El actor, director y dramaturgo estadounidense Sam Shepard falleció ayer a los 73 años, en su casa, en Kentucky, según confirmaron fuentes de su familia a The New York Times. El autor e intérprete fue nominado al Oscar al mejor actor de reparto por su papel del aviador Chuck Yeager en Elegidos para la gloria, en 1983. Escribió más de cuarenta obras de teatro, además de relatos, memorias, ensayos y guiones para cine. Obtuvo el Pulitzer al mejor Drama en 1979 por Buried Child, llevada al cine el año pasado con guion del propio Shepard. Estaba considerado por muchos como el dramaturgo vivo más destacado de Estados Unidos.
Su éxito como escritor de teatro fue muy precoz: a los 30 años ya había escrito más de 30 obras representadas en las tablas de Nueva York, según la web de información cinematográfica Imdb. Nacido en Fort Sheridan, en Illinois (EE UU), en 1943, tenía apenas 36 años cuando recibió el Pulitzer. Sus obras fueron nominadas en dos ocasiones más a este galardón, siempre en la categoría de mejor Drama: en 1983, por True West, y al año siguiente, por Locos de amor, que Shepard llevó luego al cine, encargándose del guion y del papel principal, en un filme dirigido por Robert Altman.
El intérprete tuvo una amplia y celebrada carrera también en el cine, donde debutó cuando ya había alcanzado cierta fama como autor de teatro. Protagonizó películas como El informe Pelícano, El enemigo está dentro, Blackthorn (dirigida por el español Mateo Gil), Mud, Agosto o Frío en Julio. Su última aparición cinematográfica fue en el filme Never Here, lanzado hace apenas unas semanas en EE UU y sin estreno previsto en España de momento. También sabía tocaba la batería y el bajo. Sea como fuere, aseguraba que se consideraba ante todo "un escritor".
A menudo sus obras se centraban en las familias, sus problemas y sus lados oscuros. "Es una de las grandes tragedias de nuestra vida contemporánea en EE UU, que las familias se desmoronen. Casi todos tienen eso en común", declaró sobre ello.
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