lunes, 30 de marzo de 2020

México endurece su discurso y urge a la población a quedarse en casa ante la aceleración de contagios



Ilustración de Fernando Vicente

LA CRISIS DEL 

CORONAVIRUS

México endurece su discurso y urge a la población a quedarse en casa ante la aceleración de contagios

El crecimiento exponencial de casos ha hecho saltar todas las alarmas: “Es impostergable reducir la velocidad de transmisión del virus”


Elena Reina
México, 28 de marzo de 2020

Atrás van quedando las estampitas que protegían al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, según dijo él mismo. También los llamamientos del mandatario a “no exagerar" la pandemia. La situación ha dado un giro drástico esta semana, especialmente en las últimas horas. “Es impostergable reducir la velocidad de transmisión de este virus. Impostergable", ha asegurado este sábado por la noche el subsecretario de Salud de México, Hugo López-Gatell, quien ha urgido a toda la población, “de forma masiva”, a que se quede en casa durante un mes.



“Estamos ante la última oportunidad para frenar la pandemia. No de evitarla, eso es imposible. Pero sí de retrasar la transmisión”, ha insistido López-Gatell, que ha endurecido su discurso con el paso de los días. Si el martes se anunció que México entraba en la fase 2 de la pandemia; el miércoles alertaba de que la gente no se estaba quedando en casa. Sus palabras más duras llegan pocas horas después de que López Obrador, finalmente, urgiese a la población a quedarse en casa. A través de un vídeo, el presidente mexicano cambiaba drásticamente su planteamiento, pues hasta este viernes nunca había sido tan enfático con la necesidad de parar la transmisión del virus.

En los últimos cuatro días, México ha pasado de contabilizar 485 casos a 848 este sábado. Las muertes registradas hasta ahora son 16. Según la curva que ha mostrado el subsecretario, en la que comparaba la situación de otros países europeos hace unas semanas, México se encuentra al límite de alcanzar la fase 3: “Lo que vemos en los datos es comparable a la de otros países hace tiempo y no queremos llegar a esa situación, porque de ser así será incontenible. Incontenible”, ha insistido López-Gatell. La rapidez de trasmisión ha llegado a México. Lo que temían, que no se pudiera frenar la curva, ya ha sucedido. “Hemos rebasado hoy ese punto. Tenemos que actuar ya”, ha declarado el subsecretario.

López Obrador y las estampitas contra el coronavirus


Pese a la crudeza del mensaje, el Gobierno aún evita tomar medidas drásticas de aislamiento para la población —preocupan especialmente las cifras que tenga que soportar la Ciudad de México— y también obligar a las empresas a que las adopten, de ahí que el mensaje de las últimas horas hace especial énfasis en que las compañías permitan a sus trabajadores trabajar desde casa. “Es particularmente necesario que el sector privado y el sector social se sumen con mayor fuerza, claridad y determinación a este esfuerzo”.

El discurso de López-Gatell venía precedido por un mensaje similar, menos rotundo, del presidente, que ya nada tenía que ver con pronunciamientos anteriores. López Obrador pedía, en medio de una gira por el norte del país, que los mexicanos se quedaran en casa. Priorizar la economía frente a la salud ya no es una opción en México, según lo que han informado este sábado las autoridades. “El Gobierno ya ha suspendido todas sus actividades, reservando solo las indispensables para la vida en sociedad, como lo son el abastecimiento de alimentos, el agua, abastecimiento de energía o servicios de limpieza. Para los demás, nadie debe confundirse sobrevalorando la necesidad de su actividad”, ha señalado López-Gatell, antes de insistir en que el paro debe ser masivo.


López Obrador en los tiempos del coronavirus


Las autoridades mexicanas han sido por primera vez pesimistas desde que comenzó la crisis. “La fase 3, la más difícil, se avecina”, señalaba el subsecretario durante la conferencia de prensa. “Y ahí contaríamos con el peligro de que se saturen los hospitales. La saturación con casos graves implicaría el riesgo de no poder atender a todos los pacientes y tendríamos muertes que podrían ser evitables si hacemos un esfuerzo todos”, ha añadido.

Las estimaciones para México son similares a las que se preveían para Europa con Italia confinada. “Lo que se sabe es que la mayoría de las personas van a estar infectadas. De ellos, 8 de cada 10 será leve; de uno a dos, serán hospitalizados; y menos del 5% al 6% necesitaran atención de medicina crítica”, ha explicado López-Gatell. El subsecretario aseguró esta semana en una entrevista con este diario que los pronósticos que barajaban en un pico máximo de cuatro semanas era de 1.000 hospitalizaciones diarias.

La posición del Ejecutivo mexicano parece la misma que la de los presidentes europeos poco antes de que se desbordaran los contagios en España, Francia o Alemania. Pero con tres semanas de retraso para América Latina. “Seguirán aumentando los casos, habrá graves y habrá muertes. Lo que podemos hacer es que se retrasen y cuando lleguemos a la fase 3, los hospitales tengan suficientes camas. Que quede claro la importancia de quedarnos en casa. En todos los sectores, privado, público y social. Todas y todos al mismo tiempo”, ha insistido.


López Obrador, cada vez más parecido a Hugo Chávez


El sistema de salud público mexicano se enfrenta a la crisis con una capacidad de asistencia limitada. La tasa de camas por 1.000 habitantes es de 1,5, más baja que la de otros países que están en estos momentos desbordados por la crisis. España (3), Italia (3,4) y China (4,2), según el último estudio de la OCDE de finales del año pasado. El presupuesto sanitario ronda el 5% del PIB, también lejos del 9% que gastan en promedio los miembros de la OCDE. Además, la tasa de mortalidad en los hospitales (por cada 100 ingresos) es la más alta de los países de la OCDE por mucho: de 27,5. Le sigue Hungría con una tasa de 15. En España (6,5), Italia (5,4), Francia (5,6), Alemania (8,5) o Corea (9,6).

Este sábado se ha conocido, además, que el gobernador del Estado de Hidalgo ha dado positivo por coronavirus. Omar Fayad se reunió con el presidente López Obrador el 18 de marzo. Sin embargo, el Gobierno ha rechazado que se le vaya a hacer la prueba al mandatario mexicano. A este respecto, preguntado por una periodista sobre si sería adecuado que López Obrador se realizara una prueba de Covid-19, ya que además lleva semanas de gira en México evitando las medidas de protección hasta hace poco, López-Gatell ha respondido: “La probabilidad de que una persona durante el período de incubación sea contagiosa es muy baja y hacer una prueba a un asintomático tiene un rendimiento muy bajo". Sin embargo, científicos de todo el mundo y líderes de países europeos han alertado sobre los riesgos todavía más altos de contagio precisamente desde quienes no presentan síntomas, lo que ha multiplicado los casos a nivel mundial.


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