin en una escena del documental sobre el escritor.

Werner Herzog no se trajo la mochila de Bruce Chatwin, pero sí todo lo demás

El cineasta recordó de manera conmovedora a su amigo al presentar en la Filmoteca de Cataluña su documental sobre el escritor


Jacinto Antón
Barcelona, 23 de octubre de 2021

Velada apasionante la del jueves en la Filmoteca de Cataluña con Werner Herzog evocando a su amigo Bruce Chatwin (fallecido de sida en enero de 1989) con motivo del pase del documental del gran cineasta sobre el no menos grande escritor viajero. Apasionante y conmovedora: un espectador confesó en el intensísimo coloquio posterior con el director haberse pasado llorando toda la película. “Es una película muy cercana a mi corazón”, dijo Herzog.

David Cronenberg / Entrevista de Viggo Mortensen

David Cronenberg
Foto de David Guerin

David Cronenberg


Uno de los cineastas más perturbadores de las últimas décadas da el salto a la novela. A los 73 años, ha debutado en la literatura con ‘Consumidos’, donde recrea el universo desasosegante que le ha distinguido, repleto de violencia y desenfreno sexual. Fascinado por el libro, Viggo Mortensen, su actor fetiche, conversa con él para ahondar en las obsesiones que alimentan su obra.


Vigo Mortensen
16 de abril de 2016


TRATÁNDOSE de David Cronenberg (Toronto, 1943), la originalidad, el ingenio, la preocupación por la tecnología y la carnalidad sin concesiones de su primera novela no deberían sorprender a nadie. Es una obra de arte atrevida y provocadora que tiene el alcance y la exactitud poética de las mejores novelas de Nabokov, la capacidad para intranquilizar y desarmar al lector y conseguir finalmente su complicidad. Sin embargo, en algunos medios seguramente será acusada de cualquiera de esos pecados que se inventan para compensar el miedo que muchas personas sienten ante el complejo funcionamiento y la inevitable decadencia de su cuerpo y de su mente.

martes, 28 de marzo de 2023

Las Cartas de Saul Bellow en Alfabia

 


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Las Cartas de Saul Bellow en Alfabia

José
30 de noviembre de 2011

Ha llegado a la librería el grueso y recomendable volumen que contiene una selección de cartas que Saul Bellow (1915-2005) escribió a lo largo de su vida; según el editor, Benjamin Taylor, cerca de dos quintas partes del total conservado.

Las setecientas páginas recogen unas 700 cartas, dirigidas a familiares, colegas escritores, etc, entre ellos Philip Roth, John Cheever, Alfred Kazin, Lionel Trilling, Martin Amis, a lo largo de unos 70 años: encontramos los diferentes rostros del escritor a lo largo de su vida, su energía exuberante, sus ansiedades, aunque curiosamente predomina una voz calmada, contrapié de la voz de sus novelas, en perpetua lucha frontal contra el mundo.

Los 100 de Arthur Miller

 


Ilustración de Charris


Los 100 de Arthur Miller

Celebramos al autor que encarnó la conciencia crítica de Estados UnidosArthur Miller. 



16 de octubre de 2015
Comprometido, arrogante, contradictorio... Pocas figuras literarias han mostrado tantas caras como Arthur Miller, que mañana sábado 17 hubiese cumplido cien años. Autor de obras como 
Todos eran mis hijosMuerte de un viajanteLas brujas de SalemPanorama desde el puente y Después de la caída (que acaba de reunir Tusquets en un volumen), ni sus creaciones ni su biografía dejan indiferentes. La fuerza de su teatro, su idilio con Marilyn Monroe, los duros años de la Caza de Brujas (marcados por la paranoia de McCarthy y el cuestionado papel de su viejo amigo Elia Kazan), su incursión en el cine, su matrimonio con Inge Morath y la extraña relación con su hijo Daniel son algunos de los puntos calientes de su existencia. 

Manuel Rodríguez Rivero / Sobre amores y -perdón- excrementos


Ilustración de Max

Sobre amores y —perdón— excrementos

Las cartas de amor de los escritores despliegan los detalles más íntimos de la seducción

James Joyce y Nora Barnacle (su apellido significa “percebe”, lo que quizás explique por qué nunca le abandonó) tuvieron su primera cita el 16 de junio de 1904, fecha que eligió el escritor para situar la acción de Ulises. El 4 de agosto del mismo año, menos de dos meses después del célebre encuentro, Nora recibió una carta de su enamorado en la que le decía: “Por los poderes apostólicos que me ha otorgado su santidad el Papa Pío X por la presente le doy permiso para acudir sin faldas a recibir la Bendición Papal que tendré el placer de otorgarle”. Como ven, la relación avanzó deprisa. Y a lo bestia. Adoro las cartas de amor de los escritores, sobre todo aquellas en las que se despliegan, ante los ojos de quien nunca debería leerlos, los detalles íntimos de la seducción, el recuerdo (o el conjuro) de las satisfacciones más carnales. Me siento como una especie de voyeur al que hubieran concedido el privilegio de observar sentimientos no impostados, privadísimos, incluyendo las tácticas y estrategias imaginadas para propiciar el encuentro amoroso.

sábado, 25 de marzo de 2023

Cinco relatos para empezar a leer a Ursula K. Le Guin


Ursula K. Le Guin


Cinco relatos para empezar a leer a Ursula K. Le Guin

Elías F. Combarro
1 de junio de 2019



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Ursula K. Le Guin.

Escribir esta sección me ha resultado, al mismo tiempo, difícil y placentero. Difícil porque escoger solo cinco relatos de Ursula K. Le Guin es una tarea prácticamente imposible. Su producción aúna cantidad y calidad como pocas, por lo que podrían hacerse varios artículos como este, todos ellos con cuentos de primer nivel. Es por ello que he decidido hacer un poco de trampa y, aunque he seleccionado solo cinco obras, no puedo resistirme a dejar caer algún que otro título un poco de tapadillo. Estoy seguro de que sabréis perdonarme cuando leáis los relatos.

Ursula K. Le Guin / Los que se van de Omelas

Ursula K. Le Guin



Ursula K. Le Guin

Los que se van de Omelas


Con un estruendo de campanas que hizo alzar el vuelo a las golondrinas, la Fiesta del Verano penetró en la deslumbrante ciudad de Omelas, cuyas torres dominan el mar. En el puerto, los gallardetes ponían notas multicolores en los aparejos de los buques. En las calles, entre las casas de tejados rojos y paredes encaladas, entre los tupidos jardines y en las avenidas flanqueadas de árboles, ante los enormes parques y los edificios públicos, avanzaban las procesiones. Algunas eran solemnes: ancianos vestidos con ropas grises y malvas, maestros artesanos de rostros graves, mujeres sonrientes pero dignas, llevando en brazos a sus chiquillos y charlando mientras avanzaban. En otras calles, el ritmo de la música era más rápido, un estruendo de tambores y de platillos; y la gente bailaba, toda la procesión no era más que un enorme baile. Los chiquillos saltaban por todos lados, y sus agudos gritos se elevaban como el vuelo de las golondrinas por encima de la música y de los cantos. Todas las procesiones avanzaban ascendiendo hacia la parte norte de la ciudad, hacia la gran pradera llamada Verdecampo, donde chicos y chicas, desnudos bajo el sol, con los pies, las piernas y los ágiles brazos cubiertos de barro, ejercitaban a sus caballos antes de la carrera. Los caballos no llevaban ningún arreo, excepto un cabestro sin freno. Sus crines estaban adornadas con lazos de color plateado, verde y oro. Dilataban sus ollares, piafaban y se pavoneaban; se mostraban muy excitados, ya que el caballo es el único animal que ha hecho suyas nuestras ceremonias. En la lejanía, al norte y al oeste, se elevaban las montañas, rodeando a medias Omelas con su inmenso abrazo. El aire matutino era tan puro que la nieve que coronaba aún las Dieciocho Montañas brillaba con un fuego blanco y oro bajo la luz del sol, ornada por el profundo azul del cielo. Había exactamente el viento preciso para hacer ondear y chasquear de tanto en tanto los gallardetes que limitaban el terreno donde iba a desarrollarse la carrera. En el silencio de los amplios prados verdes podía oírse cómo la música serpenteaba por las calles de la ciudad, primero lejana, luego más y más próxima, avanzando siempre, un agradable presente difundiéndose en el aire, que a veces reverberaba y se condensaba para estallar en un inmenso y alegre repicar de campanas.

viernes, 24 de marzo de 2023

Ursula K. Le Guin El día antes de la revolución

 


Ursula K. Le Guin

El día antes de la revolución

Traducción de María Elena Rius


Mi novela Los desposeídos habla de un pequeño Mundo de personas que se han dado el nombre de «odonianos». Este nombre deriva de la fundadora de la comunidad, Odo, quien vivió varias generaciones antes de la época en que se desarrolla la novela y que, por lo tanto, no participa en los acontecimientos (sino implícitamente, en el sentido de que todo ha comenzado con ella).

jueves, 23 de marzo de 2023

Ursula K. Le Guin / La anciana espacial


Ursula K. Le Guin

La anciana espacial

La menopausia probablemente es el tema menos glamoroso que se pueda imaginar; esto es interesante porque se trata de uno de los pocos temas al que algunos retazos y jirones de tabú aún se aferran. Una mención seria de la menopausia generalmente se topa con un silencio incómodo; una referencia despectiva a ella suele encontrarse con risitas disimuladas. Tanto el silencio como la risa son indicios bastante seguros de tabú.

Ursula K. Le Guin / Los desposeídos / Fragmento


Ursula K. Le Guin



Ursula K. Le Guin
Los desposeídos



En Los desposeídos: una utopía ambigua, publicada en 1974, Úrsula K. Le Guin presenta preocupaciones filosóficas muy pertinentes sobre los problemas del mundo actual: el enfrentamiento entre dos sociedades —Urras y su luna Anarres—, en el que las desigualdades económicas y políticas se reflejan de forma radical en el lenguaje y alteran sustancialmente la interpretación de la realidad.

De noche, en los campamentos de Proyectos, todo el mundo tosía. Durante el día tosían menos, estaban demasiado ocupados para toser. El polvo era el enemigo de todos, ese polvillo fino y seco que se adhería a la garganta y los pulmones; el enemigo y el mimado de todos, la esperanza. Antaño, ese mismo polvo había estado posado, opulento y oscuro, a la sombra de los árboles. Quizá, con el trabajo de todos, volviera a ser como antes.

miércoles, 22 de marzo de 2023

Ursula K. Le Guin / La versión de la esposa

 

Ursula K. Le Guin

La versión de la esposa


Era un buen marido. Un buen padre. No lo entiendo. No lo creo. No creo que sucediese. Vi cómo sucedía, pero no es verdad. No puede ser. Él siempre fue amable. Si lo hubieran visto jugando con los niños, nadie que lo hubiera visto con los niños hubiese pensado que tenía algo mal. Nada, ni tan siquiera un huesecillo. Cuando lo conocí, vivía aún con su madre, cerca del lago Primavera; yo los veía juntos, a la madre y los hijos, y pensé que merecía la pena conocer a un joven tan bueno con su familia. Luego, una vez que iba yo por el bosque, lo encontré solo. Volvía de cazar. No había cazado nada, ni un ratón de campo tan siquiera, pero no estaba enfadado por ello. Andaba retozando por allí, disfrutando del aire de la mañana. Fue una de las primeras cosas que me gustaron de él. No se tomaba nada a mal, no gruñía ni gemía cuando las cosas no salían a su gusto. Así que aquel día estuvimos charlando. Y supongo que las cosas fueron liándose a partir de entonces, porque muy pronto estaba aquí casi continuamente. Y mi hermana dijo (mis padres se habían mudado el año anterior y se habían ido al sur, dejándonos a nosotras aquí), mi hermana dijo, tomándome el pelo un poco, pero seria:

-¡Bien! ¡Si se va a pasar aquí todo el día y la mitad de la noche, supongo que ya no hay sitio para mí!

martes, 21 de marzo de 2023

Sara Mesa / "Los lectores se ganan escribiendo, no en las redes"

Sara Mesa


Sara Mesa: "Los lectores se ganan escribiendo, no en las redes"

La escritora publica 'La familia' (Anagrama), desolado retrato de las relaciones de unos padres y sus tres hijos, y de las consecuencias de años de silencios, secretos y mentiras


Nuria Azancot

14 de septiembre de 2022


Tras el éxito de su anterior novela, Un amor (2020), elegida por los críticos de El Cultural como el Libro del Año, Sara Mesa (Madrid, 1976) sigue a vueltas con la realidad y la imaginación en su nueva obra, La familia. Tímida y reservada, la escritora sevillana conversa hoy con El Cultural sobre las claves de una ficción en la que regresa a temas como la incomunicación, el amor, el maltrato y la soledad.

Sara Mesa / "La esencia de la literatura es el conflicto, no la perfección ni la belleza"

 

Sara Mesa
Foto de Sonia Fraga

Sara Mesa: "La esencia de la literatura es el conflicto, no la perfección ni la belleza"


Nuria Azancot

21 de noviembre de 2018


Una niña que ronda la adolescencia, Casi, y el Viejo, un anciano desahuciado, amante de los pájaros y de Nina Simone, son los protagonistas de Cara de pan, la última novela de Sara Mesa (Madrid, 1976). Una historia de descubrimientos, soledades y amistad que lanza Anagrama a finales de este mes.

lunes, 20 de marzo de 2023

Sara Mesa / “Si no te sientes deseada, como mujer estás perdida”

Sara Mesa


Sara Mesa: “Si no te sientes deseada, como mujer estás perdida”

El último libro de la escritora, ’Un amor’, es tan opresivo y a la vez liberador, y hasta cierto punto sórdido, como el resto



Laura Fernández
Barcelona, 2 de septiembre de 2020


Los personajes de las novelas de Sara Mesa (Madrid, 44 años) no son escritores pero lo parecen. Todos, de una forma u otra, se narran a sí mismos. Escriben cartas, como la Sonia de Cicatriz, o llevan un diario, como Casi en Cara de pan, o simplemente juegan a traducir a su propio idioma lo que les rodea, como Nat, la protagonista de su último libro, Un amor (Anagrama), tan opresivo y a la vez liberador, y hasta cierto punto sórdido, como el resto. “En todos los casos, se produce una ruptura de las expectativas, una pérdida de control sobre ese relato que les obliga a improvisar otro”, admite la escritora. Eso no impide que lleguen al lugar al que se dirigían, solo que no lo hacen como esperaban.

Sara Mesa / Una autora portentosa

Sara Mesa



'La familia' de Sara Mesa: un padre dominante, una madre frustrada y una autora portentosa

La escritora captura un reguero de escenas inolvidables que, sobre todo, violentan las expectativas políticas o morales de quienes leen

Nadal Suau

14 de septiembre de 2022


La familia es al cien por cien “un libro de Sara Mesa” (Madrid, 1976), aunque desde un lugar casi-otro que los anteriores, o quizás desde un ángulo ligeramente distinto. He aquí su talento de siempre para lograr que las atmósferas cotidianas engendren serpientes y que el tono lacónico anuncie fuego, aunque las unas y el otro acaben por revelarse como sucesivas formas (más soterradas) de la misma cotidianidad miserable, secreta, impronunciable.

La famila

Sara Mesa
Anagrama, 2022. 232 páginas. 18,90 €

He aquí los huecos y vacíos, la observación seca de situaciones ambivalentes, los diálogos fatales; todo lo que convierte a Mesa en una narradora cada vez más singular. Simultáneamente, la constelación de personajes se adensa y amplifica gracias al empeño por registrar cada rincón de la familia aludida en el título; las escenografías, aun escuetas, significan más que nunca; la trama lineal desemboca en retablo de perspectivas y evocaciones; y en la textura de su prosa medio sfumata medio metódica, cierta exactitud forense converge con el andar a tientas de la memoria. Una paradoja difícil de lograr, incómoda e hipnótica de leer. En fin: una novela buenísima.

Y luego, claro, a algunos nos ocurre lo siguiente: los miedos y máscaras de este padre, esta madre y estos hijos nos apelan de un modo tan íntimo que asusta. Pero no a causa de una jugada sentimental por parte de la autora, sino al contrario: debido a lo inextricable de los claroscuros que les atribuye, esos que compartimos pese a nuestra incapacidad de nombrarlos.

Sara Mesa / "Si la escritura es reductible a una explicación, es errónea"

Sara Mesa


Sara Mesa: "Si la escritura es reductible a una explicación, es errónea"

Tras ‘Cara de pan’, la escritora regresa con ‘Un amor’ (Anagrama), su novela “más realista”, que explora nuestra incapacidad para comunicarnos y las zonas grises de la moral humana


Andrés Seoane
2 de septiembre de 2020

Año a año, libro a libro, Sara Mesa (Madrid, 1976) se consolida en el panorama narrativo español como una escritora versátil y sorprendente, que en cada nuevo escrito es capaz de, sin perder su estilo, explorar y añadir elementos muy diferentes a los habituales. Tras el unánime reconocimiento de su anterior novela, Cara de pan (Anagrama, 2018), la escritora regresa ahora con una historia totalmente diferente, la de Nat, una joven que deja su vida en la ciudad por motivos misteriosos para irse a vivir a una pedanía alejada de todo donde comenzará a integrarse (o a intentarlo) en el complejo microcosmos humano que la puebla.

Reconoce Mesa que Un amor (Anagrama), nació antes que la obra anterior, pero que tuvo que apartarse de la historia para pulir “algo que no cerraba bien, pequeñas obsesiones, un dar vueltas tontamente... vete a saber. De lo que no me cabe duda es de Un amor es una novela mucho más compleja y ambigua que Cara de pan, que era una historia más transparente y cerrada, con algo casi de cuento infantil. Lo mismo por ahí decepciona a algunos lectores”.

Pregunta. Ha dicho muchas veces que en toda literatura reside algo autobiográfico, cosa más evidente en algunos otros de tus libros, pero ¿qué hay camuflado de usted en Un amor? 

Respuesta. Resumiéndolo mucho diría que la novela es una mezcla de sueños míos, o un gran sueño que los engloba a todos. Durante un tiempo tuve pesadillas recurrentes (todavía a veces vuelven, pero entonces eran diarias) en las que alguien entraba en mi casa inadvertidamente o mediante alguna argucia para hacerme daño, aunque ese daño jamás se concretaba. Otra variante era que el techo de la casa se desmoronaba, las paredes se derretían o empezaba a salir agua del suelo… Ya sabes que, según el psicoanálisis, en los sueños las casas nos representan; de hecho, estos son sueños muy corpóreos, representan nuestro cuerpo y miedo por la amenaza física. Por otro lado, la semilla narrativa de la relación entre el casero y la inquilina la tomé de una amiga a la que le pasó algo similar. Metes todo eso en una coctelera, mi interés por las relaciones de poder en los pequeños grupos, el asunto de los animales y… ahí está Un amor.


P. ¿Qué es lo que motiva a Nat a viajar a La Escapa y a permanecer allí a pesar de todo lo que le sucede?

R. Ella misma lo cuenta, aunque nadie la entiende y ni siquiera ella lo entiende plenamente: renuncia a su trabajo en la ciudad a raíz de un pequeño hurto y, para organizarse una nueva vida, se marcha a un lugar barato donde subsistir varios meses con los ahorros que tiene. No quiero dar más detalles ahora porque la historia está contada en un momento concreto y no puede sacarse de su contexto, pero el asunto del hurto es importante como reflejo de una inadaptación vital.

P. Los habitantes de la pedanía y de los hechos de la novela aparecen únicamente vistos por ella, ¿por qué limita la historia a su punto de vista?

R. Es una elección narrativa que tomé casi naturalmente, porque permite asomarse no a lo que ocurre, sino a lo que la protagonista cree que ocurre. Como la primera persona, pero con más distancia, porque uso la tercera. Esto debería hacer que los lectores cuestionen lo que leen. Por ejemplo, si los vecinos son retratados bajo una luz oscura… ¿de dónde viene esa negatividad? ¿De ellos mismos o de los ojos que los miran?

Una experiencia inexplicable

P. En este sentido, obliga al lector a tomar partido, a decantarse a la vez que a implicarse mucho en la lectura. ¿Por qué esta exigencia y esta fe en el lector?

"Mi lector no sacará de la lectura conocimientos o ideas, no alcanzará explicaciones ni juicios. La literatura no se explica, se siente"

R. Pues yo creo que mis libros no son nada exigentes. Cualquier lector medio puede acceder a ellos, a veces casi mejor que yo misma. Lo que ocurre es que no sacará de la lectura conocimientos o ideas, no alcanzará explicaciones ni juicios. No hay por qué tomar partido ni llegar a una conclusión. Como mi admirada Flannery O’Connor, yo creo que la lectura es una experiencia, como lo es ver una puesta de sol o escuchar una canción. No se explica, se siente. Por supuesto, un análisis crítico profundo puede explicar ciertas cuestiones, pero eso no tiene mucho que ver con la lectura. Si la escritura es reductible a una explicación, entonces es errónea.

P. Precisamente defiende que es de esa clase de escritores que escribe para entender. ¿Un escritor debe simplemente plantear preguntas?

R. No se trata solo de plantear preguntas, sino de caminar de la mano con los lectores para que experimenten un proceso similar al de la escritura. Cuando yo escribo estoy indagando, estoy experimentando y buscando. Es una sensación inquietante y placentera a partes iguales. Escribo para compartir eso, para comunicarlo.

Esta visión personal de la escritura no se hace extensiva a la lectura, donde la escritora sí reconoce desmarcarse más de su terreno. “Leo a muchos contemporáneos, por supuesto también en español, entre los que admiro a Mariana EnriquezMariano Peyrou, Pablo Gisbert, Giuseppe Caputo, Esther García Llovet, Miguel Serrano Larraz… Fuera de nuestra lengua, leeré todo lo que escriban Fleur JaeggyHerta MüllerLionel ShriverJ. M. CoetzeeLydia DavisMichel HouellebecqGeorge Saunders... Todos ellos tienen algo que ya me gustaría a mí tener”. No obstante, en cuanto a influencias literarias asegura que “no siento que nadie se parezca a mí ni que yo me parezca a nadie, pero esa sensación de singularidad sé que es falsa, estoy convencida de que hay puntos en común con otros que no soy capaz de ver. Son preguntas que tiene que responder la crítica literaria, no los propios escritores”.

Una sociedad hipócrita

P. Muchos de sus protagonistas siempre tienen relación con la literatura, en este caso Nat es traductora. ¿Es algo consciente o le sale así?

R. Yo creo que la relación no es con la literatura, sino con la escritura, un intento de expresión verbal aproximativo, nada profesional, no siempre acertado ni exitoso. Es verdad que muchos de mis personajes escriben diarios o cartas o, como en el caso de Nat, tratan de llegar más allá con la literatura. Pero Nat es una traductora comercial que, por primera vez en su vida, intenta traducir un libro literario… y fracasa. De momento no me interesa la literatura como tema, pero sí la escritura, el lenguaje y su inadecuación, las dificultades expresivas y los modos tan diversos en que se interpretan los textos.

P. Cuestiona, como en otros libros, zonas grises de la moral donde anida la intolerancia de la sociedad. ¿caminamos hacia una sociedad cada vez más intolerante o simplemente cambian las formas y los modos de serlo?

"La sociedad actual enmascara todo bajo el disfraz de la tolerancia. No somos más intolerantes que antes, pero sí más hipócritas"

R. Es complicado saberlo, pero tiendo a creer que lo segundo. De hecho, lo más decepcionante es comprobar cómo la sociedad actual se coloca el disfraz de la tolerancia y las buenas palabras para enmascarar acciones en esencia profundamente intolerantes. Quizá no somos más intolerantes que antes, pero sí más hipócritas.

P. La culpa es un tema siempre presente en sus novelas. Ésta muestra cómo las comunidades siempre necesitan un culpable, alguien a quien criticar y convertir en chivo expiatorio de los más peregrinos impulsos y prejuicios, ¿es algo inherente al ser humano?

R. Según René Girard sí, y de hecho es lo que explica la aparición de la violencia tanto en las sociedades primitivas como en las contemporáneas. Pero también dice Girard que el chivo expiatorio no se crea por las diferencias, sino por las similitudes, es decir, en el ámbito de la competición. A mí este mecanismo siempre me ha resultado interesantísimo y aterrador, aunque claro, mi aproximación es únicamente literaria. En esta historia lo interesante era describir una comunidad cerrada, la sensación de pertenencia o de exclusión, el desconocimiento de las reglas por parte del intruso, el poder del grupo y, finalmente, la creación del chivo expiatorio.

La vacuna de la lectura

P. Desde hace años sus novelas y cuentos han recibido elogios ininterrumpidamente, ¿cómo se vacuna uno contra la soberbia?

R. ¡No creyéndome nada! No, en serio, siempre he hablado del factor suerte, y también soy consciente de que los elogios, por sí mismos, no son nada ni son para siempre e incluso pueden ser obstáculos en tanto que generan expectativas demasiado altas en los lectores o pueden llevar al acomodamiento creativo. He sido muy afortunada con la crítica y también con los lectores, así que estoy muy agradecida, pero soy también tremendamente insegura y cada vez que publico siento una especie de culpa por no haberlo hecho mejor. La mejor vacuna es leer mucho y bueno, lo que te devuelve a tu verdadera dimensión. Ah, y una última cosa: cuando escucho elogios muy entusiastas de libros que a mí no me gustaron nada o que incluso me parecieron malísimos, pienso: eso también puede pasar conmigo y no me estoy dando cuenta.

"La mejor vacuna para un escritor contra la soberbia es leer mucho y bueno, lo que te devuelve a tu verdadera dimensión"

P. En mayo nos contaba que había planeado en un gran cambio para 2020, centrarse plenamente en la literatura. Más allá de esta terrible interferencia que vivimos, ¿por qué sentiste que era el momento? ¿Un escritor literario puede vivir de los libros en España?

R. Dependerá de lo que necesite, de las personas que deba mantener, de su capacidad de adaptarse a otras tareas paralelas a la escritura (en las que yo soy, por cierto, bastante torpe), del lugar económico de partida... Yo no tomo nada como definitivo. Decidí que en esta época lo haría así y fíjate qué época más dura y extraña nos está tocando. El tiempo me irá diciendo si me lo puedo permitir o no… Pero quiero pensar que una dedicación más exclusiva a la escritura hará que escriba mejores libros.

P. También nos decía que nunca escribe de la actualidad y que no planeaba usar nada de estos últimos meses en su escritura, pero ¿está ya trabajando en algo nuevo? ¿Ha sentido la influencia de todo lo que ha pasado de alguna forma?

R. He escrito mucho, pero aislándome del exterior, de momento solo borradores que precisan todavía mucho trabajo. Pero estoy convencida de que todo lo terrible e inesperado que está pasando terminará colándose de una manera u otra en mi percepción del mundo, aunque no mencione expresamente la pandemia. Soy una escritora de digestión lenta y, como la protagonista de Un amor, tengo que subirme a lo alto del monte para poder ver bien lo que no se distingue de cerca.

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