Jefrey Epstein y Donald Trump |
Trump y Clinton minimizan sus vínculos con Epstein, el millonario imputado por abuso sexual a menores
Los líderes demócratas exigen la renuncia del secretario de Empleo, quien permitió en 2008 que no se presentaran cargos federales contra el gestor de fondos
ANTONIA LABORDE
Washington, 19 de julio de 2019
Si el multimillonario Jeffrey Epstein es condenado a los 45 años de cárcel a los que se enfrenta por tráfico sexual de menores y conspiración, es posible que no reciba las visitas de sus viejos amigos Donald Trump y Bill Clinton. Desde que el gestor de fondos ha sido acusado de crear una trama piramidal que le permitió reclutar a niñas para actos sexuales, ambos líderes políticos han intentado bajarle el perfil a los vínculos que mantuvieron en el pasado. Trump sostuvo este martes que “no era admirador” del imputado, a quien hace años lo describió como "un tipo estupendo". Los demócratas exigen la dimisión de Alex Acosta, ahora secretario de Empleo y otrora fiscal del caso Epstein en 2008, por haber llegado entonces a un acuerdo demasiado blando con el millonario.
Desde que Epstein, de 66 años, fue detenido el sábado, Trump apenas se ha referido al asunto. En 2002 fue más elocuente. Para un reportaje de la revista New York, el republicano afirmó conocer desde hace más de 15 años al gestor de fondos y sostuvo: “Incluso se dice que le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí, y muchas de ellas son más jóvenes”. Epstein visitó en varias ocasiones durante el pasado el lujoso club privado del republicano Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida. El mandatario aclaró este martes en la Casa Blanca que “lo conocía como lo conocían todos en Palm Beach”. Agregó que tuvieron una pelea hace mucho tiempo y no han hablado en 15 años. “Yo no era un admirador suyo, eso te lo puedo decir. Yo no era un admirador suyo”, reiteró a los periodistas. Por su parte, el expresidente Bill Clinton prefirió que un portavoz publicara una declaración el lunes por la noche para rebajar la presión sobre su cercanía con el imputado.
"En 2002 y 2003, el presidente Clinton realizó un total de cuatro viajes en el avión de Jeffrey Epstein: uno a Europa, uno a Asia y dos a África, que incluyeron paradas en relación con el trabajo de la Fundación Clinton", reza la declaración, en la que se refiere a las veces que el exmandatario se subió junto a miembros del Servicio Secreto al jet privado del multimillonario, conocido como Lolita Express, igual que la novela Lolita, de Vlaidmir Nabokov, en la que un hombre abusa sexualmente de una menor de edad. Esta versión se contradice con los datos que han recopilado algunos medios. La web de noticias Gawker publicó en 2015 que Clinton aparecía en los registros del avión en 11 vuelos y ahora Fox News ha elevado la cifra a 26 vuelos.
El comunicado sostiene que el demócrata "no sabe nada de los terribles crímenes de los que Jeffrey Epstein se declaró culpable en Florida hace algunos años, o de los que recientemente fue acusado en Nueva York". La primera denuncia contra Epstein data de 2005, cuando los padres de una adolescente de 14 años reportaron a la policía en Palm Beach un caso de abuso sexual. A partir de ahí, el FBI identificó más de una treintena de potenciales víctimas, la mayoría de entre 13 y 16 años. El magnate se defendió de las acusaciones alegando que los encuentros eran consentidos y “no sabía que eran menores”. Según los informes policiales, el gestor de fondos pagaba a las menores por masajes y les ofrecía dinero adicional para que reclutaran a otras adolescentes. En los encuentros hubo abuso y explotación sexual.
Alex Acosta, el entonces fiscal federal de Miami, lideró las negociaciones con los abogados del magnate con quienes llegó a un acuerdo que evitó que se presentaran cargos federales contra Epstein, quien podría haber sido condenado a cadena perpetua. El pacto incluyó que el acusado se declararse culpable de haber prostituido a una menor, su ingreso al registro de delincuentes sexuales y 13 meses en prisión. Durante su estancia en la cárcel, podía salir 12 horas al día a su oficina en Palm Beach, seis días de la semana. El acuerdo fue duramente criticado por la liviandad de la pena. Acosta, actual secretario de Empleo de la Administración de Trump, está ahora en el ojo del huracán.
El líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, dijo que Acosta debería dejar el cargo por el pacto de "cariño" que hizo con Epstein cuando era fiscal. Nancy Pelosi, la líder demócrata de la Cámara de Representantes, también pidió la renuncia del secretario de Empleo: “Como fiscal federal, se comprometió a un acuerdo inconcebible con Jeffrey Epstein, que mantuvo en secreto las valientes y jóvenes víctimas, impidiéndoles buscar justicia. La Administración de Trump sabía esto cuando lo nombró para el Gabinete”. Los términos del acuerdo de 2008 se han mantenido en secreto y el pasado febrero un juez federal determinó que era ilegal. Hace un par de días un magistrado autorizó que se desclasificaran los cerca de 2.000 documentos sobre el caso.
Con las presiones de los demócratas en su espalda, Acosta sostuvo este martes en Twitter que “se complace” que los fiscales de Nueva York estén avanzando en el caso “basado en nuevas pruebas”. El secretario de Empleo aprovechó para respaldar las decisiones del polémico acuerdo de 2008, basadas en “la evidencia disponible” entonces. “Ahora que hay nuevas pruebas y testimonios adicionales, la fiscalía de Nueva York ofrece una oportunidad importante para llevarlo ante la justicia de manera más completa”, apuntó. Trump adelantó este martes que seguirá la situación de cerca “con mucho cuidado”. “Me siento muy mal por el secretario Acosta porque lo conozco como alguien que trabaja muy duro y ha hecho un buen trabajo. Me siento muy mal por toda la situación”, agregó el presidente estadounidense.
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