Clint Eastwood
El bueno, el feo y el malo, de Sergio Leone
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Clint Eastwood: "Nunca es tarde para aprender"
A sus 88 años, Clint Eastwood (San Francisco, 1930) vuelve a situarse delante y detrás de la cámara en Mula. La estrella de cintas como Los puentes de Madison o Million Dollar Baby demuestra seguir en plena forma y recuerda con mucho cariño aquellos trabajos que, en los años 60, le llevaron a trabajar en España.
José Ignacio Cuenca
Los Angeles, 7 de marzo de 2019
- ¿Por qué ha pasado una década desde la última película en la que te dirigías a ti mismo?
- Es cierto. No me había dirigido a mí mismo desde Gran Torino. Las cosas han salido así y no porque no quisiera trabajar con otros directores, sino porque a veces uno se interesa por un proyecto y luego te das cuenta de que igual lo más fácil sería dirigirlo e interpretarlo.
- Entonces, ¿qué ha sido lo que más te ha atraído de Mula?
- En cierto modo guarda relación con Gran Torino, ya que esa película contaba la historia de un tipo que tiene ideas polarizadas sobre la vida y que termina aprendiendo y enmendando su forma de ser. Es un mensaje que me gusta, ya que pienso que nunca es tarde para aprender. Algo así le pasa al protagonista de Mula. Earl Stone es un tipo que está constantemente aprendiendo, aunque algunas de sus acciones no sean precisamente las correctas.
- Earl Stone, tu personaje, es un tipo interesante al que le pasan cosas increíbles...
- Pues sí. Earl se dedica a cultivar flores y, de repente y de manera casi accidental, empieza a transportar droga para un cártel. Antes de que se dé cuenta comienza a ganar bastante dinero y a darse cuenta de que ya no hay vuelta atrás...
- En el centro de toda la trama está la historia de su familia.
- En efecto, Mula es una película sobre la familia de Earl y de cómo sus errores afectan a todos. Por eso intenta arreglar las cosas cuando empieza a ganar dinero. Incluso diría que, de alguna manera, se convierte en un especie de Robin Hood.
- Hablando de la familia, ¿cómo surgió la idea de contar con tu hija Alison para dar vida a la hija de Earl?
- Fue cosa de la gente de cásting. Ellos me recordaron que tenía una hija de esa edad que sería ideal para el papel. Así que la llamé sin saber lo que respondería, ya que es una mujer muy ocupada. Pero, por fortuna, Alison aceptó.
- ¿Te gusta dirigirte a tí mismo?
- Así empecé a hacerlo desde un principio. Con el tiempo me he ido acostumbrando a ello y me encuentro cómodo, aunque siempre es importante rodearte de las personas adecuadas y tomar en cuenta su opinión. Me gusta dirigir, porque así eres más consciente de lo que va a ser tanto el proceso como el resultado final. He de reconocer que he aprendido de todos los realizadores con los que he trabajado. Últimamente, dirijo más que actúo porque no es fácil encontrar material que me atraiga como actor. Pero, cuando llegó esta oportunidad, pensé que sería una buena idea. Bradley Cooper, a quien he dirigido antes, acaba de hacer lo mismo con Ha nacido una estrella. Creo que le va a ir muy bien también detrás de la cámara porque es un hombre con mucho talento.
- ¿Cuánta importancia tiene para ti el cásting?
- Muchísima. De hecho, creo que es lo más importante para cualquier película. Un filme sin el reparto adecuado tiene pocas posibilidades de éxito. Y lo digo en general, sin referirme a ningún caso en concreto. Creo que todos hemos visto películas que pensamos que hubieran funcionado mejor en manos de otras personas. Poder contar con el actor adecuado para cada papel es fundamental. En ese sentido, no sólo me refiero a trabajar con intérpretes consagrados, sino también a los casos en los que alguien no tan conocido te sorprende en un papel y es capaz de aportar algo especial que igual nadie esperaba.
- Tomando a Mula como referencia, ¿no te parece sorprendente cómo la realidad es capaz de superar en ocasiones cualquier ficción que podamos imaginar?
- Así es. En este caso no conocíamos los detalles de cómo ocurrió todo, ya que hace tiempo que esta persona falleció. Pero me pareció desde un principio una historia interesante de la que sabíamos lo suficiente para hacer la película.
- Y el filme tiene humor...
- Creo que el humor es importante en esta historia y en la vida.
- ¿Qué recuerdos tienes de España?
- Tengo muy buenos recuerdos. Allí rodé unas películas conocidas en su tiempo como spaghetti western que jugaron un papel clave en mi carrera. Fueron coproducciones entre Italia, Alemania y España que parecían algo confusas cuando las rodamos, pero terminaron funcionando muy bien.
- ¿Cómo era Sergio Leone?
- Era un hombre muy agradable. Tiene gracia porque, cuando empezamos a trabajar juntos, él no sabía inglés y yo no hablaba una palabra de italiano. Pero, de alguna manera, nos entendimos bien rodando esas películas en España. Fue una experiencia divertida e inolvidable para mí. Cuando aterricé en el aeropuerto para rodar la primera de esas producciones (con él hice Por un puñado de dólares, La muerta tenía un precio y El bueno, el feo y el malo) creo que sólo tenía un par de pantalones, dos jerséis y alguna camisa. Así fue como me planté en el rodaje. Había leído el guion y me atraía el proyecto. Apenas sabía nada más.
- ¿Te imaginabas entonces que esos largometrajes terminarían teniendo la repercusión de la que gozan hoy en día? Muchas personas los consideran obras de culto...
- ¡Para nada! Nunca me imaginé que tendrían esa repercusión. De hecho, tras rodar la primera volví a EEUU para trabajar en televisión y pensé que nunca la vería. Después empecé a escuchar que se había hecho un buen western titulado Per un pugno di dollari, sin saber que se trataba de la película en la que yo había actuado, ya que tenía otro título cuando la rodamos: Il magnifico straniero. Entonces apareció un artículo que hablaba de que, pese a que el género estaba en decadencia, había salido uno nuevo western muy interesante titulado Por un puñado de dólares. ¡Y yo lo leí sin darme cuenta de qué se trataba! Luego me enteré de la verdad y me llamaron para hacer la siguiente. Fueron tiempos interesantes.
- ¿Volverías a hacer un western?
- Me encantaría hacer otro, pero para eso necesito encontrar la historia adecuada.
- ¿Qué necesita hacer alguien que quiere que Clint Eastwood ruede su guion?
- Presentarme una buena historia que sea atractiva para el espectador y que, al mismo tiempo, merezca la pena dedicarle ese esfuerzo y entusiasmo, partiendo del corazón.
EL ANCIANO QUE ENGAÑÓ A TODO EL MUNDO
Erl Stone, el protagonista de Mula, es un anciano solo y arruinado del que nadie sospecharía que se dedica a realizar actividades ilícitas. A ojos de todos, el protagonista de este drama es un señor que hace años dejó de pasar tiempo con su familia para dedicarse a su verdadera pasión: las flores. Por ello, su afán por asistir a exposiciones por todo el país le ha llevado a recorrer miles de kilómetros en su coche.
Y es en ese vehículo donde Earl desarrollará una actividad que nada tiene que ver la venta de lirios. Decidido a pagar la boda de su nieta (Taissa Farmiga), el personaje que interpreta Clint Eastwood aceptará cargar con droga procedente del peligroso cártel mexicano de Sinaloa. Lo malo de este asunto es que su vida y la de quienes le rodean están en peligro. Sobre todo, cuando el agente de la DEA Colin Bates (Bradley Cooper, que repite con el veterano director tras El francotirador) empieza una investigación que puede conducirle a él.
La cinta cuenta con un guion escrito por Nick Schenk (Gran Torino, serie Narcos) y parte de un artículo escrito por Sam Dolnick, un periodista del New York Times Magazine que escribió sobre un caso real sucedido en los años 80. El reparto de la cinta se completa con Alison Eastwood como Iris, la hija del protagonista; Laurence Fishburne y Michael Peña como agentes de la DEA y Dianne Wiest en la piel de la exmujer de Earl.
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