Noche estrellada Vincent van Gogh |
Georg Trakl
HACIA LA NOCHE DE MI CORAZÓN
Al anochecer se oye el grito de los murciélagos.
Dos negros corceles saltan en la pradera.
Murmura el rojo arce.
Al caminante le aparece la pequeña taberna en el camino.
Magnifico el sabor del vino nuevo y de las nueces.
Magnífico: tambalearse ebrio en el bosque crepuscular.
Entre el ramaje negro dolorosas campanas resuenan.
Sobre el rostro gotea rocío.
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