Françoise Gilot |
Françoise Gilot cumple 100 años
La artista reúne 30 pinturas en una exposición en la casa de subastas Christie’s en su sede de Hong Kong y el 2 de diciembre sus hijas Paloma Picasso y Aurélie Engel moderarán un coloquio en la Alianza Francesa- French Institute de Nueva York
“A mi edad, a veces me canso de la vida, pero nunca me canso de la pintura”, decía Françoise Gilot cuando tenía 98 años en su apartamento con un gran estudio en Central Park West. La artista francesa, una de las más respetadas en el mundo del arte y con más coraje de su generación y a la que algunos sólo conocen por su relación con Picasso, cumple este 26 de noviembre nada menos que 100 años. “Siempre he sentido admiración por mi madre y sigue tan impresionante como siempre gracias a su sentido del humor, conocimiento, sabiduría y creatividad en todo lo que aborda”, cuenta Paloma Picasso, la hija de Gilot, desde Nueva York. El próximo 2 de diciembre, en la Alianza Francesa- French Institute (FIAF) de la ciudad, va a realizar un coloquio-homenaje a su madre junto a su hermana Aurélie Engel. “Mi madre no cree que llegar a los cien años sea un logro importante en sí mismo. Sus metas en la vida siempre han sido de naturaleza diferente, principalmente creativa, artística e intelectual. Ha logrado mucho y, sin embargo, su curiosidad nunca ha disminuido”, apunta.
Francoise Gilot en 2011. Foto: Piotr Redlinski |
Para Gilot “pintar es como respirar”, y por ello nada mejor que celebrar este aniversario con la excepcional exposición que la casa de subastas Christie’s, en su sede de Hong Kong, inaugura en el Convention and Exhibition Centre. Titulada Françoise Gilot: A Celebration, ovaciona su extraordinaria vida reuniendo 30 de las pinturas más importantes de siete décadas de carrera (11 para ser vendidas). Elaine Holt, la directora internacional de arte moderno y contemporáneo de Asia y Pacífico de Christie´s, nos cuenta desde Hong Kong que están “orgullosos de presentar esta monumental muestra de la artista, una de las mentes más creativas y dotadas de la generación de posguerra, que abarca a su importante contribución al mundo del arte con obras desde 1940 a 2010”. Y agrega: “Françoise Gilot es muy apreciada en Asia y el público está deseando ver y conocer más. Aunque ante todo es una muestra de Gilot, la artista es también un paso adelante para la visibilidad de las mujeres artistas”. Paloma Picasso añade que su madre "siempre se ha adelantado a su tiempo, era lo que las mujeres querían ser, casi antes de que se dieran cuenta o se atrevieran a soñar con ello”.
La exposición ha sido realizada en colaboración con la propia Françoise Gilot y su hija Aurélia Engel, directora de sus archivos que mientras viaja de Los Ángeles a Nueva York nos cuenta que su madre "está entusiasmada con el proyecto de la exposición de Hong Kong, ya que siempre le ha interesado la Filosofía Oriental. Tuvo dos muestras importantes en Tokio hace diez años, visitó la India cinco veces, así que llegar a China es nuevo, muy emocionante”. En palabras de la propia Françoise Gilot: "cada uno de los trabajos presentados en esta exposición con Christie's documenta la cristalización de mi vida, mis experimentaciones sobre figuras, objetos, relaciones y naturaleza y con cariño comparto mi pasión y mi búsqueda en el arte”.
Nacida en Neuilly-sur-Seine Francia, desde 1964 ha vivido entre Estados Unidos y Francia. “Siempre hemos hablado en francés”, cuenta Aurélia Engels. “Estados Unidos le dio la libertad de ser ella misma, libre de la tradición. California fue muy nutritiva y le ayudó a desarrollar sus alas; Nueva York es probablemente más un campo de batalla, pero ella es una luchadora”.
La artista tuvo su primera exposición en 1943, el mismo año en que conoció a Pablo Picasso en un restaurante. Él se dirigió a la mesa donde estaba con su amiga Geneviève y le ofreció un cuenco de cerezas preguntándole qué hacía: "soy artista", le dijo, a lo que él respondió que una mujer tan bella no se tenía dedicar a esas cosas, pero aceptó su invitación para asistir a su primera muestra. Ella tenía 21 años y era una artista en ascenso y sus mentores eran Matisse (expresando las emociones a través de color vivos) y Braque (sus composiciones abstractas). Él, un hombre de 61, el artista con mayúsculas, consagrado en todo el mundo. Esas diferencias no impidieron su relación durante una década, como su musa (una palabra que a ella no le gustaba), madre de dos hijos, Claude y Paloma, ama de casa, que tuvo que, en sus palabras, “guardar mi personalidad en el bolsillo”. Al principio obedeció, como había hecho con su padre, pero Gilot, de signo Leo como Picasso y con igual fuerza y coraje, cuando tuvo 30 años y sabía lo que quería le pidió la misma libertad, algo que no obtuvo. En 1953, Gilot, frustrada y sin querer hacer más concesiones porque fuera una mujer, dejó a Picasso llevándose a sus dos hijos.
Aurèlia Engel, hija de su segundo marido, el pintor Luc Simon, explica que su madre ha tenido “una vida rica y plena. Tener arte, un hombre, niños: era muy raro que una mujer [a mediados del siglo XX] pudiera pensar que podría hacer todo eso. Las convenciones le imponían que tenían que elegir, pero mi madre no eligió; quería todo el espectro y vivirlo con pasión. Es una mujer tremendamente independiente, siempre ha vivido a su propia manera, de la misma forma que ha pintado. El secreto de ese único logro ha sido el deseo y confrontar sus miedos”.
Una fuerza de la naturaleza
“Françoise Gilot es una fuerza de la naturaleza”, nos cuenta desde Arles Annie Maïllis, amiga de la pintora desde hace 25 años y biógrafa de Gilot que presenta un documental en la cadena Arte y en la Alianza Francesa- French Insitute (FIAF) de Nueva York titulado Pablo Picasso et Françoise Gilot: la femme qui dit non (la mujer que dijo no). El documental, inspirado en el libro de entrevistas Pablo Picasso et Françoise Gilot, la Méditerranée réenchantée, también de Maïllis, arroja luz sobre la obra artística de Gilot, injustamente ensombrecida, y sobre una década de la vida de Picasso y Gilot, que tuvo una gran influencia en ambos artistas. También analiza el precio a pagar por la artista al abandonar a Picasso, lo que en su momento se consideró un "crimen de lesa majestad", prosigue Maïllis, quien explica: “Gilot posee una personalidad vital e ingeniosa, de una fuerza psicológica e intelectual tremenda, algo que fascinaba a Picasso. Si hay una marca en su personalidad es la libertad. Siempre se negó a someterse a normas y rompió con los dictados de su padre, amigos y Picasso para afirmar su libertad". Y concluye: “cuando la llamaban 'musa', reivindicaba su estatus de artista y decía "no soy una criatura sino una creadora. No soy un objeto de pintura, sino un sujeto"".
Igualmente libre es su obra artística. Nunca ha pertenecido únicamente a un grupo, teoría, género o medio. Gilot desafía la categorización, innovando constantemente y manteniéndose fiel a sus principios artísticos, a su imaginación, pintando no lo que veía sino lo que le miraba. Su obra, que abarca géneros como el autorretrato, la naturaleza muerta o los paisajes, está llena de símbolos. Comenzó pintando de forma abstracta y volvió a retomar la figuración cuando vivía con Picasso para luego borrar las fronteras entre ambos. “Su enfoque principal es la pintura, por supuesto, pero no exclusiva”, explica Paloma Picasso. “Se expresa a través de dibujos, aguafuertes, impresiones y escritos, a veces combinando los dos en algunos poemas ilustrados”.
La exposición de Christie’s plasma esa riqueza creativa en obras como Living Forest (1977), pintura que Christie’s subastará el 1 de diciembre y creada por Gilot en su primer viaje a la India. Étude bleue, una de las obras más importantes de la muestra, es un autorretrato de 1953 con el que marca un nuevo punto de partida cuando reanuda su propia dirección como artista y como mujer, y que parece dialogar con el retrato Femme assise en costume rouge sur fond bleu que Picasso le hizo el mismo año.
Gilot contaba que su relación con Picasso era de pintura, dialogaban con sus obras y de las obras de otros como Manet, Cézanne o Goya. Ambos pintaban como otros escriben su biografía: “mi madre es una pasión ardiente y esa pasión la derrama en sus cuadros”, cuenta Aurélia Engel. “La exposición en Hong Kong proporciona una ventana excepcional a la creatividad de la pareja en este momento”.
El diálogo pictórico con Picasso aparece también en sus últimas obras como White Cloud (Nube Blanca) de 2014, en la que repite el motivo de la paloma. Françoise Gilot, siendo su santo patrón San Francisco de Asís, siempre amó a los pájaros, como Picasso, y ambos artistas representaron el motivo de palomas y pájaros de formas ligeramente diferentes. Por ello pusieron a su hija el nombre de Paloma, quien además nació cuando Picasso había creado obras en las que aparecía la "paloma de la paz”.
En términos de mercado Gilot siempre vivió de la pintura, pero hace una década que el interés por su obra es exponencial y, por tanto, los precios han crecido, estimándose entre los 150.000 y 500.000 dólares. A pesar de que en el mundo del arte el aumento del precio sea una necesidad, Paloma Picasso cuenta que otra prueba de la visión original de su madre es que "contrariamente a lo que la gente imagina no está particularmente impresionada por los nuevos alcances de sus últimas ventas. Esa no es la forma en que ella mide su autoestima”
Al respecto Elaine Holt, la directora internacional de arte moderno y contemporáneo de Asia y Pacífico de Christie´s, comparte una reflexión crucial: “muchas obras de artistas se están reevaluando en consonancia con las reevaluaciones de la historia del arte en muchos frentes. Las generaciones nuevas de coleccionistas anhelan comprender la historia del arte con más amplitud, no solo la narrativa establecida por unos pocos. Durante mucho tiempo, la narrativa de Gilot estuvo ligada únicamente a su relación con Picasso, que fue un período de tiempo extremadamente corto dentro del alcance de su larga vida. Gilot fue un artista antes, durante y después de Picasso”.
Para los que no puedan ir a la exposición de Hong Kong, en el Museo Estrine de Saint Rémy-de-Provence en Francia, se expone hasta el 23 de diciembre François Gilot: Les années Françaises, la etapa francesa de Gilot comisariada por Annie Maïllis, otro homenaje que intenta rehabilitar la obra de una artista fuera de normas ignorada, casi repudiada, en Francia.
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