miércoles, 5 de junio de 2019

Margaret Drabble / A day in the life of smiling woman


Margaret Drabble

A day in the life of a smiling woman, de Margaret Drabble


Drabble es la mediana de una tanda de hermanas ante las que hacer una reverencia (no solo la mayor, A.S. Byatt, la famosa escritora con la que Drabble no mantiene relación desde hace mucho, sino también su hermana menor, la historiadora del arte Helen Langdon). Nacida en 1939 y casada desde 1982 con el eminente biógrafo Michael Holroyd (autor de las biografías, entre otros, de varios miembros de la familia Bloomsbury), Drabble pasa por ser, sin duda, una de las mas reputadas y versátiles escritoras de su generación.


A pesar de ello su difusión fuera de Inglaterra es menor de lo que debiera. No solo tiene dieciocho novelas a sus espaldas, sino también biografías estupendas de Arnold Bennett o Angus Wilson, estudios literarios ejemplares acerca de Wordsworth o Hardy y la extremadamente reputada "Oxford Companion to English Literature". Además es escritora de relatos (que se recopilan en su totalidad en este volumen), que yo desconocía hasta ahora y que puedo decir que acaban de ganarse un lugar de honor con tres focos en exclusiva en mi biblioteca.

Bueno, pasa en las mejores familias. Las discusiones entre hermanos en niveles más o menos drásticos están a la orden del día. No es exclusivo de Venus y Serena Williams, Liam y Noel Gallagher o Kylie y Danii Minogue. Las hermanas Margaret Drabble y A.S Byatt preservan intacta la bilis y la indiferencia. Y lo mejor es el origen de la disputa, para no perdérselo, si es verdad lo que dice Drabble, todo viene (dudoso, pero vamos) porque ella escribió acerca de un juego de te que pertenecía a su familia y sobre el que Byatt tenía planeado escribir. No hablan entre si, no leen las novelas de la otra... pero Drabble dice que "solo es la rivalidad normal entre hermanos". No obstante se lee en otros lugares que de lo que Byatt acusa a Drabble es de haber transmitido una imagen deformada y perniciosa de la madre de ambas en una  de sus obras y que la propia Drabble, en otras publicaciones dice que la "disputa está más allá de cualquier posible reparación".

Drabble fotografiada por Jane Brown en 1980.

Con solo veintiocho años esta encarnación del espíritu de los swinging sixties grabó un documental mítico para la BBC. Solo he podido disfrutarlo a trozos, peor en él se ve muy bien el salto que había entre la preocupación básica por la liberación sexual de escritoras como Doris Lessing (y su Cuaderno Dorado básicamente) para preocuparse más por conceptos como la culpa o la ansiedad en el seno de su generación, la indignación por las elecciones que algunas de las mujeres de su generación se vieron obligadas a tomar o las restricciones que les eran impuestas.

Drabble es una de las cronistas de la vida diaria de las mujeres en Inglaterra desde principios de los sesenta. Heredera de predecesoras cercanas como Muriel Spark, Iris Murdoch  o Doris Lessing, utiliza  a estas mujeres "corrientes" inglesas a modo de ojo de buey por el que asomarse a su objetivo real final, analizar cual es la situación social de su país en cada momento. Porque como afirma en una entrevista Drabble, "los individuos no están aislados en la sociedad, sino que forman parte de un patrón repetitivo mucho más grande". Obviamente es difícil analizar las vicisitudes de la sociedad británica contemporánea sin tener claras ideas políticas y analizar tendencias de manera continua. Drabble aborrece casi por igual la política de Margaret Tatcher en su país o, al otro lado del océano, la de George W. Bush, por ejemplo referente a la implicación en la guerra de Iraq:
Mi anti-americanismo se ha vuelto casi incontrolable. Me ha poseído como una enfermedad. Sube por mi garganta como un reflujo ácido. Odio sentir este odio. Tengo que estar continuamente recordándome a mi misma que si Bush no hubiera sido (por tan poco margen) elegido, no estaríamos aquí y nada de esto estaría ocurriendo. Hay otra América, larga vida a la otra América y que esta muera pronto. 
Y su opinión sobre la Gran Bretaña Tatcheriana:
Britain became the mean, cold, ugly, divided, tired, clapped-out, post-imperial, post-industrial slag-heap covered in polystyrene hamburger cartons
No obstante esta preocupación política no trasluce prácticamente nada a través de os relatos. Por supuesto, la infinita simpatía de la escritora por las mujeres "corrientes" que tratan de salir de una vida no solo aburrida, sino claramente hostil, casi siempre con matrimonios totalmente fracasados (cuando no son además fuente de maltrato en todos los niveles en que este se puede desarrollar) tiene su explicación.  Eso lo descubre cualquiera en cuanto lee dos piezas de Drabble. Son el mejor método para  analizar y recanalizar la sociedad porque (y, ojo, este es el gran secreto de su obra), estas mujeres corrientes son cualquier cosa menos corrientes.

Los finales de sus relatos son tristes a veces, felices pocas y falsamente felices muchas. Pero se diferencian por ejemplo de Muriel Spark o Iris Murdoch en que son menos fatalistas, con más posibilidades (aunque a veces casi inalcanzables) de rescate final, de triunfo sobre la adversidad. Y hay ciertos puntos de anclaje que permiten vislumbrar esa posibilidad. Los niños. Los niños son la posibilidad de salvación, son los que pueden coger de la mano a sus madres y llevarlas a la luz. La falta de esa arista humorística de Spark hace que a veces la percepción de la vida de sus personajes sea más tétrica. Por eso, aunque nos reímos menos con Drabble llegamos a la misma vía final.

Drabble en la actualidad

El estudio de Drabble fotografiado por Eamon McCabe

Esa mujer sin nombre que en "The Gifts of War" sale a comprar el regalo de cumpleaños para su hijo de siete años (su único apoyo en un hórrido matrimonio) y se encuentra en la tienda de juguetes con unos estudiantes en una manifestación antibelicista que la llevan a la crisis no es solo eso, no es solo una fracasada de la vida. Estas vidas de mujeres que comienzan con las veleidades de la juventud y el noviazgo, siguen con el horror del matrimonio fracasado, el abuso y acaban en la vida anciana libradas de matrimonios, preocupaciones acerca del sexo... son esos ladrillos que componen el tejido de la vida misma.

El relato que da nombre al volumen, "A day in the life of a smiling woman", sin ser el mejor en mi opinión, es altamente significativo de los objetivos de esta autora en su exposición de la visión del mundo. El título está perfectamente elegido, de hecho es el mejor de los relatos (y hay t´tiulos muy buenos). Es un relato en el que seguimos la vida de una mujer "sonriente"durante un día completo. Obviamente ese "sonriente" es irónico y tremendamente doloroso. En un paralelo claro con "La señora Dalloway" de Virginia Woolf, esta Clarissa Dalloway, aqui llamada Jenny Jamieson, una mujer trabajadora, con éxito en la vida, éxito al que fue propulsada gracias a las conexiones de su marido el cual ahora la mira de soslayo, obviamente no pudiendo soportar el éxito de su mujer, sufre un día la aparición de una brusca grieta en su vida. Ante un hecho insignificante, se da cuenta de lo que su vida ha llegado a ser, de lo que ella tiene que soportar. A lo largo de un día de almuerzos de trabajo, conferencias, visitas al médico, tendrá su propia epifanía inversa. Esa misma epifanía inversa la sufre la protagonista de "A pyrrhic victory" un día, durante una excursión de senderismo por la montaña con su novio y otra pareja. El ir andando, cansada, hambrienta, comienza a desencadenar en ella una espiral de pensamientos enlazados que se deslizan como veloz tobogán hacia un punto concreto: todo está yendo mal. Sin embargo, con un simple acto, de lo más tonto, ella es capaz de salir fuera de ese círculo, de erigirse victoriosa. No todas las protagonistas logran salir igual de bien paradas.

Asistimos pues como espectadores nada sorprendidos a la vida de estas mujeres y sus múltiples "máscaras": hija, esposa, madre, amante, viuda y finalmente ancianas libres de las ataduras domésticas y sexuales que su vida les impuso.

La elección de este cuadro, "Kate", de Vicky White
es otro de los aciertos de la edición de Penguin.


Como siempre, para verla, un vídeo en que habla de un libro muy interesante, "A writer´s Britain", que recopila descripciones del paisaje inglés recogidas de la pluma de diversos escritores.

Magnífico libro. Magníficos relatos. Magnífica escritora. ¿Alguien da mas? Y para variar, que alguien vaya y mire lo que tiene traducido a nuestro idioma. Quien tenga gana de leer en inglés algo interesante de verdad, que lea la entrevista de Drabble en la Paris Review.

Creo que este volumen no debería faltar en al estantería de alguien interesado en la buena literatura británica contemporánea (alguien que se pa leer en inglés por ahora, por desgracia).


En inglés: Margaret Drabble. A day in the life of a Smiling Woman. Edit Penguin. 223 pps.





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