sábado, 31 de octubre de 2020

Muere Javier Reverte, maestro de la literatura de viajes

Javier Reverte

Muere Javier Reverte, maestro de la literatura de viajes

Era concienzudo, riguroso y observador. Demostró ser un escritor todoterreno capaz de abordar todos los géneros.


Raúl Conde
Madrid, 31 de octubre de 2020


Uno de los libros favoritos de Javier Reverte era Inocentes en el extranjero, de Mark Twain. El escritor estadounidense sentenció: "Creo haber mirado con ojos imparciales y estoy seguro de haber escrito, por lo menos, con honradez, sea o no sensato, cuanto digo". Ésta máxima quintaesencia la trayectoria literaria y periodística de Javier Reverte, fallecido en Madrid, según informaron fuentes de la familia. Contaba 76 años y una carrera cuajada primero en el periodismo y luego en los libros de viajes, género del que se convirtió en un referente indiscutible. Arrastraba una grave enfermedad. Su último viaje fue a Turquía, para preparar el que iba a ser su último libro. Será incinerado y sus cenizas reposarán en Valsaín (Segovia) por expreso deseo del escritor.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mostró sus condolencias en Twitter: "Nos ha dejado el escritor y periodista, Javier Reverte. Su pasión por viajar plasmada en sus libros, lo convirtieron en uno de los grandes referentes de la literatura de viajes en nuestro país". "Nos queda su obra, su excelente literatura de viajes, aquella trilogía maravillosa sobre África", señaló José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Cultura. En la misma línea, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha asegurado que le da "mucha pena" la muerte del periodista. "Nos invitó a descubrir el mundo a través de sus libros de viajes. Inolvidable su 'Trilogía de África'. Mi pésame a su familia y amigos".

Nacido en Madrid en 1944, Javier Martínez Reverte -éste era su nombre completo, aunque siempre firmaba con su segundo apellido- estudió Filosofía y se diplomó en Periodismo por la Escuela Oficial de Periodismo de la capital. Realizó prácticas en las agencias Efe y Pyresa entre 1966 y 1967. Ejerció de redactor del diario Pueblo durante 1972 y, al año siguiente, fue nombrado subdirector, cargo que desempeñó hasta 1978. En todo caso, no fue un amante del periodismo sala. Detestaba el peso que la opinión ha adquirido durante los últimos años en los periódicos y solía decir que esta es una hermosa profesión a condición de ejercerlo "hasta una determinada edad".

Manu Leguineche, que fue uno de sus grandes amigos y con quien compartió no solo la inclinación por los viajes sino varios trabajos profesionales, acostumbraba a decir a los jóvenes plumillas que se acercaban a escuchar su magisterio a su casona de La Alcarria que la información internacional no le interesa a nadie en este país. Tanto Leguineche como Reverte, pareja de oro de un oficio en riesgo de extinción, empezaron a dar por vueltas por el mundo en una época en la que en España no viajaban ni los diplomáticos. Ambos contribuyeron decisivamente a forjar una visión cosmopolita y en gran angular de un mundo en llamas, a caballo de la guerra de Vietnam y la caída del Muro de Berlín.

Reverte fue corresponsal en Londres y París, y después enviado especial en los cinco continentes. Nunca mitificó la labor del reportero. "Al periodismo de guerra -afirmó- le rodea una aureola gloriosa arriesgada, pero hay en el oficio algo de fantasmada y fantasía. Muchos periodistas intentan repetir en los campos de batalla el modelo de las películas y las novelas, lo que podría llamarse the Heming-way of life, construyendo sus relatos a partir de su propio protagonismo".

La generación a la que pertenecía Reverte, sostenía él mismo, es la primera que viaja desde la caída del Imperio español. Concebía el periodismo como un género literario en sí mismo y de ahí comenzó a brotar su bibliografía. Bebió de las fuentes de Ciro Bayo y de los escritores realistas de la literatura estadounidense. Y, al cabo del tiempo y una obra que abarca más de 40 títulos, se convirtió en el Joseph Conrad de la literatura española.

Sus primeros libros fueron La aventura de Ulises (1973 y Giscard d'Estaing, presidente de Francia, pero su éxito de ventas le llegó con la trilogía dedicada a África: El sueño de África. En busca de los mitos blancos del continente negro (1996) -rechazado por seis editoriales hasta que se fijó en él Mario Muchnik-, Vagabundo en África (1998) y Los caminos perdidos de África (2002). Partiendo de la idea de que el periodista es un escritor, que cincela palabras y que busca comunicar una historia con una voluntad de estilo, Reverte pergeñaba sus libros a modo de grandes reportajes.

El recorrido por África cautivó a los lectores por la capacidad del autor para plasmar la realidad que azotaba a este continente con testimonios del presente, pero también con un acopio extraordinario de historias del pasado. "A un viaje -subrayaba- hay que ir documentado, llorado, solo, ligero de equipaje, con espacio para la improvisación y con sentido del humor". En sus libros mezcla el pretérito con la crónica de la actualidad. Desarrolla historias desde la curiosidad periodística de quien va a los sitios, ve, escucha y cuenta. Su prosa irradiaba sencillez, verdad, ternura, perspicacia y humor.

En 'El ojo sentimental' (2003), donde se preguntaba cuál era la esencia del viaje, concluía que la esencia misma es la mirada del viajero. De ahí que impregnara de una "armonía sentimental" la colección de fotografías que reunió en ese volumen. En opinión de Manuel Rivas, cuando tienen valor, el periodismo y la literatura sirven para el descubrimiento de la 'otra verdad', del 'lado oscuro', a partir del hilo de un suceso. Para el escritor periodista o el periodista escritor, la imaginación y la voluntad de estilo son las alas que dan vuelo a ese valor". Reverte nos descubrió muchos rincones. Y ahí está, para dar fe de ello, desde la trilogía novelada que dedicó a Centroamérica ['Los dioses bajo la lluvia' (1986, Nicaragua), El aroma del Copal (1989, Guatemala) y 'El hombre de la guerra' (1992, Honduras)] hasta Corazón de Ulises (1999), a partir de un viaje a Grecia, Turquía y Egipto.

En 2004 publica El río de la desolación. Un viaje por el Amazonas (2004), donde narra su viaje por este río y en el que contrajo la malaria, enfermedad que casi le cuesta la vida. El río de la luz. Un viaje por Alaska y Canadá (2009) o los más recientes Canta Irlanda. Un viaje por la Isla Esmeralda (2014), Un otoño romano (2014), Un verano chino (2015), New York, New York... (2016) y Confines (2018) también destacan entre sus obras de viajes. La última en publicar fue Suite italiana (2020), un sugerente recorrido por Venecia, Trieste y Sicilia.

Además de consagrarse como un maestro de los libros de viajes, demostró ser un escritor todoterreno capaz de abordar todos los géneros. Publicó varios poemarios -el primero, Metrópoli, aparecido en 1980-, dio testimonio en un ensayo del "mercado de la muerte" que dinamitó la ex Yugoslavia -Bienvenidos al infierno. Días de Sarajevo (1994)- y, junto a su hermano Jorge Martínez Reverte, también periodista, escribió 'Soldado de poca fortuna' (2001), memorias de Jesús Martínez Tessier, padre de ambos, recluso en el campo de concentración de Miranda de Ebro al acabar la Guerra Civil y ex combatiente primero en el bando republicano y después en la División Azul, previo paso por la taquigrafía del diario falangista Arriba.

Por "La noche detenida (2001) ganó la primera edición del Premio de novela Ciudad de Torrevieja de Plaza y Janés. En su narrativa también sobresalen "Todos los sueños del mundo"; una de sus novelas más leídas después de la trilogía africana; El médico de Ifni (2005); y Venga a nosotros tu reino (2008).

También trabajó en televisión. Dirigió el programa informativo de TVE Maldito domingo, en 1988, participó en A vista de pájaro y, basada en su libro Lord Paco, grabó para la televisión pública la serie 'Muerte a destiempo', dirigida por Javier Macua. También fue reportero de En portada, el espacio que dirigía su hermano Leguineche en TVE. En Radio Nacional de España fue colaborador del programa Escrito en el aire. Colaborador de varios periódicos y de revistas como Interviú, durante los últimos años escribía en la Tercera de Abc.

En 1995, después de su experiencia en la guerra de los Balcanes, que cubrió junto a Leguineche, Reverte escribe que "la gran mayoría de periodistas intentan informar lo mejor posible arriesgando lo menos posible. Algunos se juegan la vida -por obligación profesional algunos cámaras y fotógrafos, nunca los cronistas- y unos pocos tratan de montarse su propia aventura para ser recibidos como héroes a la vuelta. Estos últimos son malos periodistas. Los otros, los que suelen escribir más a menudo de las víctimas de la guerra que de las peligrosas batallas en que se ven envueltos, son los representantes de un noble oficio, por lo general mal pagado, y que provoca el nacimiento de numerosos escritores entristecidos por la muerte".

Reverte era concienzudo, riguroso y observador. Le secuestraron en el Congo y cruzó el círculo polar ártico a oscuras. Era del Real Madrid y le apasionaba el mus.

El escritor madrileño sabía que las heridas de la guerra, como dejó escrito el periodista italiano Tiziano Terzani, testigo de los conflictos de buena parte del siglo XX, eran nuestras propias heridas. Quizá por eso hizo suyo un estilo socarrón que le permitía escudriñar el mundo desde la ironía. En este mismo periódico, aseguró: "Viví fuera de España seis años como corresponsal y descubrí que me encanta ser extranjero. El sentimiento de extranjero es más importante que el amor a la patria".

EL MUNDO publicó en noviembre del año pasado la que ya es una de las últimas entrevistas que concedió antes de fallecer. Además de mostrar su decepción con los nuevos partidos, defendía que el nacionalismo "sigue siendo la principal amenaza de Europa", aconsejaba "reafirmar el sentido de la democracia" para superar el conflicto en Cataluña. También tachó de "inquisidores" a los ex ministros Cristóbal Montoro y Fátima Báñez. Reverte, junto a otros creadores como Forges, lideró la reivindicación de muchos escritores y artistas a quienes Hacienda impedía compatibilizar el cobro de su pensión con la explotación de sus derechos de autor.

El paso de la edad no mitigó su vocación. Él mismo confesaba que le seguía moviendo "la curiosidad, la necesidad de largarme de España y la recuperación de libertad". El nombre de Reverte es una cumbre de la ética periodística y literaria de nuestro país. Un icono de la mejor estirpe de nuestras letras. La misma que cree en un oficio guiado por aquello que García Márquez aconsejaba a los periodistas y escritores: sentido, sensibilidad y aguante.

EL MUNDO




Paul Auster / “Todo en la historia de Estados Unidos vuelve siempre al racismo, es el defecto mortal de este país”


Paul Auster, en Oxford, en 2017.
Paul Auster, en Oxford, en 2017.DAVID LEVENSON / GETTY
CONVERSACIONES SOBRE ESTADOS UNIDOS

Paul Auster: “Todo en la historia de Estados Unidos vuelve siempre al racismo, es el defecto mortal de este país”

El novelista, que promueve una asociación de escritores contra Trump, lamenta que los demócratas no hayan dado a la clase trabajadora “ninguna razón para votar por ellos”


Pablo Guimón
Washington, 27 de octubre de 2020


Esta entrevista forma parte de una serie de charlas con intelectuales, editores, activistas, economistas y políticos de primer orden que ayudan a describir el estado de cosas antes de las elecciones.

Confesiones de Paul Auster a una profesora danesa

 



Confesiones de Paul Auster 

a una profesora danesa

I. B Siegumfeldt, estudiosa de la obra de Auster, descifra en este libro los secretos del escritor.

4 de julio de 2018

PRÓLOGO

Aclarando las cosas

Inge Birgitte Siegumfeldt: En su última novela, Sunset Park, uno de los personajes, Morris Heller, anota en su diario: “Los escritores nunca deberían hablar con los periodistas. La entrevista es una forma literaria degradada que no sirve de nada, salvo para simplificar lo que jamás debe simplificarse”. Si está de acuerdo con las observaciones de Heller —y no hay razón para pensar que no lo está—, ¿por qué ha aceptado entablar una conversación que, al menos en cierta medida, adoptará la forma de entrevista?

Paul Auster: Heller se refería a esas entrevistas breves y superficiales a que se someten los escritores para complacer a sus editores, en periódicos y revistas, en la radio, la televisión e internet: los denominados medios de comunicación generalistas. Tales conversaciones están inevitablemente relacionadas con el comercio, la promoción de libros. Menos mal que usted no es periodista. Es una lectora seria, catedrática de Literatura, y cuando me propuso que acometiéramos juntos este proyecto, que usted describió como una “biografía de mi obra”, me sentí intrigado. Indeciso también, desde luego, pero intrigado.

Paul Auster / “Creo que todos los escritores nos sentimos un poco Dios”

Paul Auster


Paul Auster: “Creo que todos los escritores nos sentimos un poco Dios”

El escritor estadounidense presenta en Madrid 4321, su primera novela en siete años


Maribel Yarín Yarza
5 de septiembre de 2017

El escritor estadounidense Paul Auster, ayer en Madrid.
El escritor estadounidense Paul Auster, ayer en Madrid. INMA FLORES

Paul Auster (Newark, Nueva Jersey, 1947) no se esconde. Siempre ha jugado a ser Dios con la vida de sus personajes, ha creado y quitado vidas a su antojo, alterado plácidas existencias con sus juegos de azar. Pero en los últimos años lo ha hecho con más intensidad que nunca en 4321 (Seix Barral), su primera novela en siete años, que en realidad son cuatro: las cuatro vidas posibles que se ha inventado para su protagonista, Archibald Isaac Ferguson, nacido como él en 1947 en su misma ciudad, y como él descendiente de una familia de inmigrantes judíos centroeuropeos. “No soy Archie, esta no es una novela autobiográfica comparte mi tiempo y mi geografía, pero no es yo”, dijo ayer el escritor.

Paul Auster / Me sentí libre cuando supe que iba a fracasar

Paul Auster


Paul Auster

'Me sentí libre cuando supe que iba a fracasar' 

El estadounidense, autor de la 'Trilogía de Nueva York', habla de su mundo literario.

MARÍA PAULINA ORTIZ
22 de octubre de 2012 
Sus novelas lo han llevado a ser reconocido en el mundo. Obras como 'Trilogía de Nueva York', 'Leviatán' o 'El cuaderno rojo' lo han vuelto autor de culto para muchos. Sin embargo, Paul Auster, el autor neoyorkino por excelencia, empezó por la poesía.
A propósito de la edición de sus versos en español, conversamos con el de su obra y sus obsesiones. 
¿Qué sensación le produce leer sus primeras poesías?

Es una poesía temprana y así la veo: como un trabajo primero que sembró las bases de lo que siguió. El comienzo de algo, que definitivamente está conectado con lo que hago ahora. No he escrito poesía en mucho tiempo, pero no fue una decisión que tomé. Simplemente no pude hacerlo más. Tal vez agoté ese terreno y tenía que encontrar uno nuevo. Uno más grande.

viernes, 30 de octubre de 2020

Maya Angelou / Envejeciendo

Maya Angelou


Maya Angelou
ENVEJECIENDO


Cuando me veas sentada en silencio,
Como un saco dejado en el estante,
No creas que necesito tu charla.
Me estoy escuchando a mí misma.
¡Espera! ¡Detente! ¡No te apiades de mí!
¡Espera! ¡Detén tu simpatía!
Entendiendo si usted lo consiguió,
¡De lo contrario me haré sin él!
Cuando mis huesos estén entumecidos y doloridos,
Y mis pies no suban la escalera,
Sólo te pediré un favor:
No me traigas una mecedora.
Cuando me veas caminando, tropezándome,
No estudiando y equivocándome.
Porque cansado no significa ser perezoso
Y cada adiós no se haya ido.
Soy la misma persona que fui entonces,
Un poco menos de pelo, un poco menos de barbilla,
Mucho menos pulmones y mucho menos aliento.
Pero sin suerte de que todavía pueda respirar.



DRAGON


PESSOA

RIMBAUD

BIOGRAFÍAS II


Maya Angelou / Poesía completa / Reseña

180. Poesía completa

La fiesta poética 
de Maya Angelou
Asomarse a la obra de esta inmensa poeta es sumergirse en una aventura vital llena de sorpresas.
 
Federico Díaz-Granados
11 de mayo de 2020

La poeta Maya Angelou (St. Louis, 1928-Winston-Salem, 2014), mucho antes de convertirse en una de las más populares y queridas escritoras de los Estados Unidos, había trabajado como cantante, bailarina, actriz, directora del tranvía, cocinera y maestra y, sobre todo, se había destacado como una de las principales activistas de los derechos civiles de los afroamericanos y las mujeres. Su permanente compromiso político la llevó a colaborar con figuras como Martin Luther King, Vusumzi Make y Malcolm X y a participar en eventos y manifestaciones hasta erigirse en un símbolo de la resistencia y en portavoz de muchas minorías.Nos recordó el expresidente Bill Clinton que “Maya Angelou tenía la voz de Dios y representaba una gran parte de la historia estadounidense ante la que ella sola consiguió sobreponerse, pese al racismo y la adversidad de su vida”. Y es que precisamente fue Clinton quien la invitó a leer el poema inaugural en su toma de posesión en 1993 en un claro guiño a su ídolo John F. Kennedy, quien, a su vez, había invitado al poeta Robert Frost a su toma de juramento el 20 de enero de 1961. Aquella mañana, Maya Angelou leyó el On the Pulse of Morning, un poema de talante épico donde pedía una América igual para todos.

Maya Angelou / Una vida completa desde la supervivencia

 

Maya Angelou

Maya Angelou

Una vida completa desde la supervivencia

Reconocida como gran poeta estadounidense y figura influyente de la cultura afroamericana, luchó por los derechos civiles y la igualdad desde la superación de un trauma en la infancia


Alberto López
4 de abril de 2018

Cuando una persona puede contar que, a lo largo de su vida, ha sido poeta, actriz, cantante, bailarina, escritora, cocinera, periodista, conductora de tranvías y hasta prostituta… solo queda concluir que ha tenido una vida completa. Si a eso añadimos que escribió siete autobiografías, tuvo una nominación al premio Pulitzer, tres a los Grammy y más de medio centenar de títulos honoríficos, nos podemos hacer una idea de quién fue y qué representó Maya Angelou, más conocida como la doctora Angelou aunque nunca tuvo un título universitario, por su influencia en la cultura afroamericana en las últimas décadas.

Maya Angelou / Una vida fabulosa

 


Obama besa a Maya Angelou tras entregarle la Medalla de la Libertad, el 15 de febrero de 2011.Ampliar foto
Obama besa a Maya Angelou tras entregarle la Medalla de la Libertad, el 15 de febrero de 2011.  REUTERS


Maya Angelou

Una vida fabulosa

Muere a los 86 años la más popular poeta estadounidense, gran figura de la cultura afroamericana y defensora de los derechos civiles


Diego A. Manrique
Madrid, 28 de mayo de 2014

No hay comparaciones posibles. Maya Angelou, que falleció este miércoles, a los 86 años, alcanzó una popularidad inimaginable para cualquier escritora perteneciente a una minoría. Funcionó, es cierto, el toque mágico de Bill Clinton, que tuvo el acierto de elegirla para que recitara uno de sus poemas en la inauguración de su primera presidencia, en 1993, colocándola inmediatamente en el mainstream cultural.

jueves, 29 de octubre de 2020

Colson Whitehead / “Si las cosas no van bien en Estados Unidos en noviembre, otros cuatro años de muerte y destrucción”

 

Colson Whitehead


Colson Whitehead: “Si las cosas no van bien en Estados Unidos en noviembre, otros cuatro años de muerte y destrucción”

La popular presentadora Oprah Winfrey y el expresidente Barack Obama son prescriptores de su obra. Una trayectoria literaria que atesora todo tipo de hitos, como dos premios Pulitzer consecutivos por sus dos últimas novelas. Su voz retrata como pocas la realidad negra de su país, Estados Unidos, sumido en los estragos de la pandemia mientras se amplifican los ecos afroamericanos del movimiento Black Lives Matter. A pesar de todo, asegura, puede quedar un espacio para la esperanza.


Pablo Guimón

28 de agosto de 2020


Aquel libro nació de un inocente error infantil. Qué pasaría si el ferrocarril subterráneo del que hablaban los padres y los abuelos, metáfora de aquella red clandestina de abolicionistas que ayudó a liberar a miles de esclavos, fuera de hecho un tren. Si unas vías se extendieran bajo tierra hacia una luz remota y Cora, una joven esclavizada en una terrible plantación de Georgia, emprendiera por ellas su azarosa huida hacia la libertad. El ferrocarril subterráneo (2016) lanzó a Colson Whitehead al estrellato. Autor de seis libros previos, que van de un divertido ensayo sobre el póquer a una distopía de una pandemia que degenera en apocalipsis zombi, Whitehead se convirtió en el sexto escritor de la historia, el segundo de color, en ganar el National Book Award y el Pulitzer por la misma novela. La recomendó Oprah Winfrey. También Barack Obama. El libro vendió más de un millón de ejemplares, tuvo un considerable impacto cultural y es ya un clásico moderno.

Colson Whitehead / Los chicos de la Nickel / Reseña

 



El cementerio secreto de la Nickel: la fosa común de más de 50 niños

'Babelia' adelanta el prólogo de 'Los chicos de la Nickel', la última novela de Colson Whitehead en la que recuerda la terrorífica historia de un reformatorio de Florida donde se produjeron todo tipo de abusos durante décadas


3 de septiembre de 2020

La antropóloga Erin Kimmerle en el cementerio del centro, en una imagen de archivo.
La antropóloga Erin Kimmerle en el cementerio del centro, en una imagen de archivo.

Hasta muertos creaban problemas, los chicos. El cementerio secreto estaba en el lado norte del campus de la Nickel, en media hectárea de terreno irregular llena de hierbajos entre la antigua caballeriza y el vertedero. Aquello eran pastos cuando la escuela tenía montada una vaquería y vendía leche a clientes de la localidad, una de las maneras con que el estado de Florida aliviaba la carga fiscal que suponía la manutención de los muchachos. Los urbanistas del parque empresarial habían reservado el terreno para hacer una zona de restaurante, con cuatro fuentes arquitectónicas y un quios­co de música para algún concierto ocasional. El hallazgo de los cadáveres fue una costosa complicación tanto para la em­presa inmobiliaria que estaba esperando el visto bueno del estudio medioambiental, como para la fiscalía del Estado, que acababa de cerrar una investigación sobre las presuntas agre­siones. Ahora tenían que iniciar nuevas pesquisas, establecer la identidad de los fallecidos y la forma en que murieron, y a saber cuándo aquel maldito lugar podría ser arrasado, despe­jado y limpiamente borrado de la historia. Lo único que to­dos tenían claro era que la cosa iba para largo.

Colson Whitehead / Tren subterráneo hacia la libertad

 


Tren subterráneo hacia la libertad

El norteamericano Colson Whitehead revive el trauma de la esclavitud en una compleja y exigente novela de gran carga moral que destila belleza y potencia


Eduardo Lago
18 de septiembre de 2017

Esclava rescatada por soldados del Regimiento de Abolición en 1862.
Esclava rescatada por soldados del Regimiento de Abolición en 1862.  ALPHA HISTORICA / ALAMY STOCK PHOTO

Colson Whitehead (Nueva York, 1969) forma parte de una formidable constelación de escritores afroamericanos, algunos de cuyos nombres más relevantes son Yaa Gyasi, Jesmyn Ward, Ta-Nehisi Coates, Teju Cole, Chimamanda Adichie, Paul Beatty o el canadiense Lawrence Hill, hombres y mujeres que están cambiando el rostro de la literatura que se escribe hoy en aquel país. Nacido en Nueva York en 1969, Whitehead es autor de seis novelas que llaman la atención por su inventiva y por la destreza con que saquea las posibilidades de los géneros narrativos. Entre sus títulos más destacados cabe señalar El intuicionista, su mágico debut; Los días de John Henry, en torno a un personaje legendario celebrado en baladas de folk; Sag Harbor, emotiva historia de adolescentes, o Zona Uno, novela de zombis en un Manhattan posapocalíptico. El ferrocarril subterráneo (2016), su última novela, obtuvo los Premios Pulitzer y Nacional del Libro. El título es una alusión metafórica a la compleja red de caminos y refugios secretos que tenían como fin posibilitar la huida de los esclavos de las plantaciones del sur hacia los Estados donde podían vivir en libertad. Se calcula que en la primera mitad del siglo XIX cerca de 100.000 hombres y mujeres de raza negra lograron escapar por medio del sistema del tren subterráneo, en cuyas operaciones de salvación colaboraron numerosos abolicionistas blancos.

Tren subterráneo hacia la libertad

La novela de Colson Whitehead sigue la suerte de la última representante de un linaje de esclavas, desde Ajarry, que tras ser raptada en África Occidental por unos traficantes efectúa un viaje atroz a bordo de un barco de esclavos, yendo a parar a una plantación de Georgia. En la novela, la metáfora del tren subterráneo se hace realidad. Hay, en efecto, un ferrocarril en el que los esclavos pueden huir hacia los Estados abolicionistas. Mabel, hija de Ajarry, logrará huir en él, abandonando en la plantación a su hija Cora, protagonista de la novela. Andando el tiempo, Cora también conseguirá escapar en compañía de un esclavo llamado César. El contrapunto de la historia es el personaje de Arnold Ridgeway, cazador de esclavos que no soporta no haber sido capaz de atrapar a Mabel, cuya fuga la convirtió en un personaje de leyenda.