Cate Blanchett conmociona en su regreso al teatro
Las escenas de sexo y violencia en la obra que protagoniza la actriz impactan al público londinense
Patricia Tubella
Londres, 25 de enero de 2019
El regreso de Cate Blanchett a los escenarios de Londres está resultando mucho más sonoro de lo que ya de por sí sugeriría el nombre de la estrella. Las escenas de sexo brutal y violencia en las que se prodiga la obra When We Have Sufficiently Tortured Each Other, cuyo cartel encabeza la actriz australiana, han conmocionado a cierto sector del público (incluso provocaron un desmayo durante una de las representaciones del prestreno) y acaparado titulares en la prensa inglesa. El alboroto no obedece a ninguna treta publicitaria: todas las entradas de la obra —que se representará hasta el 2 de marzo en el National Theatre— están agotadas desde finales del año pasado.
Intérprete arriesgada en el cine, que le ha procurado siete nominaciones al Oscar, de las que ha ganado dos, Blanchett entiende el teatro como una provocación. Lo ha repetido en declaraciones recientes y ya lo demostró antes con una programación poco complaciente en su condición de codirectora de la Compañía de Teatro de Sidney (2008-13) junto a su marido, el dramaturgo Andrew Upton. Tal y como admitía a The Guardian dos semanas antes del estreno, espera y busca reacciones encontradas de la audiencia ante la última obra de Martin Crimp que protagoniza junto a Stephen Dillane (conocido de los televidentes españoles por su papel de Stannis Baratheon en Juego de tronos),descrita por el teatro anfitrión al sur del Támesis como “un juego peligroso de dominación sexual y resistencia”.
La pieza es una versión muy libre y contemporánea de la novela epistolar Pamela, publicada por Samuel Richardson en 1740 y descrita por algunos como una suerte de 50 sombras de Grey del siglo XVIII, en la que una criada adolescente es víctima de los abusos de su señor pero, tras varias vueltas de tuerca, acaba casándose con él. La propuesta de Crim de utilizar esa base para explorar “la naturaleza conflictiva y a menudo violenta del deseo, y de los complicados papeles que juegan hombres y mujeres” se traduce sobre las tablas en escenas tan impactantes como la simulación por un cuarteto de actores del acto sexual en un coche que culmina en violencia contra las dos féminas. Algo más de dos horas, sin intervalo, que para algunos espectadores de los pases previos al estreno oficial, que tuvo lugar anoche, resultaron insoportables.
Tras el desmayo de una señora de edad avanzada, el teatro ha redoblado la advertencia sobre el contenido altamente sensible de la producción, cuyo impacto resulta especialmente poderoso en el espacio íntimo de la sala Dorfman. Ese era el propósito de la directora Katie Mitchell cuando escogió el escenario más pequeño (450 butacas) de los tres que integran el complejo del National Theatre a pesar de la previsible gran demanda de entradas. Para gestionarla, el teatro se vio forzado a organizar un sorteo en Internet en noviembre e inmediatamente colgó el cartel de "sin entradas". Muchos de los descartados entonces protagonizan estos días colas madrugadoras frente a la taquilla para intentar conseguir alguna de las entradas del obligado aunque reducido retén que se venden antes de cada representación.
El gancho de la intérprete de filmes como Elizabeth, El aviador o Blue Jasmine, de 49 años, es incuestionable. Ya propulsó llenos en el grandioso escenario del teatro Barbican, hace siete años, con una obra surrealista del dramaturgo alemán Botho Strauss (Groß und Klein) que difícilmente habría arrasado en taquilla sin su presencia. Su actuación tuvo buenas críticas; la obra, mucho más mesuradas, y una parte del público no la entendió (este diario pudo constatar en una de las representaciones cómo varios espectadores se rendían al sueño).
Pero, aunque parezca que en el ámbito teatral Blanchett solo fuerce los retos más difíciles, lo cierto es que su propósito inicial era regresar este año a Londres con un título tan popular como Eva al desnudo (All About Eve). Problemas de agenda obligaron a la actriz a descolgarse del cartel de una producción inspirada en la famosa película de Joseph L. Mankiewicz (1950), que se estrena el 12 de febrero en el West End. Gillian Anderson, siempre recordada por Expediente X, la sustituirá en el jugoso papel protagonista de Margo Channing.
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