jueves, 9 de agosto de 2018

Octavio Paz / La musa del poeta

Marie José Tramini y Octavio Paz

OCTAVIO PAZ

La musa del poeta

Rubio Rosel
6 de agosto de 2018
El pasado jueves 26 de julio se apagó la llama que durante 34 años encendió la vida y la poesía de Octavio Paz: Marie José Tramini, Mari-Jo, la mujer que hacía collages y pequeñas cajas-objeto donde metía el universo con un arte sutil y exquisito. Paz decía que ella navegaba por su frente en una hoja de higuera, que la lluvia no la mojaba porque era “llama de agua” derramada sobre sus párpados, “gota diáfana de fuego”. De lo mucho que ahora se ha dicho de ella en México tras su muerte, una muerte en soledad en medio de un gran entramado de “amigos”, se citan sus poemas, publicados bajo seudónimo; se recuerda que conoció a Octavio Paz discutiendo sobre Balzac en Nueva Delhi, cuando el poeta se enamoró perdidamente de su franqueza, de sus labios y de su melena rubia y se vio impelido a cumplir con el destino separándose de la que entonces era su esposa, la escritora mexicana Elena Garro; se han recordado sus exposiciones en París y Madrid y la tenacidad para continuar promoviendo la publicación de la obra completa del poeta tras su muerte. Pero lo que más ha llamado la atención es la cita de Elena Poniatowska, quien contó cierta vez la emoción que le causó leer lo que Richard Berengarten escribió sobre la artista francesa: “En alguno de sus múltiples viajes con Paz, al llenar el formulario que reparten las azafatas antes del aterrizaje, Marie Jo preguntó a Octavio: “¿Qué pongo?”, en el renglón que se refiere al trabajo: “Pon musa”, le dijo Octavio. Tenía razón. Marie Jo sigue siendo la más leal, la más solitaria, la más atribulada de las musas”. Descanse en paz la musa del poeta.

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