viernes, 21 de marzo de 2025

Eusebio Ruvalcaba / Libros

 

Milán, 2025
Foto de Triunfo Arciniegas

Eusebio Ruvalcaba

LIBROS


Te prometo una cosa: llenar

tu casa de libros.

Que no se pueda caminar,

que la gente que invites diga qué

diablos

está pasando,

¿qué ya no existen para ti

más que los malditos libros?

Se te van a enredar en el pelo, en

las piernas.

Cuando te bañes vas a ver que

están ahí,

entre el agua de la regadera

y el champú.

Entonces te vas a reír,

te vas a reír como nunca.

Y los libros van a salir del baño

y se aprestarán a colmar el pasillo

y la cocina. Y la cama.

Eso, tu cama.

No te dejarán hacer el amor.

Porque primero tendrás que leer-

los.

Y eso llevará tiempo.

Sobre todo porque ahí estarán

Dante y Petrarca.

Shakespeare y Tennessee Williams.

Y todos los que han escrito por amor.

Y de amor —¿habrá quién separe una cosa

de la otra?

Y Leopardi, claro. Y Cernuda.

Y José María Álvarez

—cien veces José María Álvarez.

Y Jaime Gil de Biedma.

Y, perdón por insistir, ya lo dije,

todos aquellos cuya lectura te inflama

la sangre.

Porque querrán estar cerca de ti.

Porque el amor te antecede y te rubrica.

Y el amor dice ella ama. Y a ella la amo.

Eso dice el amor.

Entonces los libros saturarán tu

vida

de alegría y de dolor.

Porque esto no hay modo de

cambiarlo.

Y cuando te acerques a la cama

a conciliar el sueño bendito,

cuando desdobles las sábanas

y ansíes, por fin,

reposar la jornada,

advertirás un gran bulto que ocupa lo

suyo.

Son los libros,

que están ahí porque desean

acompañarte

en tus sueños.

Porque son, los libros, como lo eres

tú: ansiosa

de ser amada,

ansiosa de sentir sobre la piel aquellos

dedos abrumados por el deseo;

pero en la misma medida

porque los libros son como tú:

seres a quienes torna ardientes

el simple deseo de tener un

interlocutor.

Alguien que los lea y que les haga

preguntas.

Que platique con ellos.

Que les prometa llevárselos hasta

la tumba.

Alguien que dé la vida por ellos.

Alguien como tú.

Que ame.

Que ame porque el amor es también

abrir el libro

tal como se abre el corazón.

Cuando se ama.

Pero también te prometo otra cosa:

llenar tu casa de música —otro día

hablamos de eso».





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