Richard Price |
Richard Price: “Escribir novelas te recluye, hacerlo en series te devuelve la vida social”
El novelista firma para HBO la adaptación de 'El visitante', novela de Stephen King
Andrea Aguilar
Madrid, 14 de enero de 2020
La frase rápida y directa es su sello inconfundible, y los bajos fondos un territorio de sobra conocido por Richard Price (Nueva York, 70 años). Criado en las calles del Bronx, el escritor ha mantenido una estrecha relación con el cine y la televisión desde sus comienzos. Con Spike Lee adaptó su novela Clockers, luego firmó El color del dinero y varios episodios de la legendaria serie The Wire, de David Simon, antes de publicar Vida fácil y de repetir con Simon en la serie The Deuce. Ahora, Price firma los 10 episodios de El visitante, producción que parte de la novela homónima de Stephen King, un thriller con elementos sobrenaturales, que HBO ha estrenado esta semana.
El visitante comienza con el brutal asesinato de un niño que parece bastante claro, hasta que empiezan a surgir cabos imposibles de atar. El detective que lleva el caso recurre a Holly Gibney, un personaje que aparece en varias novelas de King y que en esta versión es una mujer negra de Chicago. Price responde al teléfono en Nueva York
Pregunta. ¿Cuál ha sido el principal reto con El visitante?
Respuesta. Pues estirar la novela hasta las 10 horas. Esto requiere la introducción de nuevos personajes y relaciones, algunos asuntos clave tienen que ir más allá del libro, progresar, pero había que hacerlo manera que no se perdiese la tensión para mantener el suspense.
P. ¿Cuál es su novela favorita de Stephen King?
R. El resplandor, y la película también me gusta, aunque King la odió. [Stanley] Kubrick tomó el libro como materia prima, como el crudo para su película.
P. Su versión para televisión ha cambiado algunas cosas del libro. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con King?
R. Él está en Maine y yo en Nueva York. Le gusta mi escritura y estaba de acuerdo en que yo adaptara la novela. No se ha metido y al ver el resultado final, los cambios no le han parecido mal.
P. Es la primera vez que escribe terror.
R. Sí, nunca había hecho nada en este género, pero siempre había querido probar. Me gusta el terror desde niño: Frankenstein y lo pulp; tengo debilidad por esas historias. Pero no sentía que mereciera una novela, sino más bien una serie de televisión y, de repente, llegó esto, un proyecto que implicaba adaptar el libro de King, pero también una buena dosis de escritura propia.
P. En novelas suyas como Los impunes y en otros guiones que ha escrito ¿hay algo terrorífico también aunque más real?
R. The Wire y casi todo lo que he escrito es una versión dramatizada de un realismo centrado en temas sociales. Ahí no me interesaba meter nada fantástico. Una vez me dijeron que a lo que en inglés se categoriza como película de horror es la del ¡buh!, del susto, mientras que el género de terror es algo más sutil: son esos gusanos que van horadando tu cabeza. Ese terror es lo que he tratado de crear en El visitante. Los personajes no son fantásticos, sino realistas, con debilidades humanas, y ellos guían la historia.
P. ¿Siente que esta serie y la novela en la que está basada conectan de alguna manera con la situación actual en EE UU?
R. Estos son tiempos peligrosos, pero cualquier tiempo lo es, piensa en los años treinta o en los sesenta. Entonces el mundo estaba en un momento pésimo, pero en la industria del entretenimiento se hicieron buenas cosas. La situación actual, con el mundo convertido en una bola de barro y Trump, pinta mal. Claro que uno trata de abordar de alguna manera el tema, pero hay que ser sutil; no se puede ser demasiado enfático, ni cargar las tintas. En cualquier caso, si de lo que se trata es de aterrorizar y de dar miedo, creo que nada supera a los titulares de los periódicos.
P. ¿Cuánto ha tardado en escribir esta serie?
R. No ha llegado al año. Realmente, estaba siempre con tres episodios entre manos: el que había sido revisado por los estudios añadiendo las sugerencias de cambios que proponían; el nuevo que estaba escribiendo, y el siguiente que aún no tenía del todo esbozado, porque el departamento de arte necesitaba saber lo que tenían que ir preparando. Luego, cada episodio se rodaba en 10 días, así que constantemente hay cambios que hacer porque, por ejemplo, no hay tiempo para ese accidente con un autobús que pusiste en el guion. Escribes como si estuvieras en una cinta de correr.
P. ¿Ese ritmo frenético hace que crear novelas se vuelva algo tedioso y no tan atractivo?
R. Soy novelista y tengo algunas cosas a medio hacer sobre las que volveré. Pero el atractivo de escribir series, además del dinero, es poder interactuar con otra gente. La escritura normalmente es un trabajo muy solitario que te recluye, pero con la televisión vuelves a tener vida social mientras trabajas. Se vuelve adictivo; es como el crack.
P. Ese mismo enganche sienten muchos espectadores con algunas series. ¿Ve televisión?
R. Veo series en streaming. Últimamente, Succession que es un gran y sucio culebrón; Peaky Blinders, que me encanta; y Ozark. Nunca las veo solo, siempre con mi mujer. Y así, aunque la serie no sea muy buena, nuestra conversación en torno a ella siempre lo es.
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.
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