El mundo de Cristina Andrew Wyeth The Museum of Modern Art_NY 2012 Foto de Triunfo Arciniegas |
Andrew Wyeth
EL ESPÍRITU
DE LA AMÉRICA PROFUNDA
Andrew Newell Wyeth fue un pintor realista y regionalista estadounidense. Fue uno de los más conocidos del siglo XX y también se le conocía como el “Pintor del Pueblo” debido a su popularidad entre el público de su pais, que alcanzó el nivel de adoración, un reconocimiento que nunca tuvo entre la crítica y que llegó a superar en ocasiones el profesado a otros autores más sencillos de entender, como Leyendecker, Rockwell o Pyle, por citar solo algunos.
La familia Wyeth son en Estados Unidos ‘el clan Kennedy de la pintura’: Andrew fue hijo del ilustrador y artista N. C. Wyeth, y hermano del inventor Nathaniel Wyeth y de la artista Henriette Wyeth, y padre del artista Jamie Wyeth y Nicholas Wyeth, aunque en la actualidad se contabilizan hasta diecisieis de sus miembros como personalidades activas en el mercado del arte de la pintura, la ilustración y el dibujo. Solo en Museos de USA exponen actualmente, además de nuestro hoy comentado Andrew, y de su padre, Caroline Wyeth, Henriette Wyeth, Jamie Wyeth, John Allan Wyeth, Marion Sims Wyeth, Newell Convers Wyeth y Paul James Logan Wyeth.
El tema principal de las obras de Andrew fue la tierra y los habitantes de su ciudad natal Chadds Ford, en Pensilvania y de su casa de verano en Cushing, Maine. Una de las imágenes más famosas del arte estadounidense del siglo XX es su “Christina’s Worlds” que actualmente se encuentra en la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York, la primera de las imágenes que ilustra este reportaje.
Era un irritante anacronismo para el arte contemporáneo, y opuesto al camino de Jackson Pollock, Mark Rothko y los que revolucionaron el arte americano de la posguerra. Aún hoy los gurús del arte, siguen sin ponerse de acuerdo sobre la validez de su obra.
En los ochenta alcanzó de nuevo la popularidad con la serie Helga Pictures (246 piezas en total: apuntes, estudios, dibujos, 32 acuarelas, 12 obras a pincel seco y cinco cuadros al temple; obras que nunca se habían visto y de las que los expertos dudaron al aparecer en bloque, en un certero golpe de efecto de su mujer Betsy James -su indiscutible marchante- para sacarlos a la luz, pues se publicaron en la revista Time, y con ello provocó que reverdeciera el debate e interés sobre el valor de su obra.
No era la primera vez que ocurría, ya con las obras de la adolescente Siri Erickson, como modelo, de 1967 a 1972 pasó practicamente lo mismo, al aparecer las obra cuando la modelo cumplió 21 años.
El 16 de enero del 2009 murió Andrew Wyeth a los 91 años. Se hizo popular en la década de los años cincuenta a contracorriente del arte oficial. Mientras el expresionismo abstracto era la tendencia absoluta en el arte americano, y el público continuaba asentado en el realismo, Andrew Wyeth, con su obra despreciada por los críticos de la época, siempre gozó del favor del público utilizando un camino “trasnochado”.
Obras suyas cuelgan del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA, en sus siglas inglesas) y del Museo Metropolitano de la misma ciudad. En 1976 ingresó en la Academia de Bellas Artes de Francia. En 1988 recibió la medalla del Congreso de EEUU y en 2007 el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, le concedió la medalla nacional de las artes.
El fallecimiento de Wyeth “es el fin de una era del arte americano”, estimó por su parte Joyce Hill Stoner, miembro de la Fundación Andrew y Betsy Wyeth para el Arte Americano. Stoner añadió que el pintor “continuó envolviendo firmemente sus cuadros con una emoción profunda y metafórica incluso cuando era completamente anticuado en el periodo del arte pop y el expresionismo abstracto”.
En 2007, su cuadro Ericksons fue subastado por 10,3 millones de dólares, una las mayores cifras jamás pagadas por la obra de un pintor contemporáneo. Además, Wyeth tuvo el honor en 1970 de ser el primer artista en tener una exposición dedicada exclusivamente a su trabajo en la Casa Blanca. En aquella ocasión, el entonces presidente Richard Nixon le describió como un hombre “que ha alcanzado el corazón de América”.
¿Como pintaba?, destruyendo parte de su trabajo, o pintando sobre cuadros ya hechos. Podía haber “4 o 5 cuadros debajo de la pintura”… llegó a meter acuarelas en tubos de metal y luego los enterró…
Quizás su valor reside en que supo ver y tratar la América rural al igual que Andy Warhol, en su estilo, resumió la América urbana.
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