domingo, 5 de noviembre de 2023

El amor según Melanie Griffith y Don Johnson

 

Melanie Griffith y Don Johnson en los 70s


El amor según Melanie Griffith y Don Johnson: se enamoraron cuando ella tenía 14 años y pasaron por dos divorcios

Se conocieron durante el rodaje de una película en la que la actriz, entonces adolescente, lo vio desnudo. Ambos venían de pasados salvajes: Don había estado preso a los 12 años por robar autos, Melanie había vivido entre leones. La noche previa a la primera boda, Johnson tuvo sexo con una ex Miss Mundo. Volvieron a casarse el 26 de junio de 1989 y tuvieron a Dakota Johnson. Se divorciaron por segunda vez en 1996. Ahora son amigos y dicen que se aman.

Miguel Frías
25 de junio de 2003

Ahora sería una nota para policiales, pero en aquel momento, 1972, fue un manjar servido para el periodismo del corazón. Durante el rodaje de la película “The Harrad Experiment”, Melanie Griffith, hija de la actriz que protagonizaba el filme, Tippi Hedren, enloqueció por uno de los actores, Don Johnson, que aparecía desnudo en una escena. ¿Y? Bueno, él tenía 22 y ella 14, y no se resignaron a lo platónico. El filme, realizado en tiempos de revoluciones, en este caso sexual, se centraba en una escuela dirigida por James Whitmore y Hedren donde se experimentaba con el erotismo de los alumnos y alumnas para que superaran tabúes y se abrieran al amor libre. Trataba temas por entonces silenciados, como la masturbación femenina. Melanie, que era extra, sintió que Don, uno de los estudiantes ficcionales, “era la persona más hermosa que había visto”. Él la encaró sin reparar en que era menor de edad. Hedren sintió “puro pánico” de que pasaran al acto. Y pasaron. Al instante.


Eran jóvenes -Melanie, apenas adolescente- de destinos salvajes. Don Johnson había padecido una infancia dura, con un padre abusivo y un hogar al borde de la desintegración. Antes de cumplir los 12 años, presenció la violenta separación de su padre y su madre -que lo había tenido a los 16- y decidió fugarse. A esa edad fue detenido por robar autos con sus amigos, una de las diversiones más benignas que tenían. Lo de Griffith había sido más excéntrico y más riesgoso aun. Por decisión de su padrastro, Noel Marshall, productor de “El exorcista”, y de su madre vivió en Mozambique rodeada de leones, uno de los cuales le dio un zarpazo en la cara y la mandó a sutura. Resultado: cincuenta puntos y, más adelante, una cirugía estética reconstructiva.


¿Cómo había llegado su familia a eso? En 1969, en medio del rodaje de “Satan’s Harvest” en África, Noel y Tippi -abusada durante los 60 por Alfred Hitchcock en las filmacionesde varias películas del maestro del suspenso- descubrieron una casa abandonada con treinta leones que la habían convertido en su refugio. La pareja, amante de los animales, decidió hacer un filme, “Roar”, que se convirtió en una ficcionalización de sus vidas en Mozambique. Para esa mezcla de ficción y realidad, a lo Werner Herzog, se radicaron allá con los hijos de ambos: Melanie y John y Jerry Marshall. Así cruzaron la línea, a veces difusa, entre la experimentación artística y la locura: debieron escapar de un incendio, de una inundación, Noel estuvo a punto de morir por una gangrena, Tippi se rompió una pierna al caerse de un elefante y la pequeña Melanie compartió cama con un león y sufrió el ataque en el que pudo haber muerto. La película, para colmo, fue un fracaso y la familia quedó en bancarrota.

Melanie Griffith, hija de la actriz que protagonizaba el filme, Tippi Hedren, enloqueció por uno de los actores, Don Johnson, que aparecía desnudo en una escena (Photo by Frank Edwards/Archive Photos/Getty Images)

Melanie Griffith, hija de la actriz que protagonizaba el filme, Tippi Hedren, enloqueció por uno de los actores, Don Johnson, que aparecía desnudo en una escena (Photo by Frank Edwards

De modo que, en aquel 1972, la niña de familia cinéfilo-excéntrica y el muchacho que había conocido la ley de la calle y que ganaría fama en los 80 con “División Miami”liberaron sus instintos sin tomar recaudos, salvo uno, inevitable: esperar a que Melanie fuera mayor de edad para casarse. Pero mucho antes, al año siguiente de haberse conocido en “The Harrad Experiment”, Melanie decidió mudarse con Don a una casa alquilada en Hollywood. Tenía 15 años y acababa de ser expulsada de una escuela religiosa por “cuestionar la religión”. Su madre declaró que era más fácil dominar a los leones que ponerle un límite. Le preocupaba más que su hija estuviera en la cama con Johnson que con un felino, aunque ninguna de las opciones sonara legal ni tranquilizadora.


Don y Melanie se casaron en enero de 1976. Se casaron por primera vez, habría que aclarar, porque iban a volver a hacerlo el 26 de junio de 1989, con ella embarazada de la única hija que iban a tener, Dakota Johnson, que se haría conocida en siglo XXI por su papel de Anastasia Steele, la estudiante de literatura modosita que se enciende al calor del bondage en “50 sombras de Grey”.


Boda en Las Vegas


“Antes de casarnos por primera vez, estuve con Marjorie Wallace (ex Miss Mundo) la mayor parte de la noche. Melanie me llamó alrededor de las cuatro o cinco de la mañana, nos prometimos amor eterno, volamos a Las Vegas y nos casamos”, explicó Johnson, un tipo de mucha acción y pocos escrúpulos. Hasta el momento de la boda en la ciudad del vicio, todo había funcionado muy bien, según él; sobre todo porque no había terminado preso. “Al principio era escéptico por la edad de Melanie, pero ella era más mujer que la mayoría de las chicas con las que había estado saliendo. Nuestra primera vez no fue en el asiento trasero de un auto, como lo hacía la generación de nuestros padres. No nos ocultamos. Fuimos sinceros al respecto”.

Melamnie y Don junto a su hija Dakota Johnson ya consagrada en Hollywood (Photo by Jamie McCarthy/Getty Images)

Melamnie y Don junto a su hija Dakota Johnson ya consagrada en Hollywood (Photo by Jamie McCarthy

Antes de aquel vuelo a Las Vegas, él le confesó que había estado -no que estaba, no que seguiría estando- con la ex Miss Mundo. La infidelidad no provocó la suspensión de la boda ni mitigó la libido de los novios: para eso está el casamiento. Aunque el efecto erosión no suele ser tan veloz como en el caso de ellos; suele ser una cuestión de años. Melanie y Don no llegaron ni a uno: la vida de casados les duró seis meses. El divorcio legal se concretó en noviembre de 1976. Desafortunados en el amor conyugal, siguieron adelante con otras relaciones sentimentales y, sobre todo, con carreras profesionales fulgurantes que los convirtieron en estrellas de Hollywood. Es decir, todo en orden, salvo detalles, como que ambos cedieron a las tentaciones de las sustancias recreativas y terminaron sometidos al alcohol y las drogas.


Melanie mantuvo un romance con Ryan O’Neal, en el que no se privaron de ningún exceso. Tatum O’ Neal, hija de Ryan con la actriz Joanna Moore, contó que a los 12 años Griffith la indujo a participar en una orgía en la que se consumió opio. Melanie agregó: “Eran los 80. Había demasiadas fiestas, demasiada cocaína, demasiadas tentaciones”.A pesar del descontrol hedonístico, en 1983 reincidió en el matrimonio, esta vez con el actor Steven Bauer, con el que dos años después tuvieron un hijo, Alexander. Se separaron en 1985. En la misma época, principios y mediados de los 80, en un mundo paralelo aunque no tanto, Don Johnson fue pareja de la actriz Patti D’Arbanville, modelo de Andy Warhol, con la que tuvieron a Jesse Johnson. A fines de 1988, él se convirtió en amante de Barbra Streisand. Una noche, Griffith, su ex, le hizo una llamada nocturna: entre lágrimas, hipando, le contó que había desbarrancado, no podía dejar la cocaína.


Durante el rodaje de “Secretaria ejecutiva”, de Mike Nichols, con Harrison Ford, había sentido pánico a no estar a la altura de ese papel protagónico. Empezó, le dijo a Johnson, a ir drogada al rodaje y a recibir a los dealers en su motorhome. Una tarde se emborrachó en el set y, en medio de una toma con Alec Baldwin, derrapó. Fue por todo: completó la faena con vodka y directamente hizo un papelón. Pensó, como buena adicta, que la situación había sido graciosa, hasta que entendió que no: Nichols la cuestionó duramente y le hizo entrar en razón haciendo algo que no era común para Melanie: poniéndole límites. Johnson, que cargaba con sus karmas adictivos, la ayudó a internarse en un centro de rehabilitación. Al año siguiente, hace justo 34 años, volvieron a ir juntos al altar.


“Todo es mejor ahora debido a las situaciones difíciles que pasamos. Siempre fuimos amigos y nos mantuvimos en contacto. Siempre hubo esta conexión -explicó Don-. No puedo explicarlo, somos almas gemelas. Creo que algunas relaciones están predestinadas a continuar en el tiempo. La nuestra es probablemente una de ellas. Siempre voy a amar a Melanie. Fue mi primer amor”.


Con Melanie mantuvieron la amistad: suelen celebrar los cumpleaños y las fiestas juntando a las familias (Photo by Frank Edwards/Fotos International/Getty Images)
Con Melanie mantuvieron la amistad: suelen celebrar los cumpleaños y las fiestas juntando a las familias (Photo by Frank Edwards/Fotos International/Getty Images)

Segundo divorcio

A mitad de camino entre el vínculo tóxico y la montaña rusa anímica, con loops ocasionales de felicidad natural o inducida, la pareja se dispuso a no repetir historia o, si lo prefieren, a disfrutar del autoengaño. En 1992 actuaron juntos en la remake de “Nacida ayer”, que se estrenó al año siguiente con malas críticas. A partir de 1994 comenzaron otros ciclos de separaciones y reconciliaciones, hasta que se divorciaron por segunda vez en mayo de 1995. Melanie ya había conocido a Antonio Banderas -como de costumbre, en un set de rodaje-, con el que se casaron, tuvieron a una nena llamada Stella y se separaron en 2014 de manera “amorosa y amistosa”. Johnson se casó en 1999, por fuera de la constelación de Hollywood, con una maestra de guardería, Kelley Phleger, con la que tuvo tres hijos.


Con Melanie mantuvieron la amistad: suelen celebrar los cumpleaños y las fiestas juntando a las familias. “Algunas personas simplemente están destinadas a estar vinculadas -volvió a decir él-. Eso nos pasa a Melanie y a mí, por eso nos casamos dos veces. Hablamos con bastante frecuencia. No creo que, si amas de verdad a alguien, ese amor muera. Cambia y se convierte en otra cosa. Además,. tener una hija es para siempre. Amo a Melanie y los niños son más saludables gracias a eso”. Griffith coincidió: “Don y yo nos conectamos siempre el uno con el otro. Fue y es una especie de cuestión kármica. Por eso nos resultó natural volver a estar juntos y tener a Dakota. Ella estaba destinada a venir al mundo, si lo pienso. A todos mis esposos, mis tres esposos, los amo mucho. Todos somos muy cercanos”.

Así que nada de clichés tipo “El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Si tomamos sus declaraciones por ciertas, Melanie Griffith y Don Johnson no cometieron un doble error: se buscaron desde que se conocieron y no se arrepienten de haberlo hecho. Y, aunque él lleve 24 años de matrimonio con Kelley y Melanie haya dicho que después de los 60 se siente más libre con amantes ocasionales, quién sabe si no habrá nuevos capítulos conjuntos de estos dos temerarios sentimentales cuyas vidas imitan a un culebrón. Después de todo tienen 73 y 65 años:están a tiempo de seguir alimentando al periodismo del corazón, como cuando tenían 22 y 14, sólo que ahora dentro del marco de la legalidad. Todo no se puede.

https://www.infobae.com/historias/2023/06/26/el-amor-segun-melanie-griffith-y-don-johnson-se-enamoraron-cuando-ella-tenia-14-anos-y-pasaron-por-dos-divorcios/







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