Seis. Es la sexta vez en 73 años. Pueden parecer pocas, pero en un mundo de patriarcado literario desde 1952 hasta nuestros tiempos, es hasta un dato reseñable. Me refiero a que es la sexta vez en más de siete décadas que son dos las mujeres que suben al podio del Premio Planeta. Ganadora y Finalista. Finalista y Ganadora. Lo lograron en 1999, 2001, 2013, 2020, 2022… y justo anoche. Freire y Preciado, Regás y Serrano, Sánchez y Gónzález-Sinde, Sáenz de Urturi y Barneda, Gabás y Campos. Hoy son Sánchez-Garnica y Serrano las que vuelven a poner el foco en la literatura ¿en femenino? 

Justo antes de escribir esta historia, mientras desayunaba en el hotel donde nos alojamos prensa, escritores, agentes literarios y un sinfín de rostros a los que, muchas veces, no logras poner nombre, le decía a una compañera que me habían encargado escribir sobre “cómo son estas dos mujeres” de las que todo el mundo está hablando hoy. Ella me respondió con un “¿y qué más da que sean mujeres?”. Por un lado, creo que tiene razón. Hasta que no dejemos de hacernos estas preguntas no habrá equidad, igualdad, llámenlo como quieran. ¿Qué diferencia a la literatura femenina de la masculina? Por otro, pensaba en todas aquellas mujeres del arte en general sin rostro. Borradas. Olvidadas de la historia. Miles, millones… que han tenido que firmar bajo pseudónimos, o incluso sellar su obra bajo el nombre de un referente masculino.