miércoles, 8 de enero de 2025

Las actas desclasificadas del Nobel aclaran el drama de la victoria de dos académicos

 

Harry Martinson (izquierda) y Eyvind Johnson, en la rueda de prensa en Estocolmo tras ganar el Nobel

Las actas desclasificadas del Nobel aclaran el drama de la victoria de dos académicos


(Original Caption) Stockholm, Sweden: The Nobel Prize for Literature 1974. Eyvind Johnson and Harry Martinson, two Swedish authors, today shared the 1974 Nobel Prize for Literature. The two Sweds would share the 123,000 dollar prize money presented to them by King Carl Gustaf Dec. 10th. The two Swedish authors, Harry Martinson, left, and Eyvind Johnson, right, during a press conference this afternoon.

Los escándalos del premio Nobel de Literatura no son una invención del siglo XXI. En 1974, lo ganaron dos miembros de la Academia Sueca –y, por tanto, jurados del galardón, aunque se abstuvieron de votar–, Harry Martinson (1904-1978) y Eyvind Johnson (1900-1976). El alud de protestas y el desprestigio que la decisión del jurado produjo provocaron en Martinson una depresión que finalmente le condujo al suicidio.

La Vanguardia ha tenido acceso a las actas de la Academia Sueca sobre el debate de aquel año, recién desclasificadas tras 50 años de secreto. Los documentos revelan que hubo fuerte oposición a la endogámica decisión aunque finalmente los dos autores se impusieron a candidatos como la sudafricana Nadine Gordimer, la británica Doris Lessing, el estadounidense Saul Bellow o el italiano Eugenio Montale, que lo ganó al año siguiente.


Hubo jurados que se oponían, pero los suecos pasaron por delante de Nadine Gordimer y de Doris Lessing

La elección de 1974 prácticamente arruinó la existencia del poeta Harry Martinson, quien afirmó que el premio lo había destruido “como autor y como persona”. La polémica decisión provocó profunda indignación dentro de la comunidad académica y una avalancha de críticas por parte de la prensa sueca, que habló de “corrupción por amiguismo”. El escándalo se convirtió en un trago amargo para los dos autores. Martinson se deprimió tanto que decidió quitarse la vida en un hospital cuatro años después.

Según se desprende de los documentos, no todos los miembros de la Academia estaban de acuerdo con la entrega del galardón a dos de sus colegas. Si bien el secretario permanente, Karl Ragnar Gierow (1904-1982), temía que la entrega del premio a dos académicos “pudiera afectar el prestigio internacional del Nobel”, afirmó, en un comentario especial, que “por otra parte, desde el punto de vista netamente literario, la calidad de ambos escritores se halla no solo a la par, sino incluso por encima de muchos de los autores que constantemente estamos discutiendo como posibles merecedores del galardón”.

Las actas señalan que varios de los miembros del Comité Nobel se oponían a la candidatura de Martinson y Johnson, pues, argumentaban, ninguno de ellos contaba “con el reconocimiento internacional suficiente” como para merecer la máxima distinción mundial en el ámbito literario.

Ese año compitieron un total de 102 candidatos, entre ellos Rafael Alberti y Vicente Aleixandre. En la lista de finalistas se encontraban Nadime Gordimer, Doris Lessing, Saul Bellow y Eugenio Montale, que obtendrían el Nobel más tarde, y Graham Greene, que nunca lo ganó.

Uno de los miembros de la Academia que se oponían a la distinción de Martinson y Johnson fue Artur Lundkvist (1906-1991), quien prefería que el premio se otorgara a Nadine Gordimer o a Doris Lessing. Gordimer tuvo que esperar ­hasta 1991 para obtenerlo... y Doris Lessing hasta el 2007. En concreto, Lundkvist estimaba “incorrecto” distinguir con el premio a dos miembros del jurado que se encargaba de tal cometido.

En las actas recién desclasificadas por la Academia Sueca, tras 50 años de secreto, se revela asimismo que el grupo de los 18 académicos que conforman la institución estaba bastante diezmado durante los meses de septiembre y octubre, justo cuando se tomó la decisión crucial sobre el ganador del Nobel de Literatura de ese año. De los 16 miembros que en principio tenían que estar en condiciones de participar en la votación, tres habían fallecido ese mismo año y los dos candidatos, Martinson y Johnson, no podían votar. Con lo que solo 11 miembros de la institución participaron en la votación final, lo que podría haber influido en las prioridades adoptadas en ese momento.


LA VANGUARDIA


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