sábado, 2 de septiembre de 2017

Eduardo Berti / Las hermanas Brontë




Las hermanas Brontë

Por Eduardo Berti

Página 30, Buenos Aires, agosto de 2000


         ¿Charlotte Brontë mató a sus dos hermanas novelistas? Tal es la audaz sospecha de James Tully, un criminólogo británico especialista en venenos del siglo XIX y relativamente conocido por haber editado en 1997 un exitoso libro sobre las víctimas de Jack el Destripador, The Secret of the Prisonner 1167, que le llevó una década de trabajo.
         La publicación hace unos meses de The Crimes of Charlotte Brontë: The Secrets of a Mysterious Family (Carroll & Graf) despertó no poca sorpresa e indignación entre los expertos en literatura victoriana. El autor tomó la precaución de mezclar su investigación histórica con procedimientos de ficción. La teoría de que Charlotte (autora de Jane Eyre) fue una serial killer que envenenó primero a su hermano Branwell y luego a sus hermanas Anne (Agnes Grey) y Emily (autora de la famosa Cumbres borrascosas) es planteada en el libro de James Tully a través del relato en primera persona de Martha, la criada de la familia Brontë, quien va registrando sus hallazgos e impresiones en una especie de diario íntimo. La criada existió de verdad y su apellido era Brown. No así el diario, dado que --tal como afirmó un comentarista inglés-- "es seguro que la criada ni siquiera supiese leer".
          En realidad las indiscretas observaciones de Martha Brown están enmarcadas, en The Crimes of Charlotte Brontë, por un tal Charles Coutts, un abogado que décadas más tarde supuestamente descubrió el diario íntimo y que, haciendo las veces de alter ego de Tully, interrumpe el testimonio de la criada para añadir alguna que otra información. El resultado de esta conjunción de voces narrativas es, al decir de la crítica y escritora Carlene Bauer, "un libro esquizofrénico que alterna el melodrama gótico con la jerga universitaria que se usa hoy en día".
         Casi todas las biografías precedentes sobre las famosas hermanas escritoras señalaban que las muertes de Anne y Emily se habían producido por culpa de la tuberculosis y que, poco antes, Branwell había sido víctima de cierta crisis de delirium tremens. Intrigado por el breve lapso en el que ocurrieron las tres muertes (entre septiembre de 1848 y mayo de 1849) y por la corta edad de las víctimas (Branwell tenía 31 años, Emily 30 y Anne 29), Tully se puso a investigar con fervor y arribó a una conclusión muy diferente: que Charlotte Brontë no sólo fue la responsable de esta seguidilla de muertes sino que actuó asistida por el vicepárroco de Hayworth, el reverendo Arthur Bell Nicholls, quien en 1854 se convertiría en su legítimo esposo.
         Tully declaró a la BBC que la idea del libro le vino muchos años atrás, durante una visita a la casa histórica de los Brontë en Haworth (el lugar recibe unos novecientos peregrinos anuales), pero que recién pudo concretar el proyecto gracias a las buenas ventas de su trabajo anterior sobre Jack el Destripador. 
         The Crimes of Charlotte Brontë se desarrolla como una novela de suspenso y encadena una serie de interrogantes: ¿el reverendo Nicholls mantuvo relaciones con Emily Brontë antes de casarse con Charlotte?; ¿Anne fue envenada porque intentaba descubrir la verdad sobre la muerte de Emily?; ¿la propia Charlotte acabó siendo también envenenada por su esposo?; ¿Nicholls quiso impedir que la novelista Elizabeth Gaskell, amiga de la autora de Jane Eyre, publicara en 1857 la hoy célebre primera biografía sobre Charlotte Brontë?
         Lo mejor del libro es "cuando Tully abandona sus pretensiones de escribir una obra literaria", observó acertadamente Carlene Bauer. Sin embargo, Tully también fracasa a la postre en el plano del ensayo histórico porque "no puede desplegar una argumentación convincente". Sus evidencias para hablar de los tres asesinatos se centran más en aquellas cosas que faltan (la ausencia de informes médicos, algo no tan extraño en un mundo sin autopsias) que en los documentos existentes. "Hubiese sido muy revelador saber de dónde sacó el autor los hechos que presenta como verídicos", escribió otra comentarista, Rachel Hyde. 

Tres hermanas  

         El caso literario de las Brontë no registra ningún equivalente: en menos de dos años, entre 1847 y 1848, las tres hermanas  escritoras publicaron tres de los libros más influyentes en la historia de la literatura inglesa: Jane Eyre, de Charlotte; Wuthering Heights de Emily, y The Tenant of Wildfell Hall de Anne.
         Los Brontë conformaban un estrecho núcleo familiar. El padre de las hermanas, el irlandés Patrick Brontë, se había casado con Maria Branwell en diciembre de 1812. Aunque era quince años menor que su esposo, Maria Branwell murió muy joven en 1821, luego de haber dado a luz seis hijos: Maria, Elizabeth, Charlotte, Patrick Branwell, Emily Jane y Anne. Una hermana soltera de Maria, Elizabeth Branwell, se ocupó de la crianza de los seis niños, que pasaron a ser cuatro después de que en 1825 fallecieran las dos hijas mayores.
         A los nueve años, Charlotte ya escribía historias maravillosas sobre el reino imaginario de Angria. A los quince ingresó como pupila en una escuela local y, de inmediato, se convirtió en la tutora de sus hermanas menores. A los veinte trabajó por un tiempo como maestra (con ese sueldo financió los estudios de arte de su hermano varón) en un pueblo llamado Roe Head, pero enseguida regresó a su hogar. A los veinticinco viajó junto con Emily a Bélgica, con el propósito de perfeccionar en el Pensionnat Heger de Bruselas su francés y su alemán. Se enamoró del director del Pensionnat, Constantin Heger; la mujer del director pronto advirtió que la devoción de la alumna era algo desmedida y Brontë fue invitada a regresar a Gran Bretaña.
          Del episodio en Bruselas nació la primera novela de Charlotte, The Professor, rechazada originalmente por todas las editoriales donde fue presentada. La experiencia no desalentó a Charlotte. Tampoco la empujó a modificar de forma radical el contenido de sus libros: si algo fundamental se repite en todas las novelas de la mayor de las Brontë es "la relación alumna-maestro", escribió Walter Allen en The English Novel. En este hecho Allen cree ver la sublimación de "uno de los sueños sexuales más comunes de las mujeres: el deseo de ser dominada" (mastered es el juego de palabras en el original).
         Lo primero que editaron las Brontë fue un libro de poemas, en 1846. Se cuenta que un día Charlotte descubrió por accidente que sus dos hermanas escribían poesía, lo mismo que ella, y les propuso reunir sus versos en un solo volumen. Para este libro utilizaron los mismos seudónimos con los que más adelante darían a conocer sus célebres novelas: Charlotte como Currer Bell; Emily como Ellis Bell; Anne como Acton Bell. A pesar de algunas buenas críticas, solamente vendieron dos ejemplares.
         Al año siguiente aparecieron, una tras otra, las primeras novelas: Cumbres borrascosas (de Ellis Bell) y Agnes Grey (de Acton Bell) fueron impresas por un editor de Londres llamado Thomas Cautley Newby; Jane Eyre (de Currer Bell) fue lanzada en octubre de 1847 por Smith, Elder & Co, una de las editoriales que había rechazado en su oportunidad The Professor.
         "Para los lectores contemporáneos, lo más sorpresivo de Jane Eyre acaso sea que su heroína es profundamente anti-romántica", observó la novelista Joyce Carol Oates. Para Walter Allen, Jane Eyre es "la primera novela romántica en inglés". Las dos afirmaciones parecen irreconciliables pero no se excluyen; de hecho, la tensión entre lo romántico y lo anti-romántico domina también varios pasajes de la siguiente novela de Charlotte: Shirley, publicada en 1848.
          "Me juzgas con el corazón (...), deberías juzgarme con la cabeza", le dice allí un personaje a otro; y esta misma oposición (cabeza/corazón) reaparece en numerosas páginas del libro. "Se supone que las mujeres deben ser generalmente muy tranquilas --se lee en un pasaje de Jane Eyre--, pero las mujeres sienten igual que los hombres". "Ay, si fuera un hombre", suspira más de una vez Caroline, la rebelde heroína de Shirley, cuya personalidad (basada en Emily Brontë, según algunos estudiosos) resulta mucho más interesante que el excepcional telón de fondo social que registra la novela, acaso la primera en dar cuenta de la rebelión ludita en la zona de Yorkshire.
          A diferencia de los personajes femeninos de Jane Austen, los de Charlotte Brontë --observa Allen-- cuestionan el mundo dominado por los hombres, sobre todo el lugar que los hombres le han reservado a las mujeres en ese mismo mundo. Tal vez por esto la figura de Charlotte ha gozado en los últimos treinta años de una suerte de renacimiento. Puede que el libro más famoso de las hermanas Brontë sea Cumbres borrascosas, pero a la luz de estos días es lógico que el de Emily parezca un proyecto literario bastante menos atractivo para la crítica feminista que el de Charlotte.
         Raymond Williams obervó cierta vez que las novelas de las Brontë son contemporáneas a "ese preciso período, a mediados del siglo XIX, en el que los hombres aprendieron a no llorar (...) a través de un proceso de modificación de sentimientos". También observó que mientras Cumbres borrrascosas perdura en la memoria del lector como "una bocanada de aire fresco", la impresión que dejan las novelas de Charlotte es la contraria. "Pero el poder reside ahí: en Charlotte Brontë", indica Williams. "El poder original está en su forma inmediata, personal y creadora". La diferencia con  Emily es que sus obras no están escritas para leer en voz alta, sino pensadas "para la lectura solitaria, en algún rincón sosegado". La diferencia entre Cumbres borrascosas Jane Eyre es que la segunda es una novela unipersonal, capaz de "establecer una relación íntima con el lector", mientras que la primera es una novela multipersonal.
         Lo concreto es que la proverbial disputa acerca de cuál de las hermanas Brontë fue más genial parece siempre excluir a la menor, Anne. "Fue la menos talentosa de las tres (...) Es posible que nadie la recordara hoy, de no haber sido la hermana de Charlotte y Emily", consigna de forma lapidaria el Benet's Reader's Encyclopedia.         
        
Charlotte   
         Si el temprano libro de poemas significó un enorme fracaso de ventas, las novelas de los Bell obtuvieron un éxito instantáneo, tan grande que avivaron mil especulaciones sobre la identidad de sus autores. El público y los propios editores estaban lejos de imaginar que los Bell eran, en realidad, tres hermanas mujeres.
         La publicación de la segunda novela de Anne obligó a Charlotte a confesar ante su editor George Smith las verdaderas identidades de los Bell. De esta forma impidió también que un libro que debía aparecer bajo el seudónimo de Acton Bell no acabase llevando en tapa el nombre de Currer Bell. La entrevista con el editor demandó un raro viaje a Londres; raro porque las hermanas llevaban una vida casi nada gregaria, enclaustradas en su casa familiar.
         Todo cambió con las muertes en cadena de su hermano Branwell (alcohólico y probablemente opiómano en los últimos años) y de sus hermanas Emily y Anne. Entre 1849 y 1851, Charlotte hizo una serie de viajes más prolongados a Londres, Manchester y Escocia: conoció a William Makepeace Thackeray, un autor al que admiraba al punto de haberle dedicado Jane Eyre; visitó la Great Exhibition del '51 en Londres (al igual que Dickens y tantos otros escritores marcados por la creciente industrialización) ; se hizo amiga de Matthew Arnold y de la escritora Elizabeth Gaskell, cuyas novelas constituyen una suerte de puente entre la obra de las hermanas Brontë y la de George Eliot.
         En 1850 sus editores Smith, Elder & Co obtuvieron un permiso de Newby para volver a publicar Cumbres borrascosas Agnes Grey. Para la supervisación convocaron a Charlotte, quien corrigió diversas erratas y aparentemente no pudo resistir la tentación de meter mano en algunos pasajes. En una nota biográfica, redactada con el supuesto objetivo de proteger a sus hermanas de los ataques de la crítica, Charlotte retrató a Emily y Anne como dos autodidactas de escasa educación que escribían más que nada por instinto. Semejante caracterización creó una leyenda equivocada en torno a las Brontë.
         Villette, última novela de Charlotte, apareció en 1853 (siempre bajo el alias de Currer Bell) y es, en cierto modo, una reescritura de la todavía inédita The Professor que comparte con Jane Eyre el tópico victoriano de la heroína huérfana.
"Lo que a Charlotte Brontë le preocupa en The ProfessorJane Eyre y The Villette es una sola y misma cosa: la representación de un individuo aislado e indefenso que responde a la experiencia de la vida con un máximo de intensidad", señaló Walter Allen.
         Por su parte, David Lodge sostiene en un texto reciente que Villette es la obra "más madura" de Charlotte, cuyo arte "gradual y dolorosamente se había ido emancipando de las falsificaciones y los mitos del melodrama y la novela rosa". Observa Lodge además que la novela "se ha convertido en un texto clave de la crítica feminista".
         Fue mientras escribía Villette cuando Charlotte recibió la primera propuesta matrimonial del reverendo Arthur Bell Nicholls, un viejo amigo de la familia. En un principio el padre de Charlotte desaprobó la idea de la boda, pero lentamente fue cambiando de opinión. La escritora y el-reverendo-cuyo-primer-apellido-era-igual-al-seudónimo-de-la-escritora se casaron el 29 de junio de 1854. Viajaron de luna de miel a Irlanda y luego visitaron Gawthorpe Hall, donde Charlotte cayó gravemente enferma de neumonía. Murió el 31 de marzo de 1855. Todos sus biógrafos coinciden en que estaba embarazada.        

Estudios   
          Dos años pasaron de la muerte de Charlotte Brontë y The  Professor fue finalmente publicado, con un prólogo a cargo de Arthur Bell Nicholls. Luego llegaron otros inéditos de la familia Brontë (fragmentos inconclusos, bocetos y escritos de juventud, poemas de Branwell, etcétera), las primeras biografías y los primeros estudios literarios.
         The Brontës, de Juliet Baker (1994), hoy es considerado casi unánimente como el mejor relato histórico acerca de las hermanas. Existen asimismo varias investigaciones centradas en cada cual de ellas (Charlotte Brontë de Lyndall Gordon, Emily Brontë de Stevie Davies) y un grupo de trabajos mucho más específicos, la mayoría editados en las últimas décadas: desde Charlotte Brontë and Sexuality de John Maynard hasta Charlotte Brontë and Victorian Psychology de Sally Shuttleworth, pasando incluso por un libro dedicado a rastrear las influencias de la cultura irlandesa en la obra de las hermanas. 
         Una tal Bette Thore efectuó un análisis grafológico de Anne Brontë y una reciente reedición de Life of Charlotte Brontë de Elizabeth Gaskell incluyó, entre sus notas adicionales, un estudio frenológico de la autora de Jane Eyre, hecho en 1851 por cierto doctor Browne. Luego de analizar la conformación anatómica del cráneo de Charlotte, el doctor escribe acerca de su caracter psíquico: "Temperamento la mayoría del tiempo nervioso (...) Es bastante circunspecta (...) Tiende a ver las cosas más sombrías de lo que son en verdad".
         Hasta la salida de The Crimes of Charlotte Brontë de James Tully, la cada vez más abultada bibliografía en torno a las Brontë tenía por uno de sus libros más curiosos cierto estudio astrológico de Maud Margesson: The Brontës and their Stars. Pero el libro de Tully lo ha superado todo. Su retrato de Charlotte como una mujer ambiciosa y envidiosa tiene poco en común con las demás biografías existentes, e incluso contradice aquel antiguo informe frenológico: "No idolatra el dinero; le da valor simplemente por su utilidad", había escrito entonces el doctor Browne.  

Disparen contra Tully 

         Recién salido el libro de James Tully, el diario inglés The Express publicó un reportaje a Stephen Van Scoyoc, secretario de la Brontë Society, para quien "hasta el momento el único debate al respecto se daba en torno a la enfermedad que causó las muertes de Anne y Emily, ya que se dudaba entre el asma y la tuberculosis".
         "Si bien es cierto que la descripción de sus agonías podría hacer pensar en los efectos de un lento envenenamiento, la teoría de este nuevo libro me parece muy arriesgada", dijo Van Scoyoc. "Supongo que la vida y la obra altamente romántica de las hermanas Brontë proporcionan una puerta siempre abierta a la imaginación y las fantasías".
         Muchos otros especialistas en la obra de las hermanas Brontë también rechazaron de plano las sospechas de Tully. Consultado por el diario francés Le Figaro, Mike Hill, director del Brontë Parsonnage Museum (ubicado en la antigua casa de familia de las tres hermanas escritoras), afirmó que "Mr. Tully es una excelente novelista" pero que "existe una gran frontera entre la investigación biográfica y la imaginación novelística".
         "Ya en su libro anterior, el señor Tully aventuraba unas hipótesis muy improbables... pero de ahí a pensar, ahora, que Charlotte Brontë haya sido una asesina. No hubiese sido propio de su personalidad. Ella reservaba ese tipo de acciones para los personajes de sus novelas", añadió Hill, a quien le parece que todas las hermanas Brontë, incluida Charlotte, sucumbieron a la tuberculosis, una enfermedad muy corriente a mediados del siglo XIX, y que sus muertes no fueron prematuras "porque se produjeron a una edad absolutamente normal para el promedio de vida de aquella época".
         En su libro James Tully sugiere que, gracias a sus crímenes, Charlotte pudo disfrutar de las regalías de las novelas de sus hermanas. Para Hill semejante conjetura es "un veradedero disparate", porque en el siglo XIX no existían "esa clase de regalías que imagina Tully", a imagen y semejanza de las actuales.
         "A los de la Brontë Society no les gustó nada mi libro", admitió en un reciente reportaje el autor de The crimes of Charlotte Brontë. "Hasta han prohibido su venta en la tienda que tienen". Las razones para semejante medida las ha dado Bob Bannard, otro miembro de la Brontë Society: "Ese libro no tiene ninguna base seria. Me parece que no hay nadie en el mundo capaz de creerse lo que dice allí; ni siquiera el mismísimo James Tully".





No hay comentarios:

Publicar un comentario