De Jack Nicholson a Joaquin Phoenix: todos los Joker, del peor al mejor
Hoy se estrena 'Joker', con un Joaquin Phoenix que suena con fuerza para el Oscar. Otros más se han metido en la piel de este desasosegante payaso
RUBÉN ROMERO SANTOS
4 de octubre de 2019
En estos últimos 30 años el Joker se ha convertido, casi sin querer, en uno de los papeles más golosos para cualquier actor. En primer lugar, porque su histrionismo aguanta todo lo que un intérprete le demande y le permite hacer todas las locuras posibles para conseguir dicho propósito. En segundo lugar, porque es una bicoca para unos guionistas que pueden desarrollar toda su creatividad inventándole orígenes, motivaciones e incluso nombres.
Hay varios actores que han puesto voz al Joker en videojuegos y series de animación (probablemente Mark Hamill sea el más famoso de ellos), pero solo unos pocos se han atrevido a ponerse en la piel de este personaje en cine o televisión.
Los hemos colocado de peor a mejor, según nuestro criterio...
6. Jared Leto, en 'Escuadrón suicida' (David Ayer, 2016)
Lo que hizo para meterse en el papel. Básicamente, las gamberradas que hizo Jared Leto (Luisiana, Estados Unidos, 1971) durante el rodaje. Y no lo decimos por sus discutibles aunque respetables elecciones estéticas, como lucir funda de dientes plateada, más tatuajes que Sergio Ramos y teñirse el pelo como si acabara de volver de una rave ibicenca, sino por cómo se lo hizo pasar a sus compañeros de reparto. El chistoso de Leto se dedicó a enviar al resto del elenco paquetes que contenían ratas vivas, cabezas de cerdo sacadas de una carnicería o bolas anales. Angelito...
El resultado. Intentando alejarse de la alargada sombra de Heath Ledger, Leto construyó un Joker que era todo virilidad y un asiduo de los clubs de striptease. Como suele pasar con los que hacen alarde del exceso de testosterona, acabó por ser vencido por una mujer: en concreto, fue Margot Robbie como Haley Quinn, la novia del Joker, la que le pintó la cara al excesivo Leto (y alegró la del personal). Normal que eliminaran varias de sus escenas del montaje final y su personaje quedara reducido al mínimo. Una afrenta que ningún supervillano podría/debería aceptar.
5. Cameron Monaghan, en 'Gotham' (serie, 2014-2019)
Lo que hizo para meterse en el papel. Un Joker alopécico y con un rostro desfigurado a medio camino entre el monstruo de Frankestein y Nosferatu, consecuencia del baño de ácido en la empresa ACE Chemicals. Trabajó mucho un tic gutural que, por lo visto, ponía de los nervios al resto de los actores durante el rodaje.
El resultado. Hay que admitir que el hecho de que Cameron Monaghan (California, 1993) interpretara a los hermanos gemelos (Jerome y Jeremiah Valeska) tiene mucho mérito. Especialmente porque los guionistas de la serie se lo pasaron pirata engañando y engatusando constantemente a los televidentes con su identidad. Tal vez esté demasiado inspirado por la visión de Tim Burton del personaje aunque su conversión al Mal (sin spoilers) es de lo más sorpresiva.
4. Cesar Romero, en 'Batman' (serie de TV y película, 1966)
Lo que hizo para meterse en el papel. Él llegó primero, así que el resto han tenido, para bien o para mal, que imitarle. Para Cesar Romero (Nueva York, 1907- California, 1994) ser el Joker era un trabajo, y no había por qué dejarse la piel en ello. De hecho, ni se molestó en afeitarse su legendario bigote, alegando que, “cuando te pones un traje como el del Joker, ya tienes el personaje”. El tipo se ponía el blanco maquillaje encima, para así estar preparado para salir de fiesta después de desmaquillarse.
El resultado. Es la perfecta encarnación de la serie sesentera protagonizada por el legendario Adam West: colorista, vitalista y desquiciada y lo opuesto al Joker de Joaquin Phoenix: Romero le aportó todo el glamur de su rancio abolengo (y nunca mejor dicho, su abuelo era nada más y nada menos que José Martí, líder de la independencia cubana). Su Joker es un niño bien que más que ser un peligroso psicópata, tiene como afición jugarle malas pasadas a Batman, que nunca llegan a buen término por su proverbial incompetencia. En ese sentido, recrea a la perfección lo que los lectores de la primera época sintieron, antes de que el revisionismo ochentero oscureciera su biografía.
3. Joaquin Phoenix, en 'Joker' (Todd Phillips, 2019)
Lo que hizo para meterse en el papel. Para encarnar a su Joker, Joaquin Phoenix (Puerto Rico, 1974) ha perdido 23 kilos. El chasis lo ha entrenado imitando los movimientos de Fred Astaire y Frank Sinatra. También ha ensayado durante cuatro meses sus diferentes sonrisas malévolas. El Oscar solo se le puede escapar si algún enfermo mental, de esos que no saben separar realidad y ficción, dice inspirarse en él para un acto violento.
El resultado. Joaquin Phoenix compone un retrato hiperbólico (pobre, precario y con un edipazo de aúpa) del gran hombre cabreado por el siglo XXI. Eso no ha gustado mucho a algunos fans, que consideran que explicar las razones de la maldad del Joker es hacer de menos al personaje. O sea, que el actor está por encima de la historia. Puede ser, pero su trabajo es espléndido. Su baile al ritmo de Rock and Roll Part 2, de Gary Glitter, hay que verlo sí o sí.
2. Heath Ledger, en 'El caballero oscuro' (Christopher Nolan, 2008)
Lo que hizo para meterse en el papel. Se encerró en la habitación de un hotel durante días viendo una y otra vez La naranja mecánica, escuchando himnos punk de Sid Vicious, leyendo las antiguas historias de Batman, y buscando un tono de voz entre irreal y espectral que fuera capaz de asustar en pantalla. Incluso se hizo una lista con el tipo de cosas que harían reír a un pirado como el Joker. Atentos a algunas: el sida y los bebés ciegos.
El resultado. Es difícil valorar un trabajo indefectiblemente influido por el trágico final de Heath Ledger, muerto por sobredosis a los 28 años seis meses antes del estreno del filme. A partir de ahí, cientos de artículos sobre hasta qué punto meterse en el papel acabó por pasarle factura psíquica. Algo improbable ya que se comenta que, de hecho, Christopher Nolan, el director, no estaba muy contento con que el Joker desapareciera de la vida de Ledger entre toma y toma. Ledger le dio un toque mucho más ambiguo, empezando por las constantes mentiras sobre el origen de su deformidad, y subrayaba su carácter de sádico compulsivo, convirtiéndose en el auténtico Rey del Caos. Eso sí, al pobre Ledger casi se le va tanto trabajo al traste, en esa escena del hospital en el que aparece travestido de enfermera. Ganó el Oscar y, probablemente, se merecía una película entera.
Y el mejor: 1. Jack Nicholson en 'Batman' (Tim Burton, 1989)
Lo que hizo para meterse en el papel. Caerle en gracia al dibujante y escritor Bob Kane, creador del cómic de Batman y el Joker, que lo prefería a otros nombres como el de David Bowie, Willem Dafoe o Robin Williams. Kane debía mandar mucho, porque Nicholson cobró seis millones de dólares, una cantidad fabulosa si tenemos en cuenta que el filme costó 40. Lejos de la entrega maniática –que alguno llamaría tontería– del resto de compañeros de lista, Nicholson hizo lo impensable: en vez de convertirse en el Joker, hizo que el Joker se convirtiera en él. Así, su villano tiene los atributos irónicos e hiperteatralizados de otros personajes inmortalizados por el actor, como el Jack Torrance de El resplandor o el McMurphy de Alguien voló sobre el nido del cuco. Y, por supuesto, el Jake Gittes de Chinatown, desempolvando el vestuario, el estilo, y los gestos para darle al personaje el toque de cine negro que buscaba Tim Burton.
El resultado. Y no solo hizo Nicholson lo que acabamos de comentar. Su personaje es un súper villano, pero también un súper disfrutón. Verle menearse al ritmo de la banda sonora de Prince mientras lanza sacos de billetes por los aires es de ser un auténtico ídolo. Sin embargo, a Tim Burton se le acusó de despreciar la figura de Batman al exaltar la del Joker. Y, teniendo en cuenta que se enfrentó al mejor Batman de todos, el de Michael Keaton, está claro que eso tenía mucho mérito. El director se defendió diciendo que era una lucha de contrarios, que ambos eran dos psicópatas, la cara y la cruz de una misma moneda. Por hedonista y por cambiar la historia del cine, Jack Nicholson es nuestro favorito.
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