miércoles, 16 de noviembre de 2022

Tawada Yōko / La escritora que examina Japón a través de las fronteras

Tawada Yōko, la escritora que examina Japón a través de las fronteras

Taniguchi Sachiyo
28 de septiembre de 2020
Tawada Yōko es autora de una literatura universal de estilo vanguardista, sin límites fronterizos ni lingüísticos, que trata temas tan complejos como los desastres naturales, la contaminación o la inmigración explotando los recursos de la lengua japonesa con una prosa ligera, repleta de humor y juegos de palabras.
Escribir viajando constantemente

En octubre de 2019, el día en que se anunció el Nobel de Literatura, la escritora bilingüe de japonés y alemán residente en Berlín Tawada Yōko estaba de viaje en Brasil. La autora, cuyas obras se han traducido a más de treinta idiomas, se desplazó hasta allí para asistir a la presentación de la versión en portugués de Yuki no renshūsei (Memorias de una osa polar), una novela de 2011 narrada por tres generaciones de osos polares.

Yuki no renshūsei (Memorias de una osa polar), de 2011.
Yuki no renshūsei (Memorias de una osa polar), de 2011.

El nombre de Tawada figuraba en la lista de posibles aspirantes al Nobel de aquel año elaborada por una editorial europea, pero ella, ajena a la algarabía de su entorno, dedicaba toda su energía a participar en charlas y actos similares. Justo antes de ir a Brasil, había estado en los Países Bajos impartiendo una clase magistral sobre la escritura en dos idiomas, y luego había regresado a Alemania para tomar parte en un coloquio sobre arte con el artista Henrike Naumann y la cineasta Ulrike Ottinger. Después del viaje a Brasil, actuó en Japón con la pianista de jazz Takase Aki. Su calendario era impresionante, pero el continuo periplo por todo el planeta para asistir a los actos a los que la invitaban (lecturas, conferencias, etc.) la obligaba a escribir mientras iba de aquí para allá.

The Emissary (2018), traducción al inglés de Kentōshi (2014).
The Emissary (2018), traducción al inglés de Kentōshi (2014).

El anuncio de la candidatura de Tawada a certámenes de alcance mundial, después de haber obtenido el Premio Kleist de literatura en Alemania en 2016 y otro galardón en los National Book Awards estadounidenses de 2018, afianzó su presencia internacional. También se la nombró como posible candidata al Nobel tanto en 2019 como en 2020. Es sin duda una escritora renombrada en todo el mundo. El Premio Kleist se otorga a obras escritas en alemán y constituye uno de los premios literarios más prestigiosos de Alemania. El dramaturgo Heiner Müller, uno de los principales exponentes de la literatura alemana, lo recibió en una ocasión. A Tawada, que fue la primera persona japonesa en obtenerlo, se le concedió por abrir nuevas posibilidades expresivas en la lengua alemana. En los National Book Awards de 2018, la autora ganó la primera edición de la reinstaurada categoría de obras traducidas con Kentōshi (2014) —traducida al inglés por Margaret Mitsutani con el título The Emissary—, una historia que transcurre después de un gran cataclismo mundial. La última edición en que había ganado una obra japonesa había sido la de 1982, en que salieron premiadas una traducción del poemario clásico Man’yoshū y otra de una novela de Higuchi Ichiyō.

Tawada Yōko expresa su alegría por haber ganado un premio en los National Book Awards de Estados Unidos en un acto celebrado el 15 de noviembre de 2018 en la Universidad de Waseda, Tokio. (Jiji Press)
Tawada Yōko expresa su alegría por haber ganado un premio en los National Book Awards de Estados Unidos en un acto celebrado el 15 de noviembre de 2018 en la Universidad de Waseda, Tokio. (Jiji Press)

Diversidad creativa en japonés y alemán

Tawada Yōko, nacida en Tokio en 1960, se trasladó a Alemania antes de la reunificación, en 1982, tras graduarse en la universidad. Empezó trabajando para una agencia de exportación de libros, pero en 1987 una editorial de Tubinga le publicó su primera obra independiente, Nur da wo du bist da ist nichts - Anata no iru tokoro dake nani mo nai (No hay nada solo donde estás tú).

Aquel primer libro tiene una estructura muy peculiar —encuadernado a derecha e izquierda, con una portada en alemán y otra en japonés— y recopila una serie de poemas y relatos cortos de Tawada en japonés con su traducción al alemán (obra de Peter Poertner). En él la autora se sirve de un lenguaje vivaz y dinámico que prescinde de expresiones arcaicas e idiomáticas y de normas gramaticales rígidas, un estilo expresivo que adquirió al vivir en un contexto lingüístico ajeno y observar el concepto de la lengua materna y su relación con ella desde un punto de vista distinto.

Portadas en alemán y japonés de Nur da wo du bist da ist nichts - Anata no iru tokoro dake nani mo nai (No hay nada solo donde estás tú), de 1987.
Portadas en alemán y japonés de Nur da wo du bist da ist nichts - Anata no iru tokoro dake nani mo nai (No hay nada solo donde estás tú), de 1987.

En 1988, Tawada escribió una novela corta en alemán que narraba un viaje en el Transiberiano, Wo Europa anfängt (Donde empieza Europa), por la que recibió un premio de la ciudad de Hamburgo. Con Kakato o nakushite (Perder los talones), que cuenta la experiencia intercultural de una mujer que se traslada a un lugar desconocido para casarse, debutó en Japón y se hizo con el Premio Gunzō de Escritores Noveles en 1991. Luego siguió produciendo una obra muy variopinta en japonés y alemán, tocando géneros como novela, poesía, teatro, teatro para radio y ensayo. Hoy en día lleva publicadas más de veinte obras en Japón y otras tantas en Alemania.

Wo Europa anfängt (Donde empieza Europa), de 1988.
Wo Europa anfängt (Donde empieza Europa), de 1988.

Al hablar de autores que escriben en idiomas distintos a su lengua materna, vienen a la mente predecesores de Tawada como Vladimir Nabokov (1899-1977), que era ruso y escribía en inglés, y Milan Kundera (1929-), que nació en Checoslovaquia pero escribe en francés. No son pocos los llamados “escritores transfronterizos” que abandonaron su tierra de origen por motivos políticos o económicos y terminaron creando en el idioma del país al que emigraron. Tawada, sin embargo, eligió escribir en alemán por voluntad propia y realizó su debut literario en Alemania antes que en Japón. Después de debutar en su país, además, ha desarrollado una carrera de casi treinta años escribiendo en dos idiomas, aprovechando el estímulo de su vida bilingüe como motor creativo. Su singular carrera constituye una crítica radical al concepto de literatura nacional.

Relatos épicos de personas y culturas que atraviesan fronteras

La literatura de Tawada ha abierto un nuevo terreno con cada una de sus obras y actualmente experimenta una nueva fase de transición. En 2018 se estrenó una nueva trilogía, con una primera entrega titulada Chikyū ni chiribamerarete (Esparcida por la Tierra), y en 2020 ha visto la luz el segundo volumen, Hoshi ni honomekasarete (Sugerida por las estrellas).

Si Kentōshi (El emisario) sucedía en un Japón aislado del mundo tras un cataclismo que recordaba al accidente nuclear de Fukushima Dai-ichi, en la nueva saga un archipiélago idéntico al nipón desaparece de la faz de la Tierra. Aunque la causa de la debacle no se especifica, queda implícito que se trata de una catástrofe provocada por el hombre, ya que se menciona la presencia de una contaminación que provoca la enfermedad de Minamata y un movimiento de protesta contra las centrales nucleares.

Kentōshi (El emisario), de 2014.
Kentōshi (El emisario), de 2014.

La trilogía está protagonizada por Hiruko, una inmigrante originaria del malogrado archipiélago. Su nombre, escrito en alfabeto dentro del texto en japonés, destaca de una forma muy particular y evoca a un dios al que abandonan en el mar en el mito de la creación de Japón. Haciendo honor a su nombre, Hiruko se aleja del lugar donde nació y llega a Escandinavia tras un largo periplo. La historia refleja la realidad de la inmigración como problema de interés internacional y punto de disputa política, a la vez que introduce toda una serie de temas como los desastres, el idioma, la etnia, el género y la identidad. Seguramente habrá lectores que relacionarán la figura de Hiruko, que se queda sin poder volver a su país, con el cierre de fronteras y la restricción del tránsito internacional que vivimos en la pandemia.

Aunque todos los temas que trata la saga son serios, los juegos de palabras que Tawada espolvorea por todo el relato contribuyen a relajar el rígido marco mental que se genera en el lector. La destreza con que la autora se sirve del japonés para evocar ciertas imágenes cuando representa la forma de hablar de Hiruko, que emplea un singular híbrido en que se entremezclan las lenguas escandinavas, constituye uno de los atractivos de la obra.

Chikyū ni chiribamerarete (Esparcida por la Tierra), de 2018.
Chikyū ni chiribamerarete (Esparcida por la Tierra), de 2018.

Hiruko, que se ha visto separada del colectivo de hablantes de su idioma materno, emprende un viaje en busca de personas que hablen su idioma junto con otros compañeros de trasfondo lingüístico y cultural diverso. En el primer volumen, vive experiencias que sacuden el concepto de hablante nativo que tan claro tenía al empezar la travesía, como el encuentro con un chef de sushi groenlandés que trabaja en Alemania pero habla su idioma materno. A medida que acompaña a los personajes en su viaje, el lector se pregunta si, en esta era globalizada en que personas y culturas se diseminan a través las fronteras, no es mejor abandonar el apego a la identidad propia de la cultura lingüística, gastronómica y demás para adoptar un nuevo enfoque. En el segundo libro, la historia adopta una escala aún mayor con la que observamos la Tierra como un planeta más del universo.

¿A dónde irán a parar Hiruko y sus compañeros en su odisea? ¿A qué nuevo horizonte transportará Tawada Yōko a los lectores? Estaremos pendientes de descubrirlo.

Hoshi ni honomekasarete (Sugerida por las estrellas), de 2020.
Hoshi ni honomekasarete (Sugerida por las estrellas), de 2020.

Perfil de Tawada Yōko

Nace en Tokio en 1960. Después de licenciarse en la Universidad de Waseda en 1982, se traslada a Alemania. En 1987 debuta como escritora en ese país. En 1991 gana el Premio Gunzō de Escritores Noveles con Kakato o nakushite (Perder los talones). En 1993 gana el Premio Akutagawa con Inu muko iri (El novio fue un perro). En 2003 recibe el Premio Tanizaki Jun’ichirō por Yōgisha no yakō ressha (Sospechosos en un tren nocturno) y en 2011 el Premio Noma de Literatura por Yuki no renshūsei (Memorias de una osa polar), entre otros de sus galardones. Su reputación internacional se ve catapultada tras ganar el Premio Kleist de literatura en Alemania en 2016 y el galardón a la mejor obra traducida en los National Book Awards de Estados Unidos por la traducción al inglés de su novela Kentōshi (El emisario) en 2018.

Fotografía del encabezado: Tawada Yōko recibiendo el Premio Kleist de literatura en alemán, el 20 de noviembre de 2016. (Ullstein bild/AFLO)

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