LA MUSA
Cuando es noche entrada y espero que llegue,
me parece la vida pendiente de un hilo.
Gloria, juventud, libertad quedan pálidas
ante ella, que trae una flauta en la mano.
Entró. Al quitarse el velo
me miró fijamente. ¿Eres tú
-le pregunto- quien dictaba
a Dante su Infierno? Y responde: - Yo.
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