Larry Clark |
Así pinta la adicción a la heroína el director de ‘Kids’
El cineasta de culto Larry Clark exhibe hasta final de año en París sus pinturas, fotografías y retratos ‘vintage’
17 NOV 2017 - 06:24 COT
Larry Clark comenzó su carrera como artista, concretamente como fotógrafo. Eso fue mucho años antes de que revolucionara el mundo del cine sobre adolescentes con Kids, el brutal film escrito por Harmony Korine -otro ‘maldito’ del mundo de la cultura made in USA- sigue conservando, más de veinte años después de su estreno, su condición de obra transgresora, retrato generacional y, por supuesto, título de culto. Y esa carrera como artista nunca la ha abandonado: reconoce que la pintura siempre ha sido para él una gran fuente de inspiración. Es más, es el cine el que, con el paso del tiempo y la falta de productores que apuesten por el riesgo sin concesiones, ha ido quedando en segundo plano.
Desde The Shell of Us (2014) no se ha vuelto a poner tras las cámaras, aunque la última película que se estrenó comercialmente aquí fue Ken Park, hace ya quince años, un film que conectaba por el tono y la temática (sexo, violencia, adolescencia y angustia juvenil) con su ópera prima y obra maestra. Larry Clark es uno de los protagonistas del otoño artístico europeo. Las galerías Rue Antoine y Hus acogen hasta el próximo 30 de diciembre algunos de sus últimos trabajos sobre el lienzo, fotografías y también una venta de retratos ‘vintage’ que tienen un precio de 100 euros.
Son parte de los fondos de los archivos personales del propio Clark. Fotos tomadas durante el rodaje de sus películas en el periodo que transcurrió entre Kids (1995) y Wassup Rockers (2005). Durante esos diez años, su cámara fue testigo del encuentro del artista con amigos y también con los jóvenes protagonistas de sus películas. Los más fans disfrutarán con la colección de autorretratos inéditos del propio Clark. Además, ha salido a la venta también una edición limitada de 100 carteles. Verdadero objeto de deseo para mitómanos.
Papelinas de heroína
Larry Clark comenzó su carrera artística como pintor figurativo, como una continuación de su trabajo tras la cámara. También retrataba a la gente que formaba su personal ‘séquito’. Pero, poco a poco, fue girando hacia la abstracción y el expresionismo, pero sin dejar de centrarse en los temas que suele tratar en sus películas: violencia, sexo, muerte, drogas. Los universos se comunican, el cine nutre a la pintura y viceversa. Además, en sus obras plásticas también utiliza otros materiales tomados, por así decirlo, de su propio entorno.
En el caso de la serie que se puede visitar en la Galería Hus, y que lleva por título Heroin, la inspiración surge de un encuentro casual, el que tuvo el director con un aspirante a actor llamado Dorien. El joven quería participar en el siguiente proyecto de Clark, y el director le puso como condición que tenía que dejar de consumir droga. Heroína, en concreto, de ahí el título de estas obras. Él lo hizo, pero al poco tiempo volvió a caer y acabó muriendo de sobredosis al poco tiempo. Entonces Clark decidió recuperar el envoltorio de las dosis de droga que consumía Dorien y las utilizó como materia prima para estas obras.
El ‘desembarco’ parisino de Larry Clark se completa con la muestra fotográfica de la Galería Rue Antoine, que documenta la relación entre el cineasta y Jonathan Velásquez al que toma fotos desde 2003 cuando le conoció con 13 años. Más de una década después, Jonathan es músico y también fotógrafo y se ha convertido en uno de los adolescentes que componen el universo de Clark y protagonista del libro Jonathan & Tiffany, que se ha publicado con motivo de esta muestra.
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