Egon Schiele, 1914 |
Ray Bradbury
NO HAN VISTO LAS ESTRELLAS
Traducción de Patricio Canto
No han visto las estrellas,
ni una, ni una siquiera
de todas las criaturas de este mundo
en todas las edades desde que las arenas tocaron
/por primera vez el viento
Ningún animal, ni uno siquiera
entre todos los animales se ha parado
en pradera, en llano o en colina
y ha conocido la emoción de ver esos fuegos;
nuestras almas admiran lo que ellos nunca, nunca
/conocieron.
Millones de años que giran las esferas
pero ni una sola vez en todos esos años
un león, un perro, un pájaro que hiende los aires
ha mirado eso. ¡Oh, Dios! ¡Las estrellas!
¡Ninguno ha mirado!
Como si el tiempo todo nunca hubiera sido,
ni Universo, ni Sol, ni Luna o simple luz de la mañana.
La tragedia de ellos fue muda y ciega. Aún lo es.
/¿Nuestra vista?
Sí, ¿la nuestra? Saber ahora lo que somos.
Pensar en esto y después elegir: y ahora… ¿qué?
Nacer en la áspera Tierra, habitar un escenario, que,
con todo lo que contiene, apenas visto queda
/borrado, obnubilado
como si todos estos milagros nunca hubieran sido.
¿Vastos remolinos de sonora luz, de fuego y hielo,
apenas vistos y ya perdidos?
¿Y nosotros, con nuestra carne frágil y los nuevos
/ojos de Dios
que se elevan y abarcan e indagan los cielos?
Contemplamos las estaciones sucediéndose en la
/marea lunar
y conocemos los años, recordando lo que ha
/muerto.
Oh, sí. Tal vez hubo pájaros que algunas noches
sintieron que Orión se levantaba y afinaron el vuelo
virando al sur,
porque hay mapas de estrellas grabados en sus
/dulces sueños de amor,
y así parece.
Sí, pero ¿ver? ¿ver y conocer realmente?
Y, al conocer, querer tocar esos fuegos,
crecer hasta que la poderosa frente del alto hombre
/de Lamarck
domine los terremotos, golpee la Luna,
se extienda hasta Marte y los anillos de Saturno;
y mientras crece aspire a enseñar
a las demás criaturas
a volar con sus sueños y no con viejas alas.
Pensad en esto, pues. ¡Somos los primeros! Los
/únicos.
a quienes Dios ha honrado con sus soles que
/surgen.
Para nosotros los dones: Aldebarán, el Centauro,
/nuestro vecino Marte.
Despertaos, dice Dios. Mirad eso. Id por ellas.
Las estrellas. Oh, Dios, muchas gracias. ¡Las
/estrellas!
TraRay Bradbury/Aldo Sessa.
FANTASMAS PARA SIEMPRE.
Luis de Caralt Editor. S.A.
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