17 MAY 2016 - 12:27 COT
Berlanga ya avisó en 'Bienvenido Mr. Marshall' (1953) que los españoles con el lenguaje somos muy nuestros.
Digan
lo que digan las matemáticas, a veces en una suma de componentes el resultado
final no tiene nada que ver con los elementos iniciales. Como muestra, varios
ejemplos: "Hay ropa tendida", "estar a dos velas" o
"ponerse las botas". Son expresiones en español que tienen en común
que su significado no es la suma de los significados de las palabras que la
componen. Eso y ser un caos para traductores, estudiantes de Erasmus y
extranjeros en general.
“Su
significado tiene sobre todo contenido cultural y social. Está intrínsecamente
unido a la idiosincrasia local”, explica la lexicógrafa de
la Fundéu Celia Villar. Y pone de ejemplo el archiconocido
"timo de la estampita" que la RAE reconoce como expresión coloquial,
sinónimo de timo. “Un alemán, por ejemplo, no lo entiende, pero no por el
significado de la expresión en sí, sino porque el concepto de timo no es tan
habitual como para haber tenido la necesidad de crear una expresión que lo
defina”, asegura Villar.
Son
construcciones que existen en casi todos los idiomas. Cuando para los españoles
caen "chuzos de punta" para los ingleses ‘rain cats and dogs’
(literalmente "llueven gatos y perros"); y mientras los españoles
tenemos "resaca", los alemanes "einen kater haben"
(exactamente "tienen un gato"). Ante estas cómicas traducciones se
encontraron Ignacio Ochoa y Federico López Socasau que decidieron enfrentarse a
estos giros lingüísticos con un poco de humor. Escribieron From lost to the river,haciendo el juego con la
expresión "de perdidos al río", en el que interpretan al inglés de
modo literal esos modismos que realmente son intraducibles. Así "dorar la
píldora" se convertía en "to plat the pill" o
"tontolaba" como "sillybean". Este pseudolenguaje ha dado
para dos libros más –Like fish in the water (Como pez en el agua) y Like fish in the water (Reloaded)- y es para Ochoa la
“fórmula redonda para que los que nunca aprendieron ni aprenderán inglés tengan
en su mano la más sutil de las venganzas”.
Estos
giros son particularmente abundantes en español; no en vano, los alemanes usan
"das kommt mir Spanisch vor" (me suena a español) en vez de nuestro
"me suena a chino". Así pues, hemos recopilado algunas de esas
expresiones a fin de facilitar, solo un poco, el conocimiento de la lengua de
Cervantes a los sufridos extranjeros.
Dorar
la píldora
Antes
de que la mayoría de las píldoras tuvieran el recubrimiento insípido con el que
cuentan hoy en día, los farmacéuticos las doraban con sustancias dulces que
dejaban una costra exterior mucho más apetecible. De ahí su significado de
adornar o edulcorar una situación.
La
ocasión la pintan calva
Las
oportunidades nada tienen que ver con la cabellera, pero lo cierto es que
Fidias, el escultor griego, representó calva a la diosa Ocasión, aunque solo en
la zona de la nuca. Era una forma de expresar que si se aprovechaba el momento
-de frente- se la podía coger de los cabellos pero una vez pasada ya no era
posible.
Ponerse
las botas
Se
refiere normalmente a comer copiosamente o a realizar alguna cosa de una manera
opulenta. Su origen tiene que ver directamente con el calzado ya que las botas,
normalmente hechas de piel, solo estaban al alcance de las clases más ricas,
así que su posesión se ha relacionado con la abundancia.
Hay
ropa tendida
Aparte
de una situación habitual y eterna en todo piso de estudiantes que se precie,
la referencia a la ropa tendida se hace cuando puede haber alguien que no
debería escuchar una conversación. Era una expresión habitual en las prisiones
para avisar de la presencia de carceleros.
A
palo seco
Aunque
esta locución se usa normalmente en el ámbito culinario cuando algo viene sin
acompañamiento ni artificios, su origen se encuentra en el terreno naval. Así
se llamaba a navegar con las velas recogidas en medio de un temporal de viento.
Otro
gallo cantaría
Expresión
habitual de toda madre o abuela que se precie destinada a hacer ver que las
cosas podrían ser de otra forma, tener otras consecuencias. Suele iniciarse con
un condicional, aquello que tu bendita progenitora cree que deberías haber
hecho. Y su origen se encuentra en la mayor fabrica de instrucciones vitales:
la religión. Si Pedro no hubiera negado a Jesucristo tres veces, otro gallo
cantaría.
Meterse
en camisa de once varas
O
en un marrón. O en un berenjenal. Viene a significar meterse en problemas que,
normalmente, no nos incumben. Como bien dicho español lo de las once varas es
una exageración aunque en el fundamento del modismo la camisa existía. Se usaba
en la Edad Media como rito a la hora de adoptar un niño. El padre metía al niño
por la manga de una camisa grande y lo sacaba por el cuello. Al besarlo justo
después dejaba claro que aceptaba la paternidad.
Salvarse
por los pelos
Aunque
no lo parezca, esta expresión sí tiene un significado literal que se ha perdido
con el tiempo. En la actualidad, se refiere a salvarse por poco. Sin embargo,
los marineros que no sabían nadar se la tomaban al pie de la letra ya que su
cabellera podía servir de asidero si caían al agua.
Estar
en Babia
Sí,
Babia existe: es una comarca y está en León. Allí
era donde los reyes de León tenían una residencia estival y donde pasaban
largas temporadas para relajarse y olvidar sus regios problemas. De ahí se
quedó el estar en Babia como encontrarse absorto.
El
quinto pino
Lo
cierto es que el quinto pino también existe, o a menos existía en lo que hoy es
el madrileño Paseo de Recoletos. Y, como se presupone, había cinco. El primero
era el que se encontraba más cerca y el quinto, como habrán supuesto
sagazmente, era el más alejado. Así que quedar en el quinto pinto era quedar
lejísimo, incluso para un madrileño.
No
hay tu tía
No
es que en español haya un vínculo secreto entre esta relación de parentesco y
la falta de oportunidades. Es más un caso de deformación del lenguaje. La
expresión original era “no hay atutía”, un ungüento medicinal hecho con óxido
de zinc que con el tiempo llegó a conocerse como sinónimo de remedio para todo.
Hacer
la pelota
Una
práctica tan española que podría considerarse como deporte patrio, aunque no
tenga que ver con ningún balón ni elemento esférico. Se trata de adular a
alguien buscando el beneficio propio y es una locución importada de nuestros
vecinos galos para los que una pelota es una prostituta. El chulo tiraba de
elementos de márketing y les encargaba fidelizar clientes o lo que, traducido
en este contexto, sería halagarles y camelarles para que volvieran a requerir
sus servicios.
Montar
un pollo
No
se trata de cabalgar sobre el ave más numerosa del planeta y, aunque
la RAE lo admite oficialmente con ‘ll’, su origen tiene más que
ver con el “poyo”, el banco de piedra que se encuentra en el exterior de muchas
casas. Esta palabra a su vez deriva del latín ‘podium’, el podio en el que se subían
los oradores en las plazas para dar discursos y que podían causar verdaderos
escándalos.
Sanseacabó
No
hay un criterio único sobre el origen de este santo dado a finiquitar cosas; la
más obvia es la que atribuye la expresión precisamente a un imaginario beato
San se acabó que se usaría coloquialmente para dar por terminada una acción. O
lo que es lo mismo, y en términos más gastronómicos que eclesiásticos, con esto
y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.
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