sábado, 19 de octubre de 2019

‘The Pink Floyd / The Wall cumple cuarenta años








Portada del disco 'The Wall'.
Portada del disco 'The Wall'. IAGO CORTÓN

‘The Wall’ cumple cuarenta años

El disco de Pink Floyd, uno de los más populares y con más carga personal, supuso el principio del fin para la banda


4 DE OCTUBRE DE 2019

El 30 de noviembre de 1979 Pink Floyd publicó su undécimo álbum de estudio, The Wall. Resultó ser uno de los más populares, con algunas canciones oscuras y también el inicio del fin de la banda tal y como había sido durante la década de los 70. Roger Waters dejaría el grupo en el 85, tras una de las mejores giras de la banda y muchas desavenencias de por medio. The Wall es la segunda entrega de la Colección Pink Floyd de EL PAÍS, que llega este domingo a los quioscos y está también disponible en la web de Colecciones.
Waters ideó este trabajo conceptual hilado por un personaje, una estrella de rock denominada Pink. Viene a recoger los vicios y virtudes de los miembros del grupo, pero sobre todo se ha interpretado como un álter ego del propio Waters. A través de esta figura, en cada canción se tratan temáticas como la guerra, la muerte, el fracaso o las drogas. El grupo recurre, como ya había hecho en 1977 con Animals, a la crítica social y política. Según se suceden los asuntos, se van sumando ladrillos a un muro protector que parece ser la única posibilidad de sobrevivir al mundo y a uno mismo.
La idea global queda resumida en el tema Another brick in the wall, tema clave que alcanzó el número uno en las listas estadounidenses y que ayudó a la explosión popular del disco. Se trata de una crítica a la homogeneización de los ciudadanos, a los corsés del sistema educativo, a la alienación. El tema fue adoptado un año más tarde por los estudiantes negros de Sudáfrica que protestaban contra el apartheid que sufrían en los colegios. Su carga simbólica fue de tal magnitud que llegó a ser prohibida por el Gobierno del país.
El tour de The Wall estuvo marcado por una serie de inflables gigantes y parafernalias propias de Pink Floyd, entre la que destacaba el gigante Teacher (profesor) del tema citado. El espectáculo era muy ambicioso y no defraudó. The New York Times publicó en 1980 sobre la gira: “Es la piedra de toque contra la que habrá que comparar todos los futuros espectáculos del rock”.
El universo de The Wall quedó recogido en la película homónima que rodó Alan Parker. Invitado por el propio Waters a ver uno de sus conciertos, el director formuló un musical en el que la esencia teatral de los directos de la banda está totalmente incorporada.
The Wall ha sido interpretado como un reflejo de los sentimientos del propio Waters. Su compañero David Gilmour ha confesado que era “obvio” el malestar del músico hacia el final de su etapa en el grupo, que no se sentía “feliz” con lo que estaban haciendo. Las tiranteces fueron cada vez mayores y las marchas de Richard Wright y Waters no tardaron en producirse, pero ya habían compuesto algunos de los mejores álbumes de la historia del rock.


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