El milagro del ‘thriller’ gallego que nadie quería y que triunfó en Netflix
La producción gallega ‘O sabor das margaridas’ es la séptima serie de habla no inglesa más vista en el Reino Unido e Irlanda
Sonia Vizoso
Ames, 8 de diciembre de 2019
Fue la primera serie rodada en lengua gallega que llegó al olimpo de Netflix y ha hecho historia no solo por eso. O sabor das margaridas (El sabor de las margaritas), un thriller estrenado en la Televisión de Galicia en 2018 y que bucea en las aguas negras del ser humano desde una aldea gallega donde nunca pasa nada, se aupó el pasado abril al séptimo puesto entre las 10 producciones de habla no inglesa más vistas en el Reino Unido e Irlanda. “Nuestro caso debería dar que pensar al sector”, plantea Ghaleb Jaber Martínez, uno de sus tres creadores. “¿Cómo puede ser que una serie hecha en Galicia con un presupuesto miserable triunfe en Netflix y no se le haya dado una oportunidad en un canal nacional? El mercado estatal está copado por unas pocas productoras”, lamenta.
Antes de llegar a Netflix, fueron muchas las puertas a las que llamaron los productores de O sabor das margaridas. En aquellos contactos les llegaron a poner como pega que la versión original fuera en gallego, algo que al gigante mundial del streaming “no le pudo importar menos”, en palabras de sus creadores. Después poner la serie al alcance de los espectadores de 180 países con subtítulos hasta en chino, la plataforma que ha revolucionado el mercado audiovisual ha encargado una segunda temporada.
El rodaje arrancó hace unos días en un rincón perdido de la comarca de Santiago de Compostela. Lo ha hecho en el mismo idioma, con similar presupuesto, pero dando vida a una trama “más oscura, más sórdida, más inquietante”, explica Concha Fontenla, directora de producción. Mientras los técnicos piden silencio para rodar una secuencia en una casa de decoración ochentera del municipio de Ames, limítrofe con la capital gallega, Fontenla susurra que este thriller es “el milagro de los panes y los peces”.
Coproducida por la gallega CTV, Televisión de Galicia y la mexicana Comarex, los responsables de la serie no concretan cifras sobre las estrecheces que manejan, pero aportan un dato: con el dinero que cuesta un capítulo de Fariña se financian sus seis episodios. Le han enviado ya una muestra de imágenes a Netflix: “Están sorprendidos de lo que estamos haciendo con tan poco dinero”, apunta Jaber, director de Proyectos de CTV, una productora compostelana responsable de algunos de los programas que ocupan el prime time de la televisión autonómica gallega.
Jaber, que ideó O sabor das margaridas junto a Eligio Montero y Raquel Arias, recuerda la dureza del proceso de documentación al que se tuvieron que enfrentar para dar forma a esta segunda temporada. La protagonista, la teniente de la Guardia Civil Rosa Vargas, interpretada por María Mera, se adentra esta vez en el submundo de la prostitución infantil, de los peligros de Internet, de las fiestas privadas de empresarios sin escrúpulos. La revuelta personalidad de Vargas, que lidia con demonios internos difíciles de apaciguar, es uno de los ganchos de la serie que sus creadores describen como Galician noir. “Es el personaje más complejo que he hecho en mis 10 años de carrera. Estoy aprendiendo mucho de él”, confiesa la actriz en un descanso del rodaje, que moviliza a unas 80 personas.
Mera repite protagonismo, pero lo comparte esta vez con el también gallego Santi Prego, que ha participado en muchas de las series de éxito de Televisión de Galicia y que ha encarnado al dictador Francisco Franco en Mientras dure la guerra, la película de Alejandro Amenábar. Al elenco se incorpora además la actriz argentina Noelia Castaño, en un guiño a la numerosa audiencia que ha tenido la serie en Latinoamérica. Esta intriga policial de factura gallega ha calado especialmente en Argentina y México.
La nueva entrega de O sabor das margaridas es más urbana que la primera y de cara al mercado internacional incorpora algunos “conceptos más globales”. Pero no pierde ni un ápice de su esencia galaica, incide su director, Alex Sampayo, que debuta en esta producción ya bregado en el manejo audiovisual del suspense tras pilotar series como El internado. En una de las escenas, un motorista reparte comida a domicilio. Pero no es pizza, sino empanada.
“Esta es una serie lenta y contemplativa, porque no contamos con presupuesto y tenemos claro que en la acción nos ganan los americanos”, explica Jaber. El estudio del perfil de sus seguidores que realizaron los responsables de O sabor das margaridas en las redes sociales revela que los rasgos más valorados de la primera temporada fueron que la historia abordase un tema real desde una perspectiva crítica y la gran sorpresa del desenlace. Con la segunda entrega pretenden demostrar que su inesperado éxito no fue un golpe de suerte. Prometen otro buen final. “Asumo el reto con templanza”, asegura Sampayo. “Tenemos unos guiones muy buenos y un gran equipo que cree en el proyecto y mantiene la ilusión”.
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