¿QUÉ DIABLOS OCURRIÓ CON JULIA ORMOND?
A Julia Ormond siempre le vino un poco grande la fama que atesoró alrededor de 1995, cuando encadenó una serie de éxitos en Hollywood que le valieron para que la Asociación Nacional de Ejecutivos de Programas de Televisión la nombrara Estrella Femenina del Mañana, es decir, una de las intérpretes con un futuro más brillante en la industria audiovisual estadounidense. No es que su talento no mereciese tanta atención, ni mucho menos, sino que, en realidad, ella siempre se sintió más cómoda en petit comité, en sus funciones teatrales en su Gran Bretaña natal, con las que se labró un nombre en los años 80.
Tras debutar con gran éxito de crítica en la serie 'Traffik', donde interpretó a la hija de un ministro británico adicta al crack, no tardó en dar el salto al cine. En 1993, Peter Greenaway le regaló su primer papel importante en 'El niño de Mâcon', y poco después ya se codeaba con Brad Pitt y Anthony Hopkins en 'Leyendas de pasión' (Edward Zwick, 1994, [GIF]) o con Sean Connery y Richard Gere en 'El primer caballero' (Jerry Zucker, 1995). Su ascenso a la fama fue meteórico, casi tanto como su condena al ostracismo.
Muchos creen que el pecado de Ormond fue protagonizar el remake de 'Sabrina' dirigido en 1995 por Sidney Pollack. "La gente se preguntaba por qué había que hacer un remake de lo que ya era un clásico. Otros me decían que estaba cometiendo un error, pero yo les respondía que si Sidney Pollack te llama para hacer una comedia romántica con Harrison Ford, no puedes decirle que no", se justificaba la actriz en una entrevista en el Daily Mail. 'Sabrina' tampoco fue un desastre. De hecho, llegó a recibir dos nominaciones a los Oscar (para la música de John Williams), pero Ormond jamás debería haberse expuesto a ser comparada con un mito como Audrey Hepburn. Ahí tenía la batalla perdida de antemano, aunque lo peor llegó después.
La actriz británica encadenó dos auténticos batacazos de taquilla de esos que manchan para siempre un curriculum. 'Smila: Misterio en la nieve' (Bille August, 1997) costó 35 millones de dólares y sólo recaudó 2,4 millones. 'El barbero de Siberia' (Nikita Mikhalkov, 1998) es una excelente película, pero su ambición era tan desmedida que era difícil que acabase siendo un film rentable. Costó también unos 35 millones de dólares, y en Rusia apenas recuperó 2,6 millones. Si a eso le sumamos que Ormond tomó decisiones tan equivocadas como rechazar un papel en 'El Indomable Will Hunting' (Gus Van Sant, 1997) se entiende que su estrella se fuese apagando poco a poco.
Entre 1998 y 2006, la actriz sólo trabajó en tres películas, la más conocida de las cuales en 'Inland Empire', la última locura de David Lynch. Quizás ese dato ilustre mejor que ninguna palabra el giro que ha dado su carrera hacia papeles mucho más selectos en películas independientes, una decisión que le ha permitido alejarse de las alfombras rojas: "Fui la típica niña que odiaba ponerse el vestido de los domingos para ir a la iglesia. rara vez llevo vestidos, pero entendí que los photocalls formaban parte de mi trabajo", confiesa.
En los últimos años la hemos visto en títulos como 'El curioso caso de Benjamin Button' (David Fincher, 2008) o 'Mi semana con Marilyn' (Simon Curtis, 2011), donde interpretó a Vivien Leigh, curiosamente la actriz con la que se la comparaba al inicio de su carrera. Los seriéfilos la recordarán por su participación en 'Mad Men' [GIF] o por ser una de las protagonistas de 'Incorporated', la serie de los hermanos Pastor para Syfy actualmente en emisión. En USA estrenó 'Rememory', en la que comparte reparto con el malogrado Anton Yelchin y con el actor de 'Juego de Tronos' Peter Dinklage. Últimamente ha participado en la mini-serie de 'Howards End' y próximamente protagonizará 'Ladies in Black' a las órdenes de Bruce Beresford.
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