viernes, 4 de septiembre de 2015

Julie Maroh / Skandalon / Cuando Satán se convirtió en Jesús



SKANDALON', DE JULIE MAROH

Cuando Satán se convirtió en Jesús

'Skandalon' es la segunda obra de Julie Maroh (Lens, Francia, 1985), la autora de 'El azul es un color cálido', el cómic en el que se basó la película 'La vida de Adèle'. La dibujante francesa abofetea al lector con una historia que podría resumirse en una frase: ¿Jesús podría ser Satán? O dicho de otra manera: ¿todos llevamos el mal dentro? Hablamos con Maroh sobre esta cuestión que repiquetea perversamente en nuestras cabezas

Por Noemí Trujillo López

«Tanto Jesús como Satán incitan a la imitación», René Girard
El mayor truco del diablo fue convencer al mundo entero de que no existía, como diría Baudelaire, y el mayor truco de la humanidad ha sido creer que no existe. O que si existe, sabremos reconocerlo porque croa vómito y tiene pústulas. Como medida de protección. Porque si no, ¿en quién confiaríamos? La dibujante Julie Maroh ha querido rescatar el viejo debate, como quien hurga en una llaga supurante, sobre el bien y el mal. ¿Y si Satán fuese el ídolo de millones de personas? O tu madre. O tu pareja. O tú.
La autora de 'El azul es un color cálido', el cómic en el que se basó la película 'La vida de Adèle', publica ahora 'Skandalon' (Dibbuks), su segunda obra. En ella cuenta la historia de Tazane, un controvertido cantante de rockde 27 años al que sus fans veneran sin condiciones. «Aprueban todo lo que digo, todo lo que hago, sin pensar. Puedo ser un mártir, un guerrero, un destructor o un sabio. Mi discurso tiene el poder que yo quiera», dice el protagonista.
Skandalon
GONZOO: ¿Los humanos no podemos vivir sin ídolos?
JULIE MAROH: Ídolos, iconos, deidades, dioses, fetiches… Es típico de los humanos buscar figuras que sean modelos para nosotros. Ninguna personalidad se construye desde el vacío. Es como la famosa frase de Lavoisier sobre Química: "Nada se pierde, nada se crea, todo se transforma". Estoy segura de que alguien podría intentar rechazar modelos y encontrar otra manera de vivir, pero estoy convencida de que tan pronto como interaccionas con otras personas, tus deseos y pensamientos pierden su autonomía… Y reconoces cosas que quieres, cosas que eres o eras, cosas que no quieres ser, y tiene influencias constantes en tu comportamiento. 
G: Los ídolos de Tazane quieren parecerse a él (deseo mimético), pero ¿a quién quiere parecerse Tazane? ¿A nadie? ¿Por eso se convierte en un 'animal'?
J.M.: Ese es uno de los debates que intento plantear. Para mí, él está perdiendo su humanidad y convirtiéndose en un híbrido al que no nos atrevemos a ponerle nombre todavía. Estas cuestiones, por tanto, pueden permanecer abiertas o podemos hablar sobre ellas una y otra vez, sobre todo dado que no podemos acceder a todos los aspectos de él, a sus pensamientos...
HumanidadTazane
G: Más que sobre ídolos (como se puede leer en algunas sinopsis y reseñas), se podría decir que el cómic trata sobre la maldad. Igual no estás de acuerdo, pero parece que hay ciertos guiños a los experimentos de Zimbardo o a la teoría sobre la banalidad del mal de Hannah Arendt, como si intentases relativizar la maldad.
J.M.: Personalmente, creo que todos podemos elegir ser uno u otro. Podemos hacernos esta pregunta a nosotros mismos cada segundo, y no es ni siquiera una cuestión religiosa, sino filosófica. A propósito de Hannah Arendt, yo también pienso que hay un camino donde la violencia, lo impensable, se puede volver banal para nuestra sensibilidad, un contexto en el que estás lejos de ti mismo, de tus convicciones adultas o de tus sueños de infancia. A veces la gente está desesperada y simplemente intenta sobrevivir, a veces ni siquiera son conscientes de sus actos diabólicos y las consecuencias de estos (de lo cual es fácil darse cuenta ahora que tenemos internet). Hay muchas razones para dejarse ir... Y la mayoría de veces te alienas de ti mismo y pierdes tu humanidad por no preguntarte "¿Qué demonios estoy haciendo?". 
Pero en cualquier caso, Zimbardo y Arendt me hacen pensar en '1984', de George Orwell, y cómo el héroe, estando contra el poder, acaba por admirar al Gran Hermano. Mi deseo con 'Skandalon' no era relativizar la maldad, pero sí señalar que a todos nos puede ocurrir que tengamos que enfrentarnos a ello, tomar decisiones y legitimar la violencia. Pienso que estamos confrontados con esa cuestión de filosófica sobre Satán o Jesús cada día. 
G: Tazane dice la siguiente frase: «El demonio que habita en mi interior es el mismo que vive en la sangre de todo el mundo, por eso la gente se reconoce en mí». ¿Todos llevamos al demonio dentro? ¿Todos podemos ser Satán o Jesús?
J.M.: Creo que a cada minuto nos enfrentamos a esas elecciones interiores sobre nuestras emociones, deseos, modelos que seguir o no. Tazane está lleno de desprecio, cinismo y rabia, entre otras cosas. Él intenta provocar a la gente, les golpea en la cara con palabras y con sus propios sentimientos. Quizá lo haga por buenas o malas razones, pero en algún punto él pierde el control de todo.
DemonioTazane
G: En una entrevista comentabas que 'Skandalon' hace referencia a «un punto de encuentro entre la violencia y lo sagrado, donde el asesinato está legitimado y donde aquel que se designa como Satán se transforma en Jesús». ¿Cuándo se convierte Tazane en Jesús y por qué?
J.M.: En realidad, 'La violencia y lo sagrado' es un libro de René Girard. Empecé a leer su trabajo después de comenzar a escribir 'Skandalon'. Me di cuenta de que surgían muchas cosas sobre la estructura de la historia, asegurándome después de que me ajustaría al acercamiento de René Girard sobre mitología, tragedia griega y las civilizaciones en general. Sí, sigue ocurriendo que en las crisis la muchedumbre nombra a una 'entidad' como demoníaca y sacrifica a ese chivo expiatorio para volver al orden, a la paz. 
El asesinato está legitimado porque el grupo está convencido de ello. El asesinato se lleva a cabo porque la 'entidad' no es humana a ojos del grupo, solo un símbolo de la maldad. Y "Satán se transforma en Jesús" porque, a través del sacrificio, la 'entidad' considerada como el monstruo, el demonio, satisface, centra y calma la violencia del grupo. Y así se convierte en el pacificador. Pero en 'Skandalon' la cuestión permanece abierta. ¿Se convierte realmente en un pacificador? 
G: 'Skandalon' tiene muchísimas referencias filosóficas. Para entender el 'postfacio' habría que leer algunas de las lecturas que recomiendas, como la de René Girard. ¿No temes que la gente se quede en lo superficial, en las viñetas, sin adentrarse en todo lo demás? Es como perderse el 50% del libro.
J.M.: Podría asustarme fácilmente si cuando trabajo comenzase a preguntarme sobre las consideraciones del público. No suelo pensar en los lectores cuando escribo y dibujo, es una regla vital para mí. Estoy segura de que mucha gente esbozará una sonrisa en la cara al leer esto y dirá "Ajá, ¡por eso los libros son tan malos!". Pero así es como trabajo. Tengo en mente ser honesta, poniendo amor en lo que hago, sintiendo a la humanidad entera en mi espacio como un concepto abstracto y cálido…  Es difícil de explicar con palabras. La gente omitirá cosas de lo que he escrito del mismo modo que yo me perderé cosas de lo que ellos han interpretado. Como ya he dicho en otras ocasiones, pierdo el control sobre mis libros en cuanto los doy para ser leídos. Es un objeto para ser manoseado, sentido, interpretado.
Me gusta la idea de que el libro pueda leerse de muchas maneras diferentes, desde muchas perspectivas. Eso significa que más adelante le puedes conceder más tiempo, como una persona diferente en un lugar diferente, y ver cosas nuevas. Y si solo lo lees de manera superficial, tampoco me supone ningún problema.
G: Con este cómic has pasado de una historia sencilla, muy pura y bonita sobre el amor, como es la de 'El azul es un color cálido', a una muy compleja sobre el mal, llena de referencias y reflexiones. ¿Por qué ese cambio? ¿Y en qué dirías que ambas obras se parecen?
J.M.: Como suelo decir, 'Azul' y 'Skandalon', de alguna forma, son las dos caras de la misma moneda. Empecé a escribir 'Skandalon' cuando estaba a mitad de 'Azul', en 2008. Las dos historias contienen temas sociales y culturales relatados según la percepción de una persona, con un monólogo interior, y teniendo lugar en lo que llamo "área de tensión" entre la intimidad y la colectividad. Para mí, los dos libros son mensajes personales para el mundo, tocar a las personas en temas que me parecen esenciales. Básicamente, cuestionar qué seres humanos queremos ser, qué lugar queremos alcanzar, qué marca deseamos dejar en este mundo.

'Skandalon', auge y caída de un líder

Tazane desprecia lo que hace y desprecia a los demás por adorarle, y así es como se forja una personalidad trágica y desdeñosa. En una línea recta furiosa y autodestructiva, el cantante vive sus días empujando los límites del mal. «Esta lucha es la de todos contra todos, en la que cada uno quiere ser quien más cerca esté de mí. Y los desprecio por ello», se dice a sí mismo.Aguantar hasta que todo explote. Comprobar hasta dónde pueden aguantar los demás cuando todo explote. Hasta dónde llega el deseo mimético. Que ni la flor entre tanto estiércol en la que depositamos nuestra esperanza se libre de la salpicadura.
«Seguramente habrá tenido una infancia y una adolescencia como todo el mundo, pero ¿qué hace que un día su camino se aparte de lo ordinario? Si hubiésemos vivido su misma historia, ¿habríamos caído en esa violencia?Tazane es un espejo de nuestra fantasía de diferenciación individual. Forma parte de esas personalidades que se adulan sin mesura, populares, con un considerable poder sobre los demás, hasta que…», explica Julie Maroh.Hasta que Satán debe expulsar a Satán para restablecer el orden. Purificar a la sociedad convirtiendo al verdugo, al que antes habían coronado, en víctima. Poco importa que sea culpable o no.
Quizá el mejor truco del diablo fue otro: convencer al mundo entero de que todos podríamos ser su huésped.


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