Hubert Selby |
La habitación
Hubert Selby Jr.
Tras publicarse en castellano Última salida para Brooklyn y Requiem por un Sueño, llega la que para muchos entendidos es la verdadera obra maestra de Hubert Selby Jr. Sin duda estamos ante la novela más dura que jamás hayamos publicado, con una traducción interrumpida en ocasiones para ir a vomitar, un auténtico descenso a los infiernos al que ni siquiera el propio autor pudo enfrentarse hasta pasados veinte años de su publicación. Una narración que reinventa a Joyce, a Dante, a Kafka, un terror que nos remite en ocasiones a los pasajes más siniestros de la Biblia, un libro altamente desaconsejado a todo aspirante a funcionario corrupto, una antecesora buena del American Psicho. Un espejo para Luis Miguel Rabanal, Chuck Palaniuck o Michel Houellebecq. En resumen y en palabras de Allen Ginsberg «Un libro que refleja mejor que ningún otro la angustia de América,», una angustia que por desgracia, hemos hecho nuestra. ¿Y de qué va el libro?: De la frustrada sed de venganza de un pobre diablo encerrado en una celda. A partir de ahí, el horror y la genialidad a partes iguales.
La habitación supone para muchos entendidos la verdadera obra maestra de Selby, una lectura desafiante donde las haya, protagonizada por un delincuente vulgar e iracundo, a la espera de un juicio por un crimen que clama no haber cometido. En el transcurso de la novela, el lector dudará de su inocencia en todo momento, la cual pasa a un plano secundario a medida que se van sucediendo por la mente del reo toda clase de pensamientos desoladores, recuerdos de violaciones, asesinatos, tortura, delirios de grandeza, venganzas inverosímiles, raptos masoquistas y una corrupción aún más claustrofóbica dadas las dimensiones de la ubicación de la acción: una celda.
El propio autor llegó a decir de este libro que no pudo siquiera pensar en releerlo hasta pasados veinte años, llegándolo a considerar «el libro más oscuro escrito acerca de la degradación humana después de la Biblia» y a mostrarse satisfecho con el revuelo que su aparición generó tanto entre seguidores como detractores para poco después caer de nuevo en el ostracismo de los non gratos de facto.
Hay que agradecerle a Selby su visión apocalíptica y su potente y original talento. Newsweek
Como Dante, Selby despliega todo un arsenal de jerga callejera, en ocasiones escatológica, para crear un arte poético que parece brotar directamente de maestros como Whitman, Pound, Williams, Burroughs u Olson. The Nation
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