domingo, 19 de septiembre de 2021

Paul Auster homenajea a Crane / "Me duermo con la crítica literaria académica"

Stephen Crane


Paul Auster homenajea a Crane: "Me duermo con la crítica literaria académica"

'La llama inmortal de Stephen Crane' recorre la intensa vida del autor americano que no conoce el lector medio

Paul Auster rinde homenaje. No se puede creer que las generaciones posteriores a la suya no hayan tenido como lectura obligatoria en el colegio ‘La roja insignia del valor’ (1895) de Stephen Crane. ¿Cómo es posible que el público esté familiarizado con Twain, Poe, Whitman o Henry James y no con a quien Auster considera como “el principal responsable de cambiar el modo en que vemos el mundo a través de la lente de la palabra escrita?” La inspiración de Auster es el folklore, los cuentos de hadas, la tradición; por ello admira la originalidad y capacidad creativa de Crane: "tenía una percepción visual de cosas que a muchos se nos escapa y las transformaba en metáforas y símiles que sin incluso difíciles de digerir", explica en la rueda de prensa.

Stephen Crane fue un adelantado a su tiempo. "Puede ser que fuera demasiado liberal en una sociedad conservadora y su fama repentina alimentara las envidias", explica Auster. Un sujeto activo de su época: en una América que transita hacia la cima del capitalismo, Crane mantuvo la defensa de los derechos laborales y sociales de finales del XIX. Falleció a los veintiocho años a causa de una tuberculosis en 1900 sin ser testigo de los desastres humanos que sucumbirían los años posteriores. Aun así, sabía lo que era convivir con el desastre; el neoyorkino ejerció como corresponsal en la Guerra de Cuba del 98. Apasionado del Oeste americano, del oficio de escritor y leal amigo de Joseph Conrad, la vida de Crane es un viaje apasionante por las peculiaridades del cambio de siglo en territorio americano. Con todo, vivió un periodo periodístico glorioso: "Antes los ciudadanos podrían escribir mejor que la mayoría de los universitarios de hoy porque vivían en mundo de palabras impresas. Solo la ciudad de Nueva York publicaba 18 periódicos diarios", reflexiona Auster.

El escritor defiende que "Hemingway no sería Hemingway sin la influencia de Crane". Auster explica la incidencia del norteamericano en el modernismo de la literatura vanguardista y la radicalidad de su poesía. Existen, incluso, títulos posteriores inspirados en sus versos: Joyce Carol Odds publicó la novela 'Porque es amargo y porque es mi corazón' en 1990. El siglo anterior Crane escribía "En el desierto"

En el desierto
i una criatura, desnuda, bestial,
que, agachándose en el suelo,
se cogió el corazón con las manos
y se lo comió.
Dije: "¿Está bueno, amigo?".
"Está amargo, amargo", me respondió
"pero me gusta
porque está amargo
y porque es mi corazón".'
 

Paul Auster enlaza la novela con la biografía, ofrece un discurso cercano -incluso con tono de admiración- sobre la figura de Crane y reivindica su figura como uno de los mayores exponentes de la literatura universal a pesar del desconocimiento del lector medio. "Su llama sigue ardiendo", dice Auster; y quizá por eso el título de la obra apele precisamente a la inmortalidad del autor de novelas, poemas y textos periodísticos. Un análisis "como escritor y como lector" alejado de la crítica académica que, exceptuando casos concretos, le parece "aburridísima". 

Stephen Crane está en todas partes y no se le reconoce apenas en ninguna. Por su parte, Auster pretende ensalzar su figura y acercar su obra literaria a un público alejado del universo académico: un Stephen Crane universal para quienes solo necesitan la curiosidad de sumergirse en un libro. O una película. ¿Cuándo se llevará al cine la adaptación de 'El rojo emblema del valor'? A pesar de los intentos fallidos con anterioridad, Paul Auster mantiene la esperanza: "llamadme cuando eso ocurra".

EL CONFIDENCIAL


No hay comentarios:

Publicar un comentario