Elmer Mendoza
“Ser escritor es afeitar a Dios y al diablo al mismo tiempo”
Sergio Lillo
Madrid, 12 de mayo de 2016
Madrid, 12 de mayo de 2016
De mirada limpia y hablar pausado, como reflexionando cada frase, como acariciando las palabras. Así es Élmer Mendoza (Culiacán, México; 1949), uno de los padres de la narcoliteratura. En su nueva entrega de las aventuras del detective El Zurdo Mendieta hay una frase que sobresale: “Quién sabe quién sea más peligroso, un honrado o un corrupto”. Mendoza considera que “es más peligroso, desde luego, un corrupto, porque está expuesto. Pero del que dice que es honrado, cuídate”. Más allá de su nueva novela, Besar al detective (Literatura Random House), reflexiona sobre el presente de su país: “La percepción que tenemos es que podemos trabajar, podemos vivir. Pero han surgido eventos como Ayotzinapa o Veracruz. El narco sigue siendo la puerta negra que abre todos los delitos”.
¿Cómo sería su lector perfecto?
Inteligente. Curioso. Y que ame ser sí mismo, sea quien sea.
¿Cuál es el último libro que le hizo reír a carcajadas?
Una lectora poco común [de Alan Bennett].
¿Qué libros están normalmente es su mesa de dormir?
El que no falla es La historia interminable, de Michael Ende.
¿Cuál es su rutina diaria?
Empiezo a las cinco, cinco y media de la mañana. Mis periodos de escritura son breves, de 40-50 minutos.
¿Qué personaje literario se asemeja a usted?
Arturo Pérez-Reverte dice que El Zurdo Mendieta.
¿Con quién le gustaría sentarse en una fiesta?
Pero ya está muerta… con Batya Gur [escritora judía experta en novela policiaca].
En una fiesta de disfraces, ¿de qué se disfrazaría?
De John Lennon.
¿Qué cambiaría de los últimos 30 años de América Latina?
La endeble idea de la democracia que tenemos y con la que nos conformamos.
¿Qué significa ser escritor?
Es afeitar a Dios y al diablo al mismo tiempo. A uno con la mano derecha y a otro con la izquierda y luego lo alternas.
¿Qué libro le regalaría a un niño para introducirlo en la literatura?
Uno de Francisco Hinojosa que se llama La peor señora del mundo.
¿Cuál es su lugar favorito en el mundo?
Las ventanas… la de mi casa, la de mi estudio, la del hotel…
¿Qué libro le hubiese gustado haber escrito?
Noticias del imperio, de Fernando del Paso.
Si pudiera adquirir una pintura, ¿cuál sería?
El jardín de las delicias, de El Bosco.
¿Adónde vuelve cuando sufre?
A la iglesia que tengo más cerca de casa.
¿Cuál es el mejor consejo que le dio alguno de sus padres?
Nunca hagas a los otros lo que no quieras que te hagan a ti.
¿Cuándo fue más feliz?
(Larga pausa) La primera vez que tuve un orgasmo.
¿La última comida que realmente le sorprendió?
La de ayer. Comí erizos de mar. Fue muy inesperado…
¿Qué quería ser de pequeño?
Quería ser Poncho Acosta. Yo vivía en el campo y él era el agricultor más simpático.
¿A qué edad se dio cuenta de que quería ser escritor?
A los 28. Porque llené un cuaderno de 100 páginas en una noche.
¿Qué le diría a su presidente, Enrique Peña Nieto?
Haga algo más por la educación de este país.
¿Un sueño recurrente?
Tuve uno recurrente entre los 18 y los 40. Iba a morir. Si conseguía no morir, cuando tuviera más de 40, no se podría terminar mi tiempo de vida.
Si pudiera tener un superpoder…
Hacer que la gente tuviera confianza en sí misma.
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