Ibagué
El suicidio no siempre es un problema de salud mental pero es, claramente, un problema de salud pública
LEILA GUERRIERO
20 FEB 2019 - 12:23 COT
El 6 de febrero una mujer de 30 años, aferrada a su hijo de 10, saltó al vacío desde un puente de la ciudad Ibagué, Colombia. Ambos murieron. Los medios de ese país hablaron algo de esa muerte, casi nada de su contexto (al parecer, había tomado un crédito llamado gota a gota, con intereses del 40% mensual, y estaba desesperada). Y los hubo que decidieron no publicar ni una palabra acerca del hecho pero que, sin embargo, publicaron largas notas acerca de por qué habían tomado esa decisión. El editor de un diario importante explicó que no publicaban “noticias de suicidio porque está comprobado que si publicitamos (sic) este tipo de hechos podría inducir a otras personas a hacerlo”. El mismo periódico había “publicitado” el 9 de enero la noticia del suicidio de Rafael Merchán, testigo del caso Odebrecht, con un video en el que se lo veía en un ascensor contemplando el frasco de cianuro con el que iba a matarse (y la factura de compra del veneno, y el precio). La OMS da recomendaciones claras para tratar el tema en los medios. La OPS dice que es un mito que hablar de suicidio produzca suicidios porque quienes contemplan esa posibilidad “no saben con quién hablar. En lugar de fomentarlo (…) hablar abiertamente puede dar (…) otras opciones”. Cada año, ochocientas mil personas se suicidan: son más muertes que las que producen los homicidios y las guerras juntos. El suicidio no siempre es un problema de salud mental pero es, claramente, un problema de salud pública. Sin embargo, no hay sobre eso políticas de Estado, no se habla del tema en familias ni colegios, y los medios reproducen mitos falsos. Los países miembros de la OMS se comprometieron a trabajar para reducir las tasas de suicidios en un 10% para 2020. Me pregunto cómo van a reducir la tasa de algo que para la sociedad, el Estado y los medios no existe.
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