Culebrón
Con 'Bloodline' hay un sube y baja emocional que pasa de la hartura al deseo de ver el capítulo siguiente
5 AGO 2017 - 17:07 COT
Melodrama: "Obra literaria, teatral o cinematográfica destinada al gran público, que presenta sucesos dramáticos o violentos para exaltar los sentimientos, a menudo de modo exagerado y con una escasa elaboración psicológica y artística", algo que encaja perfectamente con la primera temporada de Bloodline (Netflix): 13 capítulos que la perversa habilidad de los guionistas y una lujosa producción en los Cayos de Florida sumergen al espectador en una montaña rusa sentimental en la que la lentitud del desarrollo de la trama se entremezcla con momentos en los que la intriga es la reina de la casa, un sube y baja emocional que pasa de la hartura al deseo de ver el capítulo siguiente.
Sam Shepard Primera temporada de Bloodline |
La historia de una familia adinerada hecha a sí misma que oculta varios secretos y las atormentadas relaciones de la oveja negra de la misma con el resto de sus hermanos y padres podría ser perfectamente el argumento de un culebrón venezolano, por más que ahora no parezca una referencia geográfica oportuna, pero la potente industria televisiva estadounidense recubre esa historia con un muy sólido reparto —intervienen, entre otros, Sam Shepard, Sissy Spacek y Chloë Sevigny en lo que no sabemos si es un giro equivocado de sus respectivas carreras o una acumulación de facturas por pagar— y unos paisajes espectaculares "para exaltar los sentimientos, a menudo de modo exagerado", como señalaba la definición de melodrama.
Sam Shepard en Bloodline |
Después de algo más de 12 horas de la primera entrega, y añorando la frase de Chéjov "la brevedad es hermana del talento", el comentarista se entera de que existen dos temporadas más de esta lenta e intensa saga familiar porque en la última escena del último capítulo aparece sorpresivamente un hasta entonces desconocido y nuevo miembro de la familia, hijo del bala perdida, con lo que todo es posible. Es en ese momento cuando decide ver el Campeonato Mundial de Atletismo en el que las emociones y sentimientos se miden en segundos o en metros.
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