Flavita Banana |
Flavita Banana: «Lo más loco es que alguna viñeta mía haya ayudado a romper con alguien»
«Entre las 'chonis' he encontrado una apertura mental increíble y sobre todo esa capacidad maravillarse con cosas nuevas», defiende la viñetista
Javier Bragado
20 de diciembre de 2017
Hay viñetistas que en un sólo vistazo logran reflejar todas las virtudes y defectos de una época. Flavia Álvarez (Barcelona, 1987) firma como 'Flavita Banana' en S Moda, Orgullo y Satisfacción, El Salto, Revista Mongolia y sus cuentas de redes sociales instantes de un siglo XXI a caballo entre la deriva y el surrealismo de la propia sociedad. Las relaciones sociales, una 'choni' que conversa con un diablo en un banco del parque y las nuevas 'costumbres' tecnológicas son filones humorísticos para un estilo que a veces impacta por sus ocurrencias. Astiberri ha reagrupado algunas de sus mejores creaciones en 'Archivos estelares' para no perder la oportunidad de reír.
-Las rupturas son una de sus fuentes principales de inspiración. ¿De dónde saca tantas ideas?
Esto es muy loco porque o sólo he tenido una grande y libre, bueno ¡libre no! -ríe-. Pero supongo que en su día configuró mucho cómo soy. Lo pasé tan mal y la provoqué yo, que eso es aún más difícil. Le tuve que dar muchas vueltas para superarlo. Supongo que le doy más vueltas que otra gente y pude llegar a muchas conclusiones que volví a aplicar en otros casos con otras parejas y lo pude aplicar en consejos con otra gente con más o menos éxito. Pero te das cuenta de que crees que se repite un patrón y, en realidad, no paras de sorprenderte, siempre hay cosas nuevas que salen. Y sobre todo, si tocas el tema del desamor tocas a todo el mundo. ¿Gente que tenga pareja sobre la faz Tierra cuánta habrá? ¿A lo mejor es del 60%? ¿Y gente que ha roto con alguien? Un 99%, así que aseguro un filón.
-A veces sus viñetas revelan salidas a las rupturas muy chocantes. ¿Le resulta fácil sacar el humor en esas situaciones?
Hago esos chistes desde la comodidad porque al no tener que estar con una ruptura ahora mismo me permito divagar a imaginar posibilidades graciosas. Hay veces que no es experiencia propia, que es simplemente coger y decir 'voy a coger los peores temas y a intentar que sean graciosos'. Con las rupturas es fácil y lo más loco es que hay gente que me ha contactado para decirme que les ayudó a superarla o a romper con alguien. Y era como... me alegro de que les ayude, a superarlo pero para romper con alguien no me responsabilizo de lo que ocurra.
-¿Alguna vez le han dicho que han empleado alguna de sus ideas extrañas para romper?
Me han dicho de broma que sí, pero es que son un poco burras como la de 'Empieza a hablarle de usted'. Yo creo que más bien la otra persona pensaría que algo se ha desconectado en la cabeza de su pareja más que pensar que lo están dejando. Sí que me han dicho que hay algunas personas que han dejado a alguien a través de una viñeta mía, pero no de esa serie de las técnicas subliminales, sino de otras viñetas. Y también me sabe mal.
-¿Cuántas veces le han contado algo y luego le han pedido que por favor no lo saque en sus viñetas?
La mayoría de las veces cuando la gente te dice 'no se te ocurra contarlo', en realidad están secretamente diciendo que hagas algo. Por ejemplo, mis amigas se suele meter conmigo y decir que Flavia es lo peor como amiga proque lo que cuentes acaba saliendo en una viñeta, pero la verdad es que ni las nombro (a no ser que me lo pidan). Me ocurre más lo contrario, que la gente me diga 'te voy a contar algo a ver si te sirve para algo'.
-Así que nadie puede seguir sus viñetas como consejos.
Claro, claro. Tampoco alecciono a nadie porque no soy la más adecuada. Es más un recordatorio para mí. Al final, que a la gente le sirva y todo eso es guay, pero al final me lo estoy haciendo para mí. Tengo dos colgadas en mi habitación que tengo que mirar cada día para decirme 'no escribas, no le escribas' o 'no hagas tal o no hagas cuál'. Me estoy dando lecciones, es como si me dividiera y la otra me está diciendo 'por ahí va'.
-¿Tropezamos todos con la misma piedra varias veces?
Las cosas son cíclicas y basta con que llegue ese momento más o menos de estabilidad más o menos de lo que sea... Por ejemplo, buscando un trabajo te pasas un montón de tiempo, finalmente lo encuentras y pasas mucho tiempo con ese trabajo que mejora tu vida, pero seguro que llega un momento en que empiezas a putear ese trabajo, te hartas del trabajo y piensas en cambiar. Y no te acuerdas de que lo pasastes mal buscando un trabajo. Y con las parejas ya ni te cuento. Siempre volvemos a lo mismo porque yo creo que no somos tan fabulosos y tan increíblemente innovadores. Hay una serie limitada de cosas que se viven y tendemos a repetir siempre las mismas cosas. Hay bastantes viñetas en las que hablo de gente que ha interaccionado con alguien que les ha tratado mal y vuelven. Quizá porque sean los únicos que te dan un poco de caña ¿no? No creo que nadie quiera que todo sea guay, yo no lo quiero.
-Su serie de viñetas 'La choni y el diablo' también ha tenido éxito. ¿Tiene muchas amigas 'chonis'?
Pues bastantes. Peroyo tenía una idea de 'choni' que ahora está cambiando. Siempre había tenido una imagen del 'chonismo' intelectual y estético y ahora me estoy dando cuenta de que corresponde más a lo estético porque gente 'choni' me ha sorprendido con un mundo interior mucho más trabajado que el prejuicio que yo tenía. Pero con aspecto 'choni', mogollón mogollón.
-¿Cómo son ahora las 'chonis' para usted?
Lo que me interesa es la gente que le da mucho al coco, que llega a muchas conclusiones. Siempre digo es que lo más atractivo, lo que más me interesa la gente es lo que quiere ser o lo que quiere aprender, no lo que han hecho o lo que han aprendido. Me flipa la gente que más allá del pasado o del recorrido que haya tenido tiene muchas ganas de aprender y es superabierta de mente. Entre las 'chonis', por ejemplo, he encontrado una apertura mental increíble y sobre todo esa capacidad para maravillarse con cosas nuevas. A mucha gente que se las da de alta en realidad está supercerrada porque ya se consideran tan arriba que ya no hay manera de que les entre nada nuevo y eso es mucho peor al final.
-¿Habla usted mucho con el diablo?
No, es al revés. Yo hablo mucho con la 'choni' -ríe-. Yo fui educada en los Escolapios con religión católica y era algo muy loco porque siempre te venían hablando de Dios y también te hablaban de Satanás y yo pensaba '¿cómo puede ser que estando a la misma altura, por lo que me estás diciendo, pero solo uno es omnipotente? Pues serán los dos porque si uno es omnipotente va a destruir al otro y no lo está haciendo. Siempre he tenido presente no en forma de Dios y Satanás o el diablo, pero sí cosas positivas y negativas y creo que conviven. Entonces, con la serie del 'Diablo y la choni' lo que pretendía era demostrar que quizás no es tan distinto de un dios o de 'el dios', sino que muchas de las cosas que hace las hizo con una intención y al final, el malo del todo no era el diablo, sino los humanos que fueron los que hicieron que todo se fuera al carajo.
-¿No hace falta el diablo, entonces?
Yo siempre he dicho, y todo el mundo lo dice, que lo malo es pasar, no posicionarse. Con todo el tema político ocurre lo mismo: el mayor enemigo de todos los activistas políticos de cualquier bando es el que pasa, el que dice 'es que a mí este tema no me interesa'. El diablo es eso, es alguien que le da igual. Ha aprendido que los 'chonis', sus amigos y los humanos si les dejas solos seguro que lo hacen peor que él.
-¿Prefiere dibujar una sola viñeta o hacer una tira para sus historias?
Supongo que es una especie de reto tener que obligarte a lograr que se entienda que hay una historia detrás una cronología, un antes y un después en una sola imagen. De hecho, muchas veces el chiste consiste en que no aparezca ese antes o ese después y que al completarlo el lector es lo que le haga gracia. Algunas veces sí hago tiras, cuando lo requiere mogollón, pero si no, lo que hago es obligarme a que haya una sola imagen y se concentre todo. También te obliga, sobre todo, a cómo colocar los personajes para que esté todo incluido; es por reto, es por cabezonería nada más.
-¿Y le da más importancia al texto a la imagen?
Hay casos en los que el texto es más importante que la imagen. Suele ser el tema lo que me ronda la cabeza más, a veces el tema se puede solucionar solo con imagen o incluso sin texto y para mí eso es lo más de lo más. Y si no, lo que suelo hacer es que ese tema que me va rondando la cabeza cómo lo puedo concentrar y concentrar hasta que quede en tres o cuatro palabras para, sabiendo que la gente es vaga y no le gusta leer, pues en pocas palabras ha entendido lo que yo le quería decir. Y si es muy duro, que vaya acompañado de una imagen un poco más liviana o cómica o, pongamos, cotidiana. Pero supongo que me importa más el mensaje de fondo que la escena.
-Con sus chistes sobre las nuevas tecnología casi no hace falta ni que invente las situaciones.
Párate y fíjate, mira y escucha y lo tienes ahí. Cualquiera puede hacer viñetas hoy en día de eso y, sobre todo yo, viviendo en una ciudad. En mi alrededor y en mi generación todo el mundo convive con ello. Entonces, para mí supongo que es algo normal. Evidentemente, si te las llevas a Islandia a una zona del campo habrá gente que no les haga gracia o que no lo pillará o lo que sea, pero dentro de mis miras es muy fácil que haga chistes de eso. Y en realidad me estoy riendo de mí porque las estoy poniendo en redes, y me meto con que se nos va la vida entre las manos y ahí estoy yo.
-¿Es usted de quienes en mitad de una conversación se ponen a mirar el móvil?
En las conversaciones no tanto pero, por ejemplo, si estoy con un grupo de personas o en una cena o algo así y hay quien saca el teléfono no me quejo. Ya está. ¿Qué vamos a quejarnos si no vamos a conseguir que se deje de hacer? Si pretendemos que la gente deje hacerlo solo va a ir a más. Es mejor calmarse y no enfadarse cuando todo con el mundo saca el móvil en la cena y ponerse a comer. La solución es comer -ríe-.
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