martes, 27 de agosto de 2024

Devia Murphy / Un atlas y una bicicleta

 

Portada de 'A toda máquina'.
Portada de 'A toda máquina'.


Un atlas y una bicicleta

La escritora irlandesa Dervla Murphy pedaleó un día hasta una colina cerca de su casa y decidió que llegaría en bicicleta hasta la India


Pedro Zuazua
PEDRO ZUAZUA
16 JUN 2024 - 22:15 COT

Hay regalos que se reciben en la infancia y que marcan el resto de la vida. Es probable que quien regala sepa perfectamente lo que está haciendo. También se puede dar el caso de que la persona que hace el presente no sea consciente de las posibilidades que se abren una vez desenvuelto: los caminos de los regalos recibidos en la niñez son inescrutables. A la escritora irlandesa Dervla Murphy le cayeron una bicicleta y un atlas por su décimo cumpleaños. Pocos días después, pedaleó hasta una colina cerca de su casa y decidió que llegaría en bicicleta hasta la India. En una casi inexplicable muestra de sensatez, primero descartó la antigua Unión Soviética —era 1941— y después tomó una decisión que convirtió aquellos regalos en una razón vital: no decir nada a su familia, guardárselo para sí misma. El 14 de enero de 1963 se montó en su bicicleta en Dunkerque. El destino, Nueva Delhi.

A toda máquina (Capitán Swing) es el libro en el que Murphy relata aquel viaje. Con formato de diario, fue relatando las etapas con un estilo sencillo en el que el humor en forma de ironía aparece en cada capítulo. Desde la perspectiva que ofrecía su Rozinante —así se llamaba su bicicleta— va perfilando los paisajes y las culturas que atraviesa, de tal manera que el libro se convierte en mucho más que una aventura deportiva. Tras un rápido paso por Europa —casi un calentamiento—, las etapas por Pakistán, Afganistán o Irán aportan el ritmo de la travesía, que desemboca en Nueva Delhi, donde su cuerpo intuyó el final de la aventura y le regaló unas horas de fiebre y reposo. Con una mirada crítica, Murphy aportó brillantes reflexiones sobre el alma humana. Como el de ese instante en el que se cruza en un museo de Kabul con un veinteañero estadounidense y reflexiona sobre la necesidad de algunos seres humanos de huir de sus entornos —no por estar en ningún lado, sino por marcharse de algún lado— y su incapacidad para comprometerse con algún valor o ideal que no sean ellos mismos.


EL PAÍS 



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