domingo, 31 de enero de 2021

Patricia Highsmith / En busca de «Tal o cual Claveringi»

 

Patricia Highsmith 
En busca de «Tal o cual Claveringi»
    (The Quest for «Blank Claveringi»)

Avery Clavering, profesor de zoología en una universidad de California, se enteró de la existencia de los caracoles gigantes de Kuwa por una nota de pie de página en un libro sobre moluscos. Faltaban tres meses para sus vacaciones sabáticas cuando leyó estas pocas líneas:
    «Los indígenas de las islas Matusas dicen que existen caracoles aún mayores que éstos en la isla deshabitada de Kuwa, que dista cuarenta kilómetros de las Matusas. Los matusanos afirman que esos caracoles tienen una concha de seis metros de diámetro y devoran a los hombres. El doctor Wm. J. Stead, residente ahora en las Matusas, visitó Kuwa en 1949 y no encontró ningún caracol, pero la leyenda persiste».

Patricia Highsmith / Cuando la escuadra llegó a Mobile


Patricia Highsmith 
Cuando la escuadra llegó a Mobile
    (When the Fleet was in at Mobile)

Con la botella de cloroformo en la mano, Geraldine miraba al hombre dormido en el porche de atrás. Lo oía respirar con profundas inspiraciones y breves expiraciones silbando a través de su bigote, como solía respirar cuando no iba a despertar hasta pasado el mediodía. Había estado dormido desde que llegó al amanecer, y nunca supo de nada que pudiera despertarlo a media mañana cuando había bebido toda la noche. Ahora era el momento.

Patricia Highsmith / La tortuga


Patricia Highsmith 
LA TORTUGA



Víctor oyó la puerta del ascensor, los rápidos pasos de su madre en el pasillo y cerró el libro de un golpe. Lo escondió debajo del almohadón del sofá y maldijo por lo bajo cuando oyó que el libro se resbalaba entre el sofá y la pared y caía al piso con un ruido sordo. La llave ya giraba en la cerradura.

sábado, 30 de enero de 2021

Patricia Highsmith / Los pájaros a punto de emprender el vuelo

 

Young Man Readin a Letter
Dietz Edzard

Patricia Highsmith 

BIOGRAFÍA 

Los pájaros a punto de emprender el vuelo

    (The Birds Poised to Fly)

Todas las mañanas, Don abría el buzón, pero nunca había carta de ella.
    «No habrá tenido tiempo», se decía. Repasaba mentalmente todo lo que ella debía hacer: transportar sus pertenencias de Roma a París, instalarse en un piso que sin duda había buscado en aquella ciudad antes del traslado; probablemente trabajar unos días en su nuevo empleo, antes de encontrar tiempo e inspiración para contestar a sus cartas. Pero finalmente pasaron los días que, estirando al máximo, pudo imaginar ocupados en todos esos menesteres. Y transcurrieron tres más y no llegó ninguna carta.

Patricia Highsmith / El observador de caracoles

 


Patricia Highsmith 

BIOGRAFÍA 

El observador de caracoles

    



Cuando el señor Peter Knoppert comenzó a aficionarse a la observación de los caracoles, no imaginaba que los pocos ejemplares con que empezó se convertirían tan pronto en centenares. Apenas dos meses después de que los primeros caracoles fueron llevados al estudio de Knoppert, una treintena de tanques y peceras de vidrio, todos llenos de caracoles, cubrían los muros, descansaban en la mesa escritorio y los alféizares, y hasta comenzaban a extenderse por el suelo. La señora Knoppert desaprobaba todo esto enérgicamente y se negaba a entrar en el estudio. Afirmaba que olía mal, y además una vez pisó accidentalmente un caracol, lo que le causó una sensación horrible que nunca olvidaría. Pero cuanto más sus amigos y su esposa deploraban ese pasatiempo poco habitual y vagamente repulsivo, tanto más gozo parecía encontrar en él el señor Knoppert.

Graham Greene / Patricia Highsmith





Graham Greene

Patricia Highsmith 

BIOGRAFÍA 


Patricia Highsmith es una autora de novelas de detectives cuyos libros se pueden releer una y otra vez. De muy pocos se puede decir esto. Es una escritora que ha creado su propio mundo, un mundo claustrofóbico e irracional, en el cual entramos cada vez con un sentimiento de peligro personal, con la cabeza inclinada para mirar por encima del hombro, incluso con cierta renuencia, pues vamos a experimentar placeres crueles, hasta que, en algún punto, allá por el capítulo tercero, se cierra la frontera detrás de nosotros, y ya no podemos retirarnos, estamos condenados a vivir hasta el fin del relato con uno más de su larga serie de hombres buscados por la policía.

viernes, 29 de enero de 2021

Joyce Carol Oates / "La literatura debe exponer el mal"

 

Joyce Carol Oates


“La literatura debe exponer el mal”, defiende Joyce Carol Oates

La escritora estadounidense recibe virtualmente el Premio Carvalho del Festival BCNegra


Carlos Geli
Barcelona, 25 de enero de 2021

Llama la atención en los libros de Joyce Carol Oates que la violencia y el mal se parecen mucho, demasiado, a los de la vida real. La última encarnación de ese mal que ella ha sentido a su alrededor ha sido en forma de los estrictos responsables de aduanas de Estados Unidos, que han impedido que la estatuilla del detective con gabardina y sombrero que simboliza el premio Carvalho, que otorga el Festival BCNegra de novela policiaca, organizado por el Ayuntamiento de Barcelona, le llegara estos días a las manos, viviendo una odisea que ni la figurilla de El halcón maltés, de Dashiel Hammett. Aun así, y con el coronavirus, adaptándose y sobreviviendo a la vida misma, como hacen la mayoría de sus personajes, la escritora estadounidense acudió virtualmente a la cita en el Saló de Cent del Consistorio para recoger simbólicamente el reconocimiento de la 16ª edición. Oates inscribe su nombre, junto a los no menos ilustres de James Ellroy, Dennis Lehane, Andrea Camilleri, Donna Leon y P.D. James, entre otros.

Joyce Carol Oates quiere ser Margaret Atwood

Joyce Carol Oates



Joyce Carol Oates quiere ser Margaret Atwood

La última novela de la veterana y prolífica escritora es una distopía feminista, y no es la única ¿estará convirtiéndose 'El cuento de la criada' en un subgénero a explotar?


Laura Fernández
22 de febrero de 2019


Con motivo de la publicación de su novela número 72 (¡72!), Hazards of Time Travel, la revista Interview pidió a un grupo de escritores que entrevistara a Joyce Carol Oates. Les pidió, en realidad, que le hicieran una pregunta cada uno. Una pregunta dice tanto o más de esos escritores, de lo que la respuesta dice de la propia Oates. Por ejemplo, Stephen King quiso saber cuál era su cuento de terror favorito. Oates respondió que el capítulo final de A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, de Lewis Carroll, novela que leyó a los ocho años y con la que todavía tiene pesadillas. A. M. Homes le preguntó qué era un día bueno para ella. Oates dijo que un día tranquilo, en el que pudiese contemplar el jardín desde su despacho, sabiendo que todo estaba en marcha, porque “nunca está mejor un escritor que cuando todo está en marcha, empezar cualquier cosa es siempre difícil”.

Persecución / No teman a Joyce Carol Oates

La escritora estadounidense Joyce Carol Oates, en entrevista en 2017 Bilbao.
La escritora estadounidense Joyce Carol Oates, en entrevista en 2017 Bilbao. FERNANDO DOMINGO ALDAMA

No teman a Joyce Carol Oates

'Persecución', novela extrañamente corta en esta autora, la reconfirma de nuevo como maestra de la literatura de la violencia


Berna González Harbour
13 de marzo de 2020

La primera buena noticia es que Joyce Carol Oates ha escrito un libro de 220 páginas y eso, en alguien que va de millar en millar, es de agradecer para sus incondicionales.
Pero eso es solo un factor. Persecución, esta mininovela en términos oatianos recién publicada por Gatopardo, reconfirma de nuevo a la norteamericana como la maestra imbatible de la literatura de la violencia y la abrasión psicológica del suspense bien conducido.

Joyce Carol Oates / Un libro de mártires americanos / Reseña


La corriente de la conciencia

Joyce Carol Oates pergeña un megalómano alegato contra la irracionalidad que envenena la sociedad en ‘Un libro de mártires americanos’


JAVIER APARICIO MAYDEU
23 OCT 2017 - 03:59 COT

La enigmática cubierta emulando a Hopper ya avanza la tensión y la ansiedad que recorren la nueva y radical novela de la sempiterna candidata al Nobel, que ha pergeñado un megalómano alegato contra la irracionalidad que envenena nuestra sociedad, consagrando su complejo estilo de múltiples registros a llevar a cabo una profunda reflexión sobre el aborto y la pena de muerte en los Estados Unidos, dos cuestiones que generan esa violencia que obsesionó a su admirado Norman Mailer y a otros narradores americanos como Don DeLillo o Cormac McCarthy, que tiñe de sangre la bandera americana y que tarde o temprano conduce a una forma de martirio sin redención. La enjuta y austera Joyce Carol Oates, que se ha ocupado bajo incontables pretextos narrativos de la falaz moral americana, escribe aquí sobre la muerte por aborto, por inyección letal o por ignominia y no abandona los conflictos entre padres, hijas y esposos, con frecuencia aderezados con un asesino, que arrastra desde Mamá, Infiel, La hija del sepulturero, Ave del Paraíso o Carthage.

Joyce Carol Oates / En el surrealismo la gente es real

Joyce Carol Oates

Joyce Carol Oates 

“En el surrealismo la gente es real”

La gran autora norteamericana desciende al territorio del miedo en su nuevo libro

Oates planea cada obra con detalle porque lo suyo, afirma, “es un trabajo de arte”


Oates posa en los jardines de la Universidad de Princeton, donde aún imparte clase /FERNANDO SANCHO
Es una mujer tan seria que cuando sugerimos que sonría para la foto responde, quién sabe si irónica o sorprendida: “Yo creía que ya estaba sonriendo”. Joyce Carol Oates está posando en los jardines de la Universidad de Princeton, donde recibe a Babelia y donde, a sus 77 años, sigue dando clases incansablemente a los alumnos de primer curso. La gran autora americana del último medio siglo se muestra correcta y contenida a lo largo de toda la entrevista, sin amago de querer demostrar nada que no haya demostrado ya en sus libros, pero hay un momento en el que sus ojos se iluminan y una chispa sonriente se abre paso en las comisuras de sus labios: es cuando habla de su procedimiento, de cómo busca el tono apropiado, de cómo elige momentos, de cómo colecciona nombres de personas, de pueblos, de valles o lagos en listas que irá usando conforme se ajusten a la poética interior de un libro.
Porque el trabajo de la literatura, dice verdaderamente emocionada, “es un trabajo de arte que tiene cualidades musicales”.

Oates (Lockport, Nueva York, 1938) sabe hacer novelas gigantes de sentimientos pequeños, convierte en mármol los guijarros que ha encontrado en el camino y logra belleza de la monstruosidad. Ha escrito sobre grandes mitos americanos como Marilyn Monroe, Myke Tysson o los Kennedy, o sobre gente corriente; sobre guerras interiores y las de verdad; sobre sagas familiares, violencia, incesto o sobre su propia viudez después de 48 años de matrimonio. Pero esta vez ha elegido el miedo, los amores desgastados y la tensión entre personajes que se aman, odian, o se necesitan para construir Mágico, sombrío, impenetrable (Alfaguara), un vigoroso conjunto de relatos con los que Oates descose y recose las almas azotadas de la gente. Una y otra vez.
Y pobre de quien se cruce en su camino. Leyéndola, uno se da cuenta de que a su lado puedes ser víctima de una auténtica vivisección. Lo suyo es una autopsia literaria en vida.

A mis alumnos les enseño a ser críticos con su escritura. Escribir requiere una facultad crítica”
PREGUNTA.Este libro parece versar sobre el miedo. Miedo a perder el amor, a envejecer, a la muerte, a la enfermedad. ¿Es lo que quería?
RESPUESTA. Es un libro de historias ligadas por una relación repentina de camaradería entre dos personas conectadas. ‘Sexo con una camella’, la primera, establece una relación entre una abuela y un nieto de 15 años. Hay miedo a la muerte y por ello también se intensifica la relación entre ellos. Es como agarrarse a la mano de otro porque ambos se necesitan. ‘Mastín’, por ejemplo, es una historia de un perro que ataca a una mujer y eso provoca su unión con el hombre. Sin ese ataque, esa unión probablemente no se habría producido.
P.Es también un libro sobre amor. Hay amores desgastados por rutinas, por años, el amor erosionado. Y luego también está el amor que nace y se extingue, como en ‘Parricidio’. ¿Qué es el amor para usted, para su literatura?
R. La conexión de amor entre dos personas es siempre impredecible. En ‘Mastín’, por ejemplo, esas dos personas se unen por una situación de violencia. Si vives una situación de emergencia con alguien, se fragua algo fuerte. La libertad de alguien está siempre limitada por lo que nos ocurre. Y al final de ‘Parricidio’, la hija y la mujer del gran escritor que ha ganado el Nobel se unen fuertemente tras su muerte. Las dos son de la generación siguiente, están unidas, portan su memoria, pero al tiempo se divierten, posiblemente más que él.
P.Dibuja una generación de jóvenes con títulos a los que nadie espera cuando salen de la Universidad. ¿Está describiendo a la generación actual?
R. Es la generación que ha estudiado, están muy bien educados y son inteligentes, pero no hay trabajo para ellos. Por ejemplo, hay muchos más abogados que trabajos y la gente sigue yendo a estudiar Derecho, y no tienen los recursos y futuro que había en los sesenta o setenta, cuando yo estudiaba y había trabajo para todos. Ahora no. Les llamamos walking wounded, los Heridos Vivientes.
P.¿Son el resultado de la crisis o de un modelo que ha muerto para siempre?
R. Es básicamente económico. Muchos trabajos tradicionales se han ido a otros países, China, Tailandia, donde se paga poco. Trabajé un tiempo en Detroit y pude ver cómo se han cerrado las fábricas, las empresas.
P.¿Cuál es el futuro para estos jóvenes?
R. No me toca decirlo, pero es una cuestión política y económica, y también una crisis moral. La gente está perdiendo la orientación, no tienen trabajo, son excelentes, inteligentes, yo simpatizo mucho con esa gente y quiero escribir sobre ellos. Quiero escribir más de esa generación.


Joyce Carol Oates posa en los jardines de la Universidad de Princeton. /FERNANDO SANCHO
P.¿Hay algo positivo en esta crisis?
R. Posiblemente la próxima gente mire más hacia dentro. Los que no consiguen montar empresas o tener trabajo tal vez miren más hacia el interior, al arte, tal vez sean más religiosos, o más interesados en trabajo social. En medio ambiente.
P.¿Cómo le gustaría que se describiera su literatura? Hay definiciones que van desde lo gótico hasta el realismo psicológico o novela política.
R. Me interesa sobre todo el realismo psicológico, y en la literatura gótica o surrealista los personajes siguen siendo coherentes y psicológicamente reales. Cuando tenemos sueños por la noche, los sueños son surrealistas y fantásticos, pero nosotros somos reales y el sueño puede ser deconstruido, se pueden ver sus raíces en la realidad. Política, culturalmente y en términos de sociedad soy una escritora realista. Pero uso técnicas de gótico y surrealismo para explorar en el interior de la imaginación. En estos cuentos también.
P.¿Qué no se ha dicho de su literatura aún?
R. Tengo un humor negro, humor moderno también. Me gusta ver cosas irónicas y graciosas además de trágicas. Posiblemente estoy muy implicada en el amor, en las relaciones entre la gente. La mayoría de las historias aquí son de gente amarrada los unos a los otros. En ‘Desapariciones’, por ejemplo, personas que viven juntas desde hace tantos años y envejecen juntas, hay un triste sentimiento de pérdida, de que uno empieza a enfermar, desaparecer, estar menos presente. He perdido a cierta gente en mi vida, y primero empiezan retirándose. Te das cuenta de que ya no sabes tanto de ellos, de que ya no hablas mucho con ellos, así que imaginé esta sensación de desaparición.
P.¿Le resultó difícil escribir sobre la desaparición de su marido? Escribió Memorias de una viuda en 2011 y él murió en 2008.
R. Bueno, no podía hacer ninguna otra cosa. Estaba rota en mi concentración, y muy inquieta. La pérdida de mi marido fue una catástrofe emocional y no podía escribir. Tenía una novela acabada, así que la reescribí para hacer algo, Little Bird of Heaven. La reescribí y cada día tenía trabajo que hacer, el mío y el de mi marido. Y el trabajo administrativo. Así que no abordé ese libro como abordo ahora la escritura de ficción, sino desde el corazón. Avanzaba en mi diario más que en la máquina. Después de un tiempo, cuando vi que tenía unas doscientas páginas, me di cuenta de que no es que fuera difícil, es que era algo que podía hacer y no otras cosas. Cuando tienes una pérdida así es bueno trabajar, yo daba clases, está bien no sentarse sola y deprimida. Es bueno trabajar. Y estoy satisfecha de ese libro.
P.¿Cuál cree que es su obra maestra, o está aún por llegar?
R. [Ríe sorprendida]. Tal vez está aún por hacer. Acabo de terminar una gran novela, An American Book of Murders, sobre las complejas divisiones en la sociedad americana entre los liberales, muy educados, y los conservadores, muy religiosos, antidivorcio… Tenemos una división política muy grande aquí entre derecha e izquierda. La acabo de terminar.
P.¿Es la obra maestra?
R. No sé, siento que es una de mis grandes obras, muy compleja. Tengo familias en ambas partes, educadas y no educadas, americanos que van a la universidad y otros que no tienen buenos trabajos, tipo Walmart. Pero simpatizo con ambos extremos.
P.¿Y las mejores, si tuviera que elegir? ¿Blonde por ejemplo, su reconstrucción de Marilyn Monroe?
R. Es una de las más ambiciosas. Sí.
P.¿Es de la que está más satisfecha?

Blonde’ es mi obra más ambiciosa. Planeaba 150 páginas y pronto se impregnó de la vida americana y se hizo épica”
R. No pienso en esos términos. Es como cuando tienes varios amigos, no eliges, cada uno tiene sus cualidades. Me gusta mi novelaCartaghe, sobre un veterano de la guerra de Irak que vuelve a su pueblo. Fue muy sentida. Me gustan los sentimientos que tuve mientras escribía esa novela. Mudwoman es una novela muy emocional e íntima. Todas tienen parte de mi corazón. Blonde fue muy ambiciosa. Tenía originalmente 1.400 páginas y la corté a 900.
P.¡Y el plan era de 150!
R. Sí, empezó así. Pero fue como un experimento, se fue impregnando de la vida americana y se convirtió en épica. Fue muy emocionante, pero también muy exigente.
P.¿Y le resultó más difícil por estar basada en la realidad?
R. Creo que fue mi novela más difícil de escribir porque tiene muchas historias subsidiarias: la era McCarthy de los cincuenta, la cultura popular, las películas, la vida pública, Arthur Miller, que conozco un poco, Joe DiMaggio, John F. Kennedy y también una mirada a la privación de derechos en América, gente que era pobre pero muy determinada, que quería crecer en sociedad. A mí me impresionó de Marilyn Monroe que siempre tomaba clases: de canto, de interpretación o de baile. Aunque fuera famosa, quería aprender más, no como otras actrices de su tiempo como Elisabeth Taylor o Ava Gardner, que no estaban interesadas en aprender más, sino en actuar como eran.
P.¿Y para usted es más satisfactorio escribir sobre realidad o inventar ficción?
R. Yo sitúo a mis personajes en sitios reales, para mí los escenarios son muy reales. Y la situación política y la atmósfera son reales. Pero la mayoría de la gente es ficticia. No completamente inventadas, tienen compuestos de gente que conozco, pero no escribo sobre gente real. El modelo de ‘Parricidio’ es Saul Below, pero no es realmente él. Ahí hay un poco de Philip Roth, de Norman Mailer, todo junto, pero sobre todo Saul Below.
P.¿Cómo trabaja? ¿Es más difícil planear la obra, escribir o revisar?
R. Es importante planearla con cuidado. Planeo durante meses, lo planeo todo, tomo notas muy cuidadosamente, tomo muchas notas, tengo una línea y empiezo a escribir diálogos y escenas, y para cuando empiezo a escribir la novela tengo mucho material. La parte más difícil es escribirla. Pero mientras tomo notas puedo despertarme en mitad de la noche y trabajar. Revisar es la parte más fácil.

No creo que a ningún escritor se le entienda completamente
P.Pero para usted revisar es reescribir.
R. Sí, reescribo mucho, pero eso no es difícil. La parte más difícil es escribir el primer borrador, es duro.
P.Y cambia mucho del primero al definitivo.
R. Sí. El mejor ejemplo es Blonde, llegó a 1.400 páginas, iba a ser 150 y acabó en 900. Pueden cambiar muchas cosas.
P.¿Cuándo está más feliz?
R. Cuando acabo una parte, un capítulo, y lo reviso. Cuando siento la satisfacción de que algo es ya lo más fuerte que puede ser y me muevo al siguiente capítulo. Siento que estoy construyendo un puente, que cada parte es fuerte y se sostiene, y vuelves y podrías hacerlo de nuevo, pero hay cierta satisfacción en las escenas, en las relaciones entre la gente.
P.¿Cree que la literatura norteamericana es hoy la más importante del mundo o está viendo nuevas tendencias?
R. En la literatura americana de hoy tenemos mucha gente cosmopolita que viene de otros culturas. Salman Rushdie, por ejemplo, vive aquí, pero sus escrituras están basadas aquí o en India, o Inglaterra, podría ser en España. Vive aquí, pero podría vivir en otro sitio. Es un buen ejemplo de un escritor contemporáneo internacional. Es un ejemplo de escritor global, como la chino-americana Amy Tan; Boris Fishman, ruso judío americano; Colm Toibin…, son ejemplos de escritores globales. Viven en América, pero aportan muchas cosas. Yo soy escritora americana y estoy enfocada en América porque no conozco otras culturas, pero hay tanta gente internacional. La literatura americana de hoy no es solo ya la de una generación más americana como Faulkner, Mailer, etcétera. Es global.
P.Usted ha querido llegar al alma de la gente y retratarla. ¿Lo ha logrado?
R. Sí, creo que sí. He escrito tanto, y es lo que la gente dice. La gente dice que he escrito sobre experiencias que han vivido.
P. Su ensayo Del boxeo lo convierte en metáfora de la vida y de la escritura.
R. Es la lucha entre dos personas en el ring, frente a una audiencia, y tú solo eres capaz de ganar a tu oponente si tiene fallos. Pierdes si no te puedes defender de él. Es una parábola de la vida: ganas salvo que tengas unos fallos en tu técnica, no es solo que tu oponente sea fuerte, sino que tú tengas debilidades. Y a veces no tenemos suficiente valentía.
P.¿Cree que usted ha ganado los grandes combates, como los boxeadores?
R. No, no creo. Cada proyecto es un nuevo desafío.

Reescribo mucho, pero eso no es difícil. La parte más difícil es escribir el primer borrador, es duro
P.¿Cree que ha sido entendida por los lectores?
R. Por algunos. Por algunos escritores y algunos lectores. Pero no creo que a ningún escritor se le entienda completamente.
P.¿Cuál es la lección más importante que da a sus alumnos?
R. Les enseño a ser críticos con su escritura. Escribir requiere una facultad crítica y les intento inculcar eso.
P.¿Tiene amigos de confianza a los que dar sus borradores?
R. No.
P.¿Toma todas las decisiones sola?
R. Mi marido me lee, pero no es un crítico. Mi amigo Richard Ford se lo lee a su mujer y ella hace crítica. Jean Didion y John Gregory Dune se lo dan todo, pero yo no he tenido una relación así.
P.Hablemos de la estructura. ¿Cómo encuentra la voz, el tono, la estructura? ¿Cómo lo decide?
R. Es muy intuitivo, paso mucho tiempo buscando la voz, es la parte más difícil en la etapa de planificación. Debo encontrar la voz exacta. Las frases pueden ser cortas, largas, poéticas, pero esas voces están elegidas muy cuidadosamente para reflejar el carácter de los personajes. Hay distinta gente y distintas voces, y además una voz interior de cada personaje, que puede tener dos o tres voces. Elijo los nombres muy cuidadosamente, los escenarios…, paso mucho tiempo con ello. Tengo una lista de nombres para mi próxima novela, por ejemplo, es muy poético, muy fuerte, nombres de pueblos, de ríos, de valles… El trabajo de la literatura es un trabajo de arte que tiene cualidades musicales, y para mí es muy atmosférico. Es como si estuviera creando un mosaico en tres dimensiones: el tono musical, los momentos de belleza, momentos de poder… y sentido de comprensión de lo que la gente ve. Pero es de una forma intuitiva.
P. ¿Lo lee en alto?
R. Puedo oír la voz en mi cabeza. Sé los finales de las novelas, tengo una imagen, por ejemplo, dos personas agarrándose las manos, y trabajo hacia ese final. •



Joyce Carol Oates / Tijeras enterradas en la arena

Joyce Carol Oates

Tijeras enterradas en la arena

Oates genera una melodía misteriosa e introspectiva en la que reconoces la literatura

Joyce Carol Oates (Lockport, Nueva York, 1938) es una fuerza narradora casi sobrehumana, en cuanto a cantidad y calidad de sus obras. Es autora de más de 50 novelas, 400 relatos breves, poemarios, textos de no ficción y de teatro. Su nivel de exigencia es siempre muy alto. Es difícil encontrar objetos de saldo en la estantería Oates. Con todo, uno de sus puntos débiles es, en ocasiones, digresiones no literarias, memoria externa irrelevante, algo que se ha ido acrecentado en sus últimas novelas. Por ello, en una recopilación de relatos como es Mágico, sombrío, impenetrable, ese aspecto se diluye o no existe y la gran mayoría de estos 13 relatos —que la escritora fue publicando en revistas y suplementos literarios— son excelentes brebajes servidos al punto para ser saboreados.

jueves, 28 de enero de 2021

Jeremías Gamboa / La última ciudad de Claudio López Lamadrid





Claudio López Lamadrid.
Claudio López Lamadrid. DANIEL MORDZINSKI


La última ciudad de Claudio López Lamadrid

El editor creía que el futuro de la industria del libro y de la literatura se jugaría en los países latinoamericanos y apostaba por recomponer la relación entre estos y España


JEREMÍAS GAMBOA
15 ENE 2019 - 10:24 COT

La última vez que vi a Claudio López fue en su reducto, esa oficina atiborrada de libros apilados en torres sobre su escritorio y comentarios escritos en una pizarra en las oficinas de Penguin Random House de la calle Travesera de Gracia, en Barcelona. Como casi siempre estaba vestido de negro y esa mañana tenía buen humor: sonreía de ese modo ladeado y silencioso, con aires de encanto y misterio, con los que seducía a sus amigos, colegas y autores. La noche anterior había caído al teatro Lliure junto a Ángeles González Sinde para ver una de las últimas funciones de El sistema solar, de Mariana de Althaus, y quedarse a ver el conversatorio que tuvo ella, mi pareja, con la directora y los actores de la obra, de manera que lo primero que hizo al verme esa mañana de abril fue hablarme con mucha emoción de la obra que había visto, de Mariana y también del Perú. Quería saber cómo iba todo en mi país o más bien quería que le confirmara todo lo bueno que él sabía que estaba pasando en el Perú. Su entusiasmo era evidente. Hablaba mucho de Jerónimo Pimentel, el joven y brillante director editorial de PRH en el Perú, y amigo mío, que había contratado hacía poco más de un año. Me contaba algunas de las sorpresas que había recibido de él y de la escena editorial en el Perú, y me preguntaba cómo observaba yo todo. Recuerdo que le dije que lo veía todo muy alentador pero que me parecía urgente darle un buen descanso a Pimentel. Estaba trabajando demasiado.

Juan Cruz / En la cocina de Beatriz de Moura


Beatriz de Moura en 1970.
Beatriz de Moura en 1970.  EL PAÍS

En la cocina de Beatriz

Libre y con la discreción como arma, el catálogo de De Moura en Tusquets es una historia del gusto en el siglo XX


Juan Cruz
7 de julio de 2019

Juan Cerezo, su sucesor, recordó el pasado jueves, cuando la editorial cumplía cincuenta años y Beatriz de Moura celebraba sus ochenta, que Tusquets Editores nació en la cocina de su fundadora. Por la noche, ella y Óscar Tusquets, su compañero entonces, cenaban con sus amigos y por la mañana Beatriz hacía que esa cocina limpia fuera otra vez el centro de su batalla. Cincuenta años después Beatriz estaba en un castillo de Esplugas, rodeada de autores, amigos, competidores y leyenda. Faltaba Toni López. Ella lo recordó. Nada que cumpla cincuenta años será nunca una historia sin heridas o muertes. El jueves el pelo de Beatriz era de oro, como la etiqueta de sus libros. Y por allí deambulaba con el tiempo a cuestas. No ha publicado un solo libro que no le gustara, así que sus fichajes han celebrado el ingreso en su equipo como si hubieran marcado el gol de su vida (eso dice Fernando Aramburu, lo corroboran Luis Landero o Almudena Grandes: recibir una llamada de Beatriz fue fuego en sus venas).Han seguido con ella, salvo excepciones, porque como patrona del barco es segura, exigente, no está sometida a veleidades. En el barco ha seguido siendo cocinera, pinche de cocina incluso, grumete. Cuando estaban en Cesare Cantú, su mejor sede, trabajaba contra la pared, como Julio Cortázar. Minuciosamente. Un editor es alguien que trabaja tachando, limando egos, buscando relaciones inteligentes entre la creación y el público. Y aunque parezca que están de farra lo hacen para que los autores piensen que también se distraen.

Beatriz de Moura / Vivimos un Fahrenheit 451


Beatriz de Moura

“Vivimos un ‘Fahrenheit 451”

Beatriz de Moura, fundadora de Tusquets Editores, analiza la crisis del sector y el cambio del concepto de ocio un año después de su absorción por Planeta




Beatriz de Moura, en la sede de su editorial en Barcelona. / MASSIMILIANO MINOCRI
Beatriz de Moura (Rio de Janeiro, 1939) respira tranquila. Hace poco más de un año —sostiene— se movió a tiempo y salvó su editorial de una probable muerte económica. “Son 44 años de trabajo que no quería ver desaparecer”, explica como marco del acuerdo que alcanzó con Planeta Corporación aquel 26 de abril de 2012 y que permitía la entrada del gigante editorial en el accionariado de Tusquets, paradigma de la edición literaria, del sello de volumen medio independiente en tiempos de fusiones para capear el temporal.