jueves, 18 de abril de 2024

Dakota Fanning lleva recibiendo un regalo de cumpleaños de Tom Cruise desde los 11 años

 


Dakota Fanning en la 'premiere' de la serie 'Ripley', en Los Ángeles a principios de abril de 2024.AXELLE/BAUER-GRIFFIN (FILMMAGIC)


Dakota Fanning lleva recibiendo un regalo de cumpleaños de Tom Cruise desde los 11 años

La actriz, en plena promoción de la serie ‘Ripley’, cumplió 30 años el pasado febrero. Ella y el actor se conocieron en el rodaje de ‘La guerra de los mundos’, en 2005, y mantienen una relación amistosa desde entonces


Madrid, 15 de abril de 2024


Cualquier amante del cine ha visto crecer a Dakota Fanning (Georgia, EE UU, 30 años). La atriz, que se dio a conocer mundialmente gracias al personaje de Lucy en la película Yo soy Sam (2001), donde compartía cartel con Sean Penn y Michelle Pfeiffer, se convirtió en la niña de América con tan solo 7 años. A partir de ahí su carrera fue imparable, llegando a trabajar con algunos de los actores más importantes de la industria: en el thriller Atrapada (también estrenada en 2001) compartió pantalla con Charlize Theron, Courtney Love o Kevin Bacon, en la película de suspense El escondite (2005) interpretó a la hija de Robert De Niro, y la crítica llegó a afirmar sobre ella que eclipsó al emblemático actor, y en Nueve vidas(2005), un drama intimista que narra la vida de nueve mujeres, aparecía con intérpretes de la talla Glenn Close, Holly Hunter o Robin Wright. Su don para la interpretación consiguió que aquella niña de grandes ojos azules cautivase al público y a la crítica por igual. Era natural que también lo consiguiera con los grandes directores.

Fanning ya había trabajado con Steven Spielberg en 2002, cuando el director se hizo cargo de la producción ejecutiva de la serie de televisión Taken, ganadora de un premio Emmy a mejor miniserie. Sin embargo, fue en 2005 cuando se produjo el mayor acercamiento, puesto que Spielberg la escogió para protagonizar su versión de La guerra de los mundos, basada en la novela homónima que H. G. Wells publicó en 1898, y que Orson Welles convertiría en la gran broma de Estados Unidos. Spielberg no tuvo dudas de que era la actriz adecuada para el papel de la hija de la familia: “Creo que todos estamos de acuerdo en que Dakota Fanning tiene un don increíble y extraordinario que, gracias a Dios, no cuestiona. Y ese también es su don, que no es consciente de lo talentosa que es y de lo rápido que entiende la situación en una secuencia, de lo rápido que la dimensiona, la mide y sabe cómo reaccionaría realmente en una situación real y te dice la verdad cada vez que digo ‘acción’. Ella simplemente te dice la verdad”, dijo sobre ella el propio director en una entrevista de 2006 en Coming Soon, un medio especializado en cine. Tom Cruise, quien interpretaba al padre de Fanning en la cinta, tampoco se quedó corto en cuestión de halagos: “Ella es encantadora y enormemente talentosa. Fue muy divertido trabajar con ella, porque además es muy divertida”, concedió el actor.


La actriz creció, maduró, compaginó trabajos en cine independiente, como The Runaways, con auténticos taquillazos, como su participación en la saga Crepúsculo o series como El alienista. También realizó campañas de moda y fue imagen de la firma Marc Jacobs. En la actualidad, se encuentra en plena promoción de la serie de Netflix Ripley, basada en las exitosas novelas de Patricia Highsmith, donde comparte protagonismo con Andrew Scott. Sin embargo, de su amplia y extensa carrera, todavía guarda el buen recuerdo de La guerra de los mundos, y de la relación que aún hoy le une al actor Tom Cruise y al director Steven Spielberg.

Si hace unos años, concretamente cuando la actriz alcanzó los 21, se supo que su viaje de celebración a Las Vegas había sido financiado por el director de E.T., que le había hecho esa promesa durante el rodaje de La guerra de los mundos, ahora la actriz ha revelado que lleva recibiendo un regalo de Tom Cruise en cada uno de sus aniversarios desde que tiene 11 años. Todo comenzó, precisamente, en aquel rodaje, según relata ahora la actriz en un vídeo de Harper’s Bazaar al ser preguntada por su coprotagonista en Ripley, Andrew Scott, sobre quién le regaló su primer teléfono móvil: “Bueno, tengo que nombrar a un icono de Hollywood… Tom Cruise”, die Fanning, añadiendo que el actor le regaló por su cumpleaños un Motorola Razr. “Dios mío, estaba tan emocionada... aunque no tenía a nadie a quien llamar ni enviar mensajes en aquel momento, ¿sabes? Tenía 11 años... pero me encantó tenerlo”. Los regalos de cumpleaños no terminaron con aquel primer teléfono móvil, sino que prosiguen hasta el día de hoy: “Tom me envía un regalo todos los años, y lo ha hecho desde aquel cumpleaños”, revela la intérprete.

Esta no es la primera vez que Fanning habla de su padre en aquella ficción extraterrestre. En una entrevista en el programa de televisión presentado por Andy Cohen, la actriz reveló que Cruise y ella mantienen una amistad desde hace años: “Hace tiempo que no le veo en persona, pero me envía regalos por cada cumpleaños”, dijo ella, que agregó que aquello en un principio iba a parar al cumplir los 18, y más adelante a los 21, pero no sucedió.

Dakota Fanning no es la única estrella en recibir regalos de parte del actor. Otra de las actrices que trabajó con Cruise cuando era tan solo una niña, Kirsten Dunst, en Entrevista con el vampiro (1994), contó que recibía una tarta de parte del protagonista de Top Gun cada Navidad: “Sí, me regala un pastel cada Navidad. En mi casa la llamamos tarta Cruise. Es como un pastel de coco. Es el mejor pastel de coco que he probado en mi vida en la panadería Doan’s, en California. Es muy bueno. Y sí, lo recibimos cada Navidad. Como toda nuestra familia, el pastel de Cruise está siempre ahí, es algo importante. Esa noche pensamos: ‘Oh, gracias Tom”. Me encanta”.

De hecho, Cruise es famoso por su generosidad con muchos de sus compañeros de reparto. Recientemente, tras el rodaje de la última película de la exitosa saga Misión Imposible, varios actores revelaron lo que el actor les había regalado: clases de paracaidismo, submarinismo con tiburones y sus ya memorables tartas de coco.


EL PAÍS 



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