miércoles, 15 de diciembre de 2021

Pilar Quintana / Los abismos / Reseña de Carlos Pardo

Pilar Quintana
Foto de Manuela Uribe


La peor mamá del mundo

Pilar Quintana firma una novela sobre mujeres condenadas a vidas incumplidas que esquiva la simpleza confiriendo opacidad a su protagonista


Carlos Pardo
22 de abril de 2021

El primer acierto de Los abismos, reciente premio Alfaguara de novela, es la perspectiva sutil, casi asordinada, con que refleja la fuerte violencia estructural de una sociedad machista. Frente al imperativo, tan de época, de que la literatura señale claramente sus intenciones, Pilar Quintana (Cali, 1972) apuesta por un tono amable, casi naíf, que no obstante arrincona y carga de dolor la mirada de la narradora, Claudia, una niña de ocho años. Nos encontramos a comienzos de los ochenta en un hogar de clase media del Pacífico colombiano. Acaban de morir Natalie Wood, la cantante Karen Carpenter y Grace Kelly. Y la madre de la narradora, o su “tocaya”, como prefiere definirse esta mujer casada a los 16 años con un hombre mucho mayor que ella, se identifica con sus figuras trágicas y los misterios de sus muertes.

La perspectiva de Claudia como narradora es siempre ligeramente superior a su conocimiento explícito del entorno. Esto le permite a Quintana tratar algunos elementos obvios (que pueden ayudar a un lector despistado) sin caer nunca en una obviedad de estilo. Pero cumple otra función más interesante. No sólo por el habitual recurso novelístico del narrador niño que muestra, extrañado, el mundo de los adultos. También por un raro equilibrio: la novela está escrita en pasado y tiñe la perspectiva de la narradora de una nostalgia sutil, poco redundante. Claudia es un personaje trabajado con pericia. Y perspicaz. Aunque se lo niegue a sí misma, sabe lo que no quiere saber: que la rinitis de su madre es una depresión, que las pastillas que toma son antidepresivos. Y su coqueteo con el suicidio, una voluntaria irresponsabilidad ante una vida que no ha elegido.

portada 'Los Abismos', PILAR QUINTANA. EDITORIAL ALFAGUARA
portada 'Los Abismos', PILAR QUINTANA. EDITORIAL ALFAGUARACORTESÍA EDITORIAL ALFAGUARA

Porque Los abismos es una novela sobre mujeres de clase media condenadas a ser vidas incumplidas, objetos decorativos que se consumen buscando modelos de venganza en las revistas del corazón. Aunque, de nuevo, Quintana esquiva la simpleza y mantiene la opacidad del personaje de la madre, el gran interrogante sobre el que se ar­ticula la novela. Un personaje complejo también para Claudia: una madre vulnerable y desapegada, hostil tantas veces, y que se niega a tratarla de una manera “infantil”. Es decir, a cuidarla. Y que tampoco transige con el simulacro de un amor materno. Antes que madre, es una compañera que le anuncia un fracaso futuro, ya decidido desde que ambas nacieron niñas. “La peor mamá del mundo”.

Aunque Quintana hace pocas concesiones a una intriga convencional, se sirve de alguna casualidad artificiosa para dar forma a la trama. Una pega menor en una novela que se mueve en varios registros y tempos sin perder su ritmo. Porque la prosa de Quintana tiene una cadencia ágil, depurada, pero también sabe cuándo debe demorarse en la maduración de Claudia y dejar crecer al personaje. Esto le da a Los abismos un aire de novela de aprendizaje. Como en el largo episodio que la familia pasa en una casa prestada en el campo, quizá el mejor ejemplo del difícil equilibrio entre nostalgia y desenmascaramiento de esta excelente novela. La madre se recupera de su “rinitis”. El padre, una figura entre escorada y pusilánime, con tristeza de huérfano, intenta conquistar un espacio central. Y Claudia se abre al mundo como a un sueño tétrico. Cada uno vive para sí, desacompasado; y, no obstante, los tres perpetúan una mentira tranquilizadora, una violencia secreta.


EL PAÍS





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