lunes, 18 de mayo de 2015

Gustavo Tatis / El tesoro que nos deja Óscar Collazos

Óscar Collazos con su esposa Jimena Rojas
Foto de Maruja Parra

El tesoro que nos deja 

Óscar Collazos


Por GUSTAVO TATIS GUERRA
Cartagena
18 de Mayo de 2015 12:00 am


Óscar Collazos (1942-2015) nos deja una obra maravillosa como narrador de ficciones y como analista de las realidades políticas de Colombia y el mundo. A sus veinte años fue celebrado por Gabriel García Márquez y Álvaro Cepeda Samudio, cuando publicó su libro de cuentos “El verano también moja las espaldas” (1966). En ese primer libro ya estaban cifradas las obsesiones del joven escritor y el talento de un narrador para contar las historias de Bahía Solano, su aldea natal: su descubrimiento del sexo, la música, el habla popular, los dramas sociales. 

Su primera experiencia en el Caribe la vivió cuando Cepeda Samudio lo invitó a conocer Barranquilla. La sorpresa que tuvo el joven Collazos fue conocer una nueva forma de vivir en el Caribe, en la gracia arrolladora de uno de sus mejores periodistas y escritores: el autor de “Todos estábamos a la espera” (1954) y la novela La casa grande (1962). Cepeda lo recibió con alborozo y lo sorprendió con un manojo de billetes arrugados sacados de su bolsillo de viajero sin tregua, y los metió en un sobre, con un papelito en el que le daba la bienvenida y le pedía que por favor, conociera y gozara el Caribe. La promesa de conocerlo se tradujo años más tarde en que Collazos decidió vivir entre nosotros, desde 1999 en Cartagena de Indias. El tránsito del Pacífico y el Caribe le permitió completar su visión universal del arribo forzado de los africanos en América. Y considerarse un hombre Caribe, no solo porque al Pacífico llegaron africanos esclavizados, sino porque en el discurrir incesante de los puertos se cifraban las señales de la aldea global, en sus arraigos y desarraigos, en sus arribos y en sus peregrinajes. Collazos no cesó de escribir desde que era un niño.  Sus novelas Señor Sombra (2009) y Tierra quemada (2013), son el retrato despiadado de la Colombia de los paramilitares y de los desplazamientos forzados. Una radiografía de la cruda realidad de la violencia. Uno de sus cuentos antológicos, es “Soledad al final del coche cama”, de su libro “Adiós, Europa, adiós” (2000), que logra de manera magistral introducirnos en el raro misterio de la evocación más allá de la muerte, en un clima de suspenso, con un final digno de Borges o Patricia Highsmith.
En agosto 29 iba a cumplir 73 años.  Collazos no permitió envejecer. Tenía una perplejidad intacta ante la belleza del mundo y ante las tragedias humanas y sociales. Escribió 18 novelas, 6 libros de cuentos, 13 libros de ensayos, y escribía una nueva novela simultáneamente a la escritura semanal de dos columnas de opinión.  Junto al narrador de ficciones y al columnista de opinión, se suma la del ensayista que hizo el juicio crítico de “García Márquez: La soledad y la gloria” (1983), el que compartió con Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa, la escritura del libro “Revolución en la literatura y literatura en la revolución”.  El autor de dos libros sobre la corrupción política de Cartagena de Indias y otro libro crítico sobre los aspirantes a la presidencia en 2006.   El autor de dos novelas juveniles extraordinarias que se leen en todo el continente: La ballena varada (1997) y En la laguna más profunda (2011). Esta última, muy conmovedora, sobre la enfermedad del olvido.
Conversador exquisito, cocinero generoso de sus propios amigos, bailador y celebrador, testigo y partícipe esencial de una generación de grandes escritores de América Latina, Collazos fue una criatura integral que se enfrentó a la muerte, con la dignidad de un guerrero y el espíritu de un artista.  Le sobreviven: Laia, su hija, y su esposa  Jimena Rojas.
Nos harán falta sus juicios acertados sobre los desatinos de nuestra realidad contemporánea, todos los jueves y sábados.  Nos hará falta la gracia, el humor mordaz e irónico, la vitalidad y la memoria prodigiosa de un lector voraz y un descifrador de la realidad del mundo.



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