martes, 28 de enero de 2025

Dios levanta su frontera contra Trump

 



Dios levanta su frontera contra Trump 

Líderes religiosos de todo el país preparan estrategias para proteger a los inmigrantes de las redadas, que ahora el presidente Trump permitirá en los templos


MAYE PRIMERA
Los Ángeles - 27 ENE 2025 - 23:00 COT

Oran, comen, reciben una muda nueva de ropa, se bañan y se van. Desde esta semana, los migrantes que llegan a la Iglesia cristiana El Buen Pastor en la ciudad de Mesa, Arizona, después de cruzar sin visa la frontera de Estados Unidos con México, solamente pueden quedarse unas horas, apenas lo suficiente para comprar un tiquete de autobús o de avión y seguir camino. “Queremos que se vayan el mismo día si es posible”, dice el pastor Héctor Ramírez. Todos los jueves él recibe una van con migrantes liberados del centro de detención de ICE, el Servicio de Inmigración y Control Aduanas, ubicado en Eloy, a una hora por carretera del templo. Antes podían quedarse a dormir. Pero desde que el presidente Donald Trump dio carta blanca a las detenciones de migrantes en lugares de culto, escuelas y hospitales, que solían estar fuera de los límites de las redadas, el pastor no quiere que nadie se quede para no arriesgarse a que los detengan. La mitad de la congregación también es gente indocumentada, algunos llevan décadas en Estados Unidos, y por el mismo temor a ser arrestados, han dejado de ir a la iglesia.

“Ha cambiado mucho la estrategia de atención porque contamos con menos voluntarios. Había voluntarios que no tienen documentos y tienen temor a acercarse. Ya no quieren ayudar al estar ahora que (los alguaciles y agentes de migración) pueden entrar a las iglesias sin permiso y preguntarle datos a cualquier persona”, dice el pastor, quien desde hace siete años asiste a los solicitantes de asilo que llegan a la ciudad. “No queremos arriesgarlos en vista de que en algún momento pueda llegar la policía y empezar a pedir documentos”, agrega en una entrevista telefónica con EL PAÍS.

Además, están los vecinos, que aún antes de que Trump asumiera el poder por segunda vez, habían reportado las actividades de la iglesia a la policía en dos oportunidades: “Los vecinos empiezan a hacer rumores de que está quedando gente a dormir, que los estamos protegiendo y no queremos correr ese riesgo. Hay quienes no les gusta que lleguen personas de otros países porque creen que pueden ser delincuentes. Escuchando las noticias se vuelven racistas, aun siendo hispanos o de cualquier nación, y se vuelven en contra de los migrantes que están entrando”. Otra de las medidas que la Iglesia El Buen Pastor ha tomado es la de retomar los servicios religiosos por Zoom y Facebook Live que comenzaron durante la pandemia. “Ponemos en riesgo a los miembros de la congregación pidiéndoles que vengan al templo, yo preferiría que no vengan”.

Como Ramírez, líderes religiosos y espirituales de todo el país están considerando nuevas estrategias para preservar a las personas indocumentadas de su comunidad, a la vez que han condenado que se permita la intromisión de los agentes de ICE en sus lugares de culto. El pastor Edgar Vásquez forma parte de un nuevo grupo de trabajo creado por la Iglesia Metodista Unida para ocuparse de los temas de inmigración, desde declaraciones públicas hasta organización de recursos para atender a las comunidades. Para él, decir que las iglesias, las escuelas y hospitales albergan “criminales” sin visa para estar en el país es falso: “Lo tomo como un ataque, como una acusación a las iglesias que han proveído refugios de santuarios, que es una tradición cristiana de los Estados Unidos de los años 70. Un lugar de culto religioso es un lugar seguro para una persona que está viviendo de la persecución, opresión política”, ha dicho el pastor, que ahora sirve en una congregación de Yuma, Arizona, a unas 30 millas de la frontera de Estados Unidos con México, donde la población es una mezcla de militares en activo y veteranos con familias inmigrantes que han trabajado los campos de lechuga por generaciones.

Antes, durante el primer gobierno, el pastor Vásquez vivió las redadas migratorias que se realizaron entonces en Carolina del Norte y recuerda cómo en 2019 había padres indocumentados que le pedían con poderes legales ceder desde la custodia de sus bienes hasta la custodia de sus hijos en caso de ser deportados. “Es muy triste y desafortunado ver cómo el país más poderoso del mundo está usando sus recursos millonarios, el ejército, las fuerzas militares para perseguir a las comunidades inmigrantes. Y lo que no se mide es el impacto a nivel familiar, a nivel de la fábrica social que forman las comunidades, ese es un daño colateral incalculable, y no les está importando”, dice el pastor.

Pastor Hector Ramirez talks to migrants at his church about U.S. President Donald Trump's administration's new policy allowing Immigrations and Customs Enforcement (ICE) agents to enter churches to make arrests, in Mesa, Arizona, U.S. January 23, 2025
Migrantes escuchan al pastor Ramírez hablar sobre la nueva política de la administración de Donald Trump, el 23 de enero.LILIANA SALGADO (REUTERS)

La semana pasada, durante el servicio interreligioso de investidura de Trump en la Catedral Nacional de Washington, la reverenda episcopal Mariann Budde pidió al presidente que tenga misericordia de los trabajadores inmigrantes sin papeles, que son la mano de obra que mueve muchas industrias en Estados Unidos. “Ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En nombre de nuestro Dios, le pido que tenga misericordia de las personas en nuestro país que ahora están asustadas”, le dijo la reverenda a Trump, en alusión de su creencia de haber sido salvado de un intento de magnicidio por intervención divina. Pero el presidente, que a esa hora ya había emitido varias órdenes ejecutivas para endurecer las políticas de inmigración, criticó el sermón más tarde desde la Casa Blanca: “No fue muy emocionante, ¿verdad? No creo que haya sido un buen servicio. Podrían haberlo hecho mucho mejor”, respondió el presidente mientras caminaba con su equipo hacia el Despacho Oval.

El papa Francisco también ha criticado los planes de deportaciones masivas del presidente Trump. “Si esto es verdad, sería una vergüenza, pues haría que la pobre gente desafortunada que no tiene nada pague por ello. No se resuelven los problemas de esta manera”, dijo el líder de la Iglesia Católica durante una entrevista con la televisión italiana. Hace una década también dijo que Trump “no era cristiano” por querer construir un muro en la frontera de Estados Unidos con México.


EL PAÍS 



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