martes, 21 de noviembre de 2006

Josef Koudelka / El viajero impenitente


Irlanda, Peregrinación Croagh Patrick, 1972.
Fotografía de Josef Koudelka

Josef Koudelka

El viajero impenitente

ALBERTO MARTIN
21 NOV 2006
Josef Koudelka lleva más de cuatro décadas fotografiando y casi el mismo tiempo viajando. En buena medida podría encarnar un cierto tipo de fotógrafo "nómada" dedicado a buscar y registrar por diferentes países el "teatro de la vida". En parte por vocación natural y en parte por circunstancias políticas y biográficas, Koudelka ha sido un eterno emigrado, un viajero constante. Nacido en Moravia en 1938, inició su trayectoria en los años sesenta fotografiando la escena teatral checa, para la revista Teatro. De este periodo arranca sin duda ese gusto por lo teatral y por lo escenográfico que muestra toda su obra, y que hace que hasta las escenas más cotidianas estén construidas siempre con un fuerte sentido del drama y el ritual. A partir de esos inicios, la obra de Koudelka se articulará en torno a cuatro grandes grupos de trabajo sucesivos: Gitanos, Invasión, Exilios y Caos. A comienzos de los años sesenta ya había empezado a realizar el que sería su trabajo más característico y carismático, un retrato de la vida cotidiana de los gitanos eslovacos, que luego extendería a otras zonas. En 1968, la invasión de Praga por los tanques soviéticos daría lugar a la serieInvasión. Imágenes que envió clandestinamente a Estados Unidos, donde fueron difundidas a los medios de comunicación por Elliot Erwitt, entonces presidente de la agencia Magnum. Este trabajo tuvo como consecuencia el exilio de Koudelka y su entrada en dicha agencia. Pese a su pertenencia a Magnum, Koudel-ka nunca realizó un trabajo específico como reportero, manteniendo su interés por proyectos de más largo alcance. El exilio daría lugar a su siguiente bloque fotográfico, llamado precisamente Exilios: una mirada hacia la vida cotidiana y popular de países como Italia, España, Portugal o Irlanda, en los que reflejó un mundo aún conectado al pasado y a las raíces, a las tradiciones y los rituales, con atmósferas cargadas de dramatismo y cierto sentido de religiosidad. Su última gran aportación, supuso también un cambio de formato fotográfico, pasando a utilizar la panorámica. Se trata de Caos, paisajes de gran belleza plástica, en los que refleja la tensión entre el hombre y la naturaleza a través del registro de territorios en los que el desarrollo ha dejado una huella especialmente dramática.
Francia, Hauts-de-Seine, Parque de Sceaux, 1987.
Fotografía de Josef Koudelka





A lo largo de su trayectoria, Koudelka ha ido plasmando una mirada tradicionalmente asociada a la fotografía humanista, pero que en su caso tiene algunos rasgos distintivos: un profundo sentido del drama entendido como capacidad para captar "el teatro de la vida" a través de escenas cotidianas que se cargan de trascendencia casi ritual, una cuidada atención hacia lo que permanece y resiste, un profundo respeto hacia la libertad y la diferencia, sea esta política, cultural o étnica.
Koudelka es así, ante todo, un fotógrafo nómada, con un profundo sentido de la libertad y un profundo respeto hacia el hombre y lo que éste significa culturalmente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de noviembre de 2006

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