Mauricio Vargas / El jefe de los bandidos

 

El jefe de los bandidos

¿Tiene algo que decir de esta corrupción el silencioso Cepeda o, como Petro, mira para otro lado?

Mauricio Vargas
20 de diciembre de 2025

El ingreso a prisión de dos exministros claves de Gustavo Petro, los extitulares de Interior, Luis Fernando Velasco, y de Hacienda, el amigo personal y hombre de confianza del Presidente, Ricardo Bonilla, confirma –si hacía falta– que el gobierno del cambio, el del mandatario que se hizo elegir con la bandera de combatir sin tregua la corrupción, ha resultado el más hampón y gansteril que el país recuerde.

Según la acusación de la Fiscalía, quienes entre 2023 y 2024 fungieron como los más poderosos ministros del gabinete activaron desde sus altos cargos una organización criminal para saquear decenas de miles de millones de pesos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Con esos recursos que eran para la gente más necesitada, compraron congresistas, entre ellos los presidentes de la Cámara y del Senado de la época –ya en la cárcel–, a quienes la trama mafiosa entregó maletines cargados con dinero en efectivo.

En la podredumbre intervino el entonces director de la Presidencia de la República y subalterno directo de Petro, Carlos Ramón González, a quien vimos bailar en alegre trencito durante una fiesta de la embajada colombiana en Managua (Nicaragua), país a donde huyó este descarado para evitar su captura.

¿Eran estos tres encopetados funcionarios los jefes de la banda? No parece: por encima de ellos mandaba el Presidente. Así lo dejó en claro Velasco el lunes, cuando empezaba la audiencia en el Tribunal Superior de Bogotá, que el jueves ordenó su captura: “Señora magistrada –relató el exmininterior–, déjeme contarle un episodio que no es menor. En abril del 2023 fui encargado por cerca de 30 días de la dirección de la UNGRD y estando en el encargo, la doctora Laura Sarabia, por instrucciones del señor Presidente, me pidió vincular al señor Olmedo (López) en la entidad”.

De modo que Olmedo López, quien luego asumió como director de la UNGRD y desde allí ejecutó el saqueo y la entrega de los maletines con miles de millones de pesos para la compra de congresistas, llegó a la entidad por orden de Petro. Y eso a pesar de las advertencias que la Casa de Nariño ya tenía sobre “las mañas de este señor” que era investigado entonces “por defraudar a su socio en una empresa”, según detalló Velasco.

El gobierno del cambio, el del mandatario que se hizo elegir con la bandera de combatir sin tregua la corrupción, ha resultado el más hampón y gansteril que el país recuerde

Petro recibió más advertencias. El jueves, el exdirector de la Dian y exmincomercio, Luis Carlos Reyes, posteó en sus redes: “Ricardo Bonilla a la cárcel por los hechos de los cuales alerté a Gustavo Petro en diciembre de 2023…”. ¿Qué hizo el Presidente frente a esas alertas? Miró para otro lado y permitió el saqueo y la compra de congresistas. Ahora se hace el inocente y dice haber advertido contra la corrupción a su amigo Bonilla. El Presidente era el advertido, el que no hizo nada a sabiendas de lo que ocurría.

Desoír advertencias ha sido práctica corriente de Petro: a pesar de todo lo que sabe del mininterior Armando Benedetti, hoy doblemente procesado en la Corte Suprema –por interés indebido en contratos y tráfico de influencias, y por enriquecimiento ilícito–, lo mantiene en el cargo. “Cuando a uno lo rodea un tipo como Benedetti –dijo esta semana Carlos Carrillo, hoy al frente de la UNGRD–, eso no lo lleva a uno a ningún lado”. Benedetti también habría podido terminar en la cárcel, pero el jueves el magistrado César Reyes volvió a acudir en su ayuda para que siga procesado en libertad y desde su alto cargo.

De lo ocurrido en la UNGRD sabemos bastante. Pero hay otras tramas corruptas en Ecopetrol, en la Agencia Nacional de Tierras, en Minjusticia, en los contratos del Mindefensa, y hay mucho ruido feo sobre la compra de los 17 aviones de combate Gripen a Suecia, donde asoma la figura de la primera dama, Verónica Alcocer. El destape seguirá. ¿Tiene algo que decir el candidato presidencial de Petro, de Maduro y de las Farc, el silencioso Iván Cepeda? ¿Piensa él también mirar para otro lado?

EL TIEMPO