Celia Cruz |
Celia Cruz
"La nostalgia no se cura, no se pasa, no se olvida"
MIGUEL MORA
Madrid 22 DIC 2000
La piel canela oscura, unas uñas pintadas de negro que meten miedo, la sonrisa permanente llena de dientes blanquísimos ("me los arreglo cada dos meses"), la nariz única, inimitable; esas pestañas postizas que le sirven casi de visera, su vitalidad sabia llena de humor, tablas, carácter y memoria, 50 años cantando y 78 discos a la espalda... Celia Cruz sigue en la brecha.
Ya está en la calle su nuevo disco, Siempre viviré, 12 temas grabados en Miami, tres de ellos producidos por Emilio Estefan, y la versión cruzeña del mítico Oye cómo va, homenaje al autor, su difunto amigo Tito Puente; y el habitual recuerdo a la tierra que la vió nacer (Por si acaso no regreso), y un bolero de Pau Donés, y otro cantado a dúo con Vicente Fernández, y, se lo crean o no, una versión del I will survive, aquel éxito mundial de Gloria Gaynor.
Pregunta: 78 discos son muchos, pero supongo que éste es el mejor...
Respuesta: Claro, éste es buenísimo, pero hay otros buenos. El anterior, que era un homenaje a Lola Flores, tenía cosas muy lindas. Pero quizá por la tristeza y todo eso la canción que funcionó mejor fue El carnaval de la vida. En ese nuevo hay de todo, un tango, La pachanga que es muy sabrosa, el dúo con Vicente Fernández...
P. ¿Cómo fue cantar con él?
R. Pues no fue, lo hicimos sin vernos. Yo hice mi parte y quedó como a mí me gusta, le esperé dos días y nunca llegó. Luego él se pegó bien, no como si nos miráramos, pero... A mí me gusta cantar rubateando, ya tú sabes, pero esta vez se lo dejé fácil.
P. ¿Y qué tal con Estefan?
R. Hay gente que me tiene miedo, pero cuando ven que soy normal, es fácil trabajar conmigo, porque escucho lo que quiere el productor. Emilio es complaciente. Y no grita. Pero no debutábamos, porque ya trabajamos juntos en un tema que hice con Gloria Estefan, Échale agua a la sopa.
P. O sea que es reina de la salsa, pero no diva
R. Exacto, reina lo dicen ustedes, pero diva no soy. Si hay hay que repetir una canción, la repito. Al final soy yo soy la que da la cara y la que aparezco en la foto del disco. Y eso sí, que no me impongan un número que no quiero porque entonces rompemos relaciones.
P. Después de 50 años de carrera, ¿se distingue el trabajo de la vida?
R. Son cosas distintas, pero estás tan metida en esto, tienes tantos compromisos, que pierdes amistades. Ahora estoy hablando con usted, y el sábado canto, así que no me puedo poner a hablar por teléfono de tonterías o chismes con las amistades. Ya perdí facultades para eso. Pero yo no estoy peleada, simplemente estoy trabajando. Y tampoco soy muy visitadora... Cuando trabajas no puedes estar dando lija a los amigos...
Sin embargo también hice amistades trabajando, gente importante, una más sincera que otra. A veces, la misma gente le hace a una ser hipócrita, unos vienen de parte de tal y cual, otros no, y yo los trato igual a todos... Ya no puedo restar, sólo debo sumar.
P. ¿Pero tiene vida aparte del trabajo?
R. Muy sencilla, no tengo hijos, y mi único compromiso es Pedro (Knight). Estamos juntos ya 38 años, desde el 14 de julio del 62 que nos casamos, aunque lo conocía de antes porque tocaba la trompeta en la Sonera Matancera.
P. ¿Hablamos de Cuba?
R. Mejor no, porque me viene el mal humor.
P. ¿Se cura la nostalgia?
R. No se cura, no se pasa, no se olvida.
P. ¿Cree que podrá volver?
R. Espero que sí porque la esperanza es lo último que se pierde. Yo no quiero que nadie se muera, pero si Fidel se muere, mejor. Total, nadie vino aquí a quedarse como semilla para siempre. Y él no deja de hacer discursos de ocho horas en las que repite todo el tiempo las mismas cosas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de diciembre de 2000
No hay comentarios:
Publicar un comentario