Policías junto a la iglesia donde se perpetró la matanza. ERICH SCHLEGEL |
El asesino de Texas sobre su rifle: “Es una mala bestia”
El criminal era un exsoldado condenado por violencia contra su mujer e hijo, y que se ofrecía como docente para niños en centros evangelistas
J. M. AHRENS
Washington 6 NOV 2017 - 09:18 COT
Devin Kelley, de 26 años, acudió este domingo a la pequeña parroquia baptista de Sutherland Springs (Texas) con un solo objetivo: matar. Vestido de negro y armado con su rifle Rueger AR, empezó disparando fuera de la iglesia y siguió dentro. Niños, embarazadas, ancianos. Le dio igual. Con su arma semiautomática, segó 26 vidas e hirió a 20. Solo unos pocos salieron indemnes.
El detonante de su sed asesina aún permanecía anoche en las brumas. Los pocos datos que iban emergiendo mostraban a un hombre blanco, de presente oscuro y que había servido en las Fuerzas Aéreas de 2009 a 2013. Destinado a la base de Holloman (Nuevo México), allí se había encargado de trabajos de logística. Su vida militar terminó cuando, tras un juicio marcial, fue condenado a 12 meses de confinamiento por violencia contra su esposa e hijo. Salió del cuerpo degradado y con deshonor.
Desde entonces, Kelley no había conseguido ningún trabajo fijo, aunque sí que había impartido, según su ficha de LinkedIn, clases a niños de 4 a 6 años en los denominados colegios bíblicos, centros evangelistas donde se imparte una educación apegada a las sagradas escrituras. “Soy una persona altamente trabajadora y comprometida. Y vivo según los valores de las Fuerzas Aéreas”, dejó escrito en LinkedIn.
La vida familiar de Kelley aún está por emerger. Los parientes con los que han contactado medios estadounidenses se han mostrado parcos y se han limitado a lamentar lo ocurrido. "Ni en un millón de años habría pensado que Kevin pudiese hacer algo así, un acto tan cobarde", dijo su tío a la cadena NBC. En las redes sociales aparece como casado y se le ve en numerosas fotografías con un niño de corta edad. Algunos medios le daban por separado de su esposa e hijo tras el caso de malos tratos.
Menos dudas hay sobre su amor a las armas. Él mismo exhibió una imagen de su última adquisición en una página de Facebook que los medios estadounidenses le atribuyen a él. Era una poderosa y metálica Rueger AR, un arma semiautomática, algunos de cuyos modelos se pueden conseguir por menos de 500 dólares y que en sus manos abrió las puertas del infierno en Sutherland Springs. "Ella es una mala bestia [bad bitch]", escribió junto a la foto.
El uso de este rifle de precisión, la vestimenta paramilitar y el hacinamiento en la parroquia, donde se agolpaban unas 50 personas, indican que el asesino buscaba una matanza masiva. Aunque su vínculo con la denominada Primera Iglesia Baptista no ha sido aclarado, las pesquisas apuntan a que pudo haber alguna conexión pasada con este grupo fundamentalista cristiano. Residente en el vecino condado de Comal, los investigadores se inclinan por pensar que no eligió la parroquia al azar. La premeditación del crimen lo parece confirmar.
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