martes, 19 de mayo de 2015

Ida Vitale / Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana

Ida Vitale


La uruguaya Ida Vitale, premio Reina Sofía de poesía Iberoamericana

La escritora, que en 2010 publicó 'Mella y criba', prepara un nuevo poemario.

Hace unas semanas fue galardona en México con el Premio Alfonso Reyes.



La poeta uruguaya Ida Vitale. / BERNARDO PÉREZ
La poeta uruguaya Ida Vitale, de 91 años, ha ganado hoy el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. 

Convocado por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca y dotado con 42.100 euros, se trata del galardón más prestigioso de un género que la escritora ha simultaneado con la prosa, la traducción y la enseñanza. De hecho, actualmente vive en Austin (Texas), donde recaló en 1989 para enseñar literatura. Antes había pasado una década en México, donde hace unas semanas recibió otro premio grande, el Alfonso Reyes. La escritora lo considera su país de adopción desde que se instalará en él en 1974, cuando huía de la represión militar en Uruguay.
Pese a los avatares y mudanzas que han marcado su vida, la poesía de Ida Vitale se ha mantenido al margen de toda anécdota biográfica. Como suele repetir, no necesita más que una biblioteca y un aeropuerto para sentirse en casa. Así, desde que se estrenó en 1949 con La luz de esta memoria, sus versos han buscado la esencia, rozando el hermetismo pero sin perderse en abstracciones retóricas:Expectantes palabras, / fabulosas en sí, / promesas de sentidos posibles, / airosas, / aéreas, / airadas, / ariadnas. // Un breve error / las vuelve ornamentales. / Su indescriptible exactitud / nos borra”.
No es casual que el libro que la dio a conocer tardíamente en España se titule Reducción del infinito (Tusquets, 2002). Hace unos meses, a su paso por Madrid para formar parte del jurado del premio Loewe, Ida Vitale explicaba a este periódico su obsesivo método de trabajo: “A veces me sale un poema largo, más hablado de lo necesario, pero mi tendencia natural es abreviar. Aunque admiro profundamente a los que se dejan llevar por esa locura ingobernable, cada uno nace no con un guion sino con una escuadra a mano, y la mía es borrar y borrar. Corregir es como arreglar cajones: sacas lo que está de más".
Libros como Cada uno en su noche (1960), Oidor andante (1972),Parvo reino (1984) o Procura de lo imposible (1998) la han consagrado como una de los grandes nombres de la literatura latinoamericana contemporánea. Siguiendo la línea que lleva del barroco español al modernismo americano y pasa por el simbolismo francés, hace tiempo que Ida Vitale desbordó el marco de la conocida en Uruguay como Generación del 45, la de autores tan distintos Mario Benedetti e Idea Vilariño. Junto a la influencia que ejerció en ella la obra de dos de sus compatriotas, María Eugenia Vaz Ferreira y de Delmira Angustini, Vitale no pierde ocasión de reconocer el magisterio de dos enemigos íntimos: Juan Ramón Jiménez y José Bergamín. Al primero lo trató fugazmente cuando pasó por Montevideo. Del segundo fue alumna devota en clase de literatura durante el exilio que siguió a la Guerra Civil. “Era de los que decían: ‘Tienen que leer este libro’, y te lo regalaba”, recuerda la poeta, que tiene al autor español por uno de sus temas favoritos de conversación.
Hace cinco años la editorial Pre-Textos publicó Mella y criba, su último poemario hasta ahora. Ella afirma, sin embargo, que ya tiene otro -“otros, y eso es lo peor”- en marcha. Por lo pronto, tendrá que preparar la antología que tradicionalmente acompaña el premio Reina Sofía. Hoy se ha sumado a un palmarés en el que figuran ya autores como Antonio Gamoneda, José Manuel Caballero Bonald, Juan Gelman, Gonzalo Rojas, José Hierro, Nicanor Parra –todos ellos laureados luego con el Cervantes- , Ernesto Cardenal, Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Blanca Varela, Fina García Marruz, Nuno Júdice o María Victoria Atencia, galardonada el año pasado.
El jurado de esta edición estuvo compuesto por el presidente de Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri Palazuelo, el rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez, y la citada María Victoria Atencia. El jurado lo completaron el director de la RAE, Darío Villanueva, Pilar Martín Laborda, Ana Santos Aramburo, José Manuel Mendes, Luis Antonio de Villena, Noni Benegas, Pilar del Río, Ana María Martins Machado, Luis Alberto de Cuenca, Miren Itziar Taboada Aquierreta, Miguel Ángel Recio Crespo, Carmen Millán de Benavides, María Angeles Pérez López y Javier San José Lera.


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