miércoles, 18 de noviembre de 2020

Paul Auster / ‘EE. UU. se ha convertido en un caso patético’

Paul Auster 



Paul Auster 

‘EE. UU. se ha convertido en un caso patético’

Entrevista con el reconocido escritor norteamericano, opositor de Donald Trump.

Hugo Alconada Mon - La Nación (Argentina) - GDA 
02 de noviembre 2020 , 09:24 p. m.

Paul Auster está en una misión, con dos objetivos. El primero, que los estadounidenses voten. El segundo, derrotar a Donald Trump en las urnas. Pero no cree que eso solucione todos los problemas porque teme que el actual presidente desconozca el resultado si le es adverso. Y porque aún si admitiera su eventual derrota, mediarán once semanas hasta que se marche de la Casa Blanca. Durante ese período, teme, “morirá un número incalculable de personas”, víctimas de la pésima gestión oficial ante la pandemia.

“Estas catástrofes son inevitables”, plantea el premiado escritor de la 'Trilogía de Nueva York'. “La diferencia es que un país inteligente –y supuestamente EE. UU. es un país inteligente– debería haberse preparado”.

Auster se indigna con Trump y sus acólitos, pero también con quienes no votan. “Esa, para mí, es la definición absoluta de pasividad”, remarca. “Estar en democracia significa tener responsabilidades, no solo derechos. Nuestra responsabilidad principal en una democracia es votar”.

Tuvo –o sospecha que tuvo– covid-19. ¿Cómo está ahora?

Mi esposa y yo estamos bien. Es muy posible que nos hayamos contagiado a principios de marzo, pero nunca nos han hecho pruebas, por lo que no estoy seguro. Los síntomas parecen sugerir que lo tuvimos. Nuestro médico cree que sí, pero tuvimos suerte y no duró mucho. Siri enseña un seminario para residentes de Psiquiatría una vez al mes en un hospital y le tocó darlo el 6 de marzo, justo cuando la crisis de Nueva York comenzaba a tomar una gran dimensión, pero antes de que supiéramos que debíamos usar mascarillas. Cinco días después se puso muy enferma y, cinco días después de ella, también lo contraje yo, aunque mi caso fue menos grave. Podemos contagiarnos por segunda vez. Pero quién sabe cuándo. Estamos tomando precauciones para no exponernos porque ya no somos tan jóvenes.

¿Qué le preocupa más de la pandemia, en su desarrollo o en su día después?

Lo que más me preocupa es que fue algo que todos sabíamos que iba a pasar. Mucho antes de que sucediera, el Gobierno había preparado largos informes para la administración entrante de Trump sobre qué debía hacer cuando golpeara una pandemia. Sabían que tarde o temprano iba a pasar. Durante la gestión de Obama, el país estaba preparado para responder de manera eficiente, eficaz y rápida. Estas catástrofes son inevitables. Pero la diferencia es que un país inteligente –y supuestamente EE. UU. lo es– debería haberse preparado. Por eso creo que sentí una rabia y un enfado sin precedentes como estadounidense al ver cómo respondió la administración Trump. Estaba claro que necesitábamos una política nacional, pero Trump y los republicanos en el Congreso dijeron que no era un problema nacional, sino que cada estado debe cuidar a los suyos, lo que nos dio 50 enfoques diferentes. Es moralmente censurable que Estados Unidos, con el cuatro por ciento de la población mundial, tenga entre el 20 al 25 por ciento de todos los casos y del 20 al 25 por ciento de todas las muertes. De manera deliberada permitieron que murieran personas cuando no tenían que morir. Eso es inexcusable para mí. Por mucho que odié a Trump desde el principio, y por mucho que desprecio a los republicanos, mi odio es aún más profundo ahora.

Sentí una rabia y un enfado sin precedentes como ciudadano estadounidense al ver cómo respondió la administración Trump

¿Tanto como ‘odiar’?


Estoy absolutamente horrorizado por lo que ha sucedido. Es como si el 11 de septiembre de 2001, cuando los aviones derribaron las Torres Gemelas y murieron 3.000 personas en una mañana, el presidente hubiera llamado al gobernador de Nueva York y le hubiera dicho: ‘Bueno, esto pasa en tu territorio, así que ocúpate de ello’. ¡O como si, durante la Segunda Guerra Mundial, en lugar de tener un ejército hubiéramos tenido 50 ejércitos! ¡No tiene sentido! De hecho, Trump planteó al principio que esto era “como una guerra”. La guerra contra un enemigo invisible necesita una política unificada, pero no la tenemos. El problema es que si expulsan a Trump del cargo en la votación y se va voluntariamente de la Casa Blanca –algo que ni siquiera está claro–, la nueva administración no asumirá el cargo hasta el 20 de enero. Faltan meses en los que morirá un número incalculable de personas.


Me recuerda una entrevista con la BBC en la que afirmó que esto es peor que los ataques del 11 de septiembre. ¿De verdad lo cree?

¡Esto es peor que el 11 de septiembre! En términos de muertes, tenemos un 11 de septiembre cada dos o tres días. ¡Y nos lo estamos haciendo a nosotros mismos! Otros países lo han manejado mucho mejor. Y es una vergüenza. Estados Unidos, que se enorgullece de ser el número uno en todo, se ha convertido en un caso patético y encima estamos paralizados. Todo se ha convertido en una politiquería desagradable.
Cuando dice que todos sabíamos que esto vendría, se asemeja a las alertas sobre el cambio climático o la desigualdad social.

Esta es una especie de advertencia. Es un ejemplo a pequeña escala de lo que se debe hacer frente a una situación que amenaza al mundo entero. Necesitamos cooperación entre países y coherencia para hacer frente al desafío. El calentamiento global es el problema número uno que enfrenta la humanidad en este momento y tendríamos que estar locos o ser muy indiferentes a la humanidad para no entender que esto requerirá cambios fundamentales en la forma en que todos vivimos. Pero, otra vez, la administración Trump está llena de negacionistas del cambio climático. Esta es otra razón más por la que tenemos que derrotar a los republicanos en las elecciones. Tenemos que ser más inteligentes. Si no nos volvemos inteligentes muy muy rápido, destruiremos el planeta.

¿Tiene esperanzas sobre las elecciones?

¿Que si estoy esperanzado? Siento que Biden ganará. Aunque hay tantos otros factores contingentes en todo esto que no está claro si podrá asumir el cargo. Trump ha estado sembrando las semillas de la duda sobre la validez de las elecciones casi desde el día en que asumió el cargo, y ahora, con la pandemia, comenzó a complicar el votar por correo. Eso significaría que las boletas puedan llegar tarde y que no se computen. Es un truco pequeño y siniestro tras otro para tratar de reducir los votos que serán contados porque los republicanos saben que no tienen mayoría y que van a perder a menos que hagan trampa. Esta es una de las formas en que planean hacer trampa. Uno de los acólitos de Trump, Roger Stone, dijo que si gana Biden, se debería declarar la ley marcial y desconocer el resultado. Mientras, otros plantean que la gente debería empezar a comprar munición porque los demócratas van a robarse las elecciones. Es propaganda a niveles que nunca antes habíamos visto en EE. UU.

¿Este Estados Unidos es muy diferente al que lidió con la disputa entre George W. Bush y Al Gore en 2000?

Sí. Aquello fue el precursor de lo que estamos a punto de ver, un ejemplo pequeño de lo que esta vez podría estar sucediendo en todo el país, no solo en algunos lugares de Florida. Aquella elección –con las disputas en Florida y la forma en que lo resolvió la Corte Suprema– la denominé entonces como un ‘golpe legal’. Pero la gente lo aceptó. Yo estaba sorprendido. Pensé que podría haber un caos tremendo en el país, pero los estadounidenses tienden a ser muy pasivos y no creen que puedan ocurrirnos ese tipo de cosas. Recuerde que hemos tenido transiciones pacíficas de poder desde el comienzo. Pero ahora eso está en duda, estamos en un nuevo territorio. Resulta interesante que Roger Stone haya sido el responsable de enviar gente a Florida mientras contaban los votos en disputa entre Bush y Gore para amenazar e intimidar a quienes estaban a cargo del recuento.

Plantea que los estadounidenses tienden a ser pasivos, pero al mismo tiempo está un movimiento como Black Lives Matters...

Hay una tremenda conciencia por parte de muchos, millones de personas en el país. Pero hay otros millones que están en contra de lo que estas personas reclaman. Recuerde, además, algo que nadie realmente tiene en cuenta: Trump obtuvo 63 millones de votos en 2016, lo cual es inconcebible para mí, mientras que Hillary Clinton obtuvo 66 millones de votos. Pero el mayor número de aquella votación fueron los 90 millones que no votaron. Esa para mí es la definición absoluta de pasividad. Tan indiferentes que no les importó quién controlaba el país. Estar en democracia significa tener responsabilidades, no solo derechos. Nuestra responsabilidad principal es votar. Si la gente no vota, perderá sus derechos.

En semejante contexto, ¿sigue escribiendo? Sé que es parte de un movimiento...

Sí, Escritores contra Trump. Nuestra hija y yo estuvimos entre los miembros fundadores de este grupo, que ha estado funcionando durante los últimos meses. Creo que empezamos con cinco o seis personas y ahora somos más de 1.500 escritores. Estamos haciendo todo lo posible para alentar a la gente a votar. Eso nos ocupa bastante tiempo, de hecho, mientras estaba llegando al final de un proyecto muy largo y diferente.

¿La biografía de Stephen Crane?

Así es. No solo su biografía, también es un estudio de su trabajo. Pensé que sería un libro corto cuando comencé, pero el manuscrito llegó a las mil páginas, ahora ronda las 700 páginas y todavía estoy trabajando en los detalles. Pero también he estado escribiendo algunas otras cosas, tengo un proyecto de no ficción relacionado con fotografías y violencia armada en los Estados Unidos y estoy esbozando ideas para una nueva novela. Así que he estado bastante ocupado.

¿Hay alguna pregunta que no le pregunté y le gustaría responder?

No, no realmente. Quiero decir, mi posición general es no decir nada. [RISAS]¡Pero has logrado tenerme hablando hace rato!

Dado que millones debemos permanecer en casa, ¿qué recomienda para distraerse o ‘aprovechar’ el tiempo? ¿Qué hace usted en su tiempo libre?

Oh, esa es una muy buena pregunta. Ya no estoy escribiendo activamente el libro sobre Stephen Crane, así que tengo un poco más de tiempo y me puse al día con los libros que siempre quise leer. Mi esposa me rogó que leyera Middlemarch, de George Eliot, durante 40 años. Lo intenté un par de veces, pero nunca pude meterme de lleno, hasta que ahora lo leí. Es muy bueno, debo decir. También leí a muchos escritores estadounidenses que no había leído, como Katherine Anne Porter, que era muy muy muy buena. Y luego vemos películas casi todas las noches, comedias antiguas de Jean Harlow. Ella era genial; no hubo nunca nadie como ella. Yo recomendaría que vean sus películas, especialmente en este momento, porque tenemos que dejar de pensar en la pandemia durante unas horas. No podemos pensar solo en esta existencia miserable que tenemos. No hay nada de malo en eso si nos levanta el ánimo.

HUGO ALCONADA MON
La Nación (Argentina)
Grupo Diarios de América (GDA)

EL TIEMPO


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