Vargas Llosa y Patricia Llosa |
La casa de Lima, la biblioteca y la de Nueva York: Patricia gana en el divorcio de Mario Vargas Llosa
BIOGRAFÍA DE VARGAS LLOSA
Patricia Llosa y Mario Vargas Llosa |
Mario
y Patricia contrajeron matrimonio en 1965. La pareja, que también son primos,
comenzó su vida marital en París, en un apartamento en la calle Saint Sulpice.
El recuerdo que les traía esa casa hizo que nunca la vendieran. El apartamento
está en una de las zonas más exclusivas de París,
donde el metro cuadrado vale en torno a 10.000 euros. En las cinco décadas de
relación, el matrimonio, casado en régimen de gananciales al tener una unión
que presumían para siempre, invirtió
en viviendas en las ciudades que más frecuentaban. En la calle
Flora de Madrid compraron toda una
planta de un edificio señorial, en Lima vivían en una mansión con dos piscinas
y varios patios que fue derruida para construir apartamentos. La pareja
adquirió uno de ellos, donde estaba su residencia oficial y donde reservaron un
amplio espacio para sus libros. Por último en Nueva
York tienen un cuarto apartamento situado en la planta 46
de un edificio en la esquina de las 57 y la octava avenida. Un 'pisito'
valorado en más de un
millón de euros y donde tuvo lugar el cisma de los Vargas
Llosa.
El
30 de mayo de 2015 celebraron en esa casa las
bodas de oro del matrimonio. Patricia y Mario brindaron
con champagne junto a sus tres
hijos y varios de sus nietos. Una semana después, la revista ¡Hola! salía con la primera portada en la
que Mario e Isabel aparecían saliendo de un almuerzo en muy buena sintonía. Así
comenzó la ruptura familiar.
A
la portada le siguió un comunicado de Patricia Llosa en el que confesaba su
tristeza por la relación de su marido. "Mis hijos y yo estamos sorprendidos y muy apenados por las fotos que
han aparecido en una revista del corazón. Hace apenas una semana estuvimos con
toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados y la
entrega del doctorado de la Universidad de Princeton. Les rogamos respetar
nuestra privacidad".
En las cinco décadas de relación, el matrimonio, casado en régimen de gananciales al tener una unión que presumían para siempre, invirtió en viviendas en las ciudades que más frecuentaban. En la calle Flora de Madrid compraron toda una planta de un edificio señorial, en Lima vivían en una mansión con dos piscinas y varios patios que fue derruida para construir apartamentos. La pareja adquirió uno de ellos, donde estaba su residencia oficial y donde reservaron un amplio espacio para sus libros. Por último en Nueva York tienen un cuarto apartamento situado en la planta 46 de un edificio en la esquina de las 57 y la octava avenida. Un 'pisito' valorado en más de un millón de euros y donde tuvo lugar el cisma de los Vargas Llosa.
Su privacidad la practicó en Madrid, en el piso de la calle
Flora que compartió con Mario hasta que el Nobel hizo las maletas y se instaló
en el hotel Eurobuilding. Patricia pasó el shock inicial acompañada por sus
tres hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana. Con
ellos estuvo de vacaciones en Baleares mientras Mario se marchaba a la isla de Mustique con Isabel Preysler. Por
esas fechas la esposa engañada comenzó a sospechar que lo de su marido y la
Preysler no era un affaire momentáneo. También se enteró de las verdaderas
fechas del amor, que nació antes de que Mario brindase con su mujer por 50 años
de amor.
En
febrero de 2015 Patricia se marchó a Lima a cuidar a su madre nonagenaria.
Mario se quedó en Madrid porque tenía compromisos laborales. Isabel llamó a la
secretaria del escritor para conocer dónde estaría una noche en concreto del
mes.La del 22 de febrero. Fue
la noche de los Oscar. Isabel se presentó en el teatro donde se encontraba
Mario ese día, le saludó y le invitó a compartir la velada de los premios. Y ya
no se separaron. Cuando Vargas Llosa celebró sus bodas de oro llevaba tres
meses en otra cosa.
Pese
a todo, Patricia no dio ningún paso por adelantado. El pasado mes de noviembre
fue Mario quien, después de nueve meses con Isabel, presentó la demanda de divorcio en España. Cegado
por el amor, el escritor ha confesado que este ha sido "el año más
feliz" de su vida y que "la felicidad" tiene el nombre de la
filipina.
Seis
meses de negociaciones tirantes han sido necesarias para
que el ya extinto matrimonio llegara a un acuerdo y firmara el divorcio sin
alargar los trámites ante un juez. Tal y como publicó ayer ABC, la separación se hizo efectiva hace una semana,
coincidiendo con la presencia de Patricia en Madrid. Según ha podido saber La Otra Crónica, la esposa de Mario se ha mostrado muy firme en las negociaciones, aclarando
lo que quería. Guiada por la abogada Elena Zarraluqui, ha conseguido una
importante compensación económica por las cinco décadas que dejó aparcada su
carrera como licenciada en Letras por la Sorbona para administrar el éxito
literario de su marido y la gestión de su vida familiar. Pero sin duda lo mejor
del acuerdo han sido las propiedades que ha conseguido Patricia.
La prima convertida en esposa pasa sus primeros días como soltera en Nueva York,donde está acompañada por su hijo Gonzalo. Ese apartamento, situado en una de las mejores zonas de Manhattan ha sido para ella. También la casa de Lima, la 'joya de la corona', como aseguran a LOC fuentes de su entorno. Además de los enseres de la vivienda, es la que almacena gran parte la biblioteca de Mario. Al Nobel le han quedado para su uso y disfrute la casa de Madrid -ahora no la necesita porque vive con Isabel-, y el apartamento de París.
Un tango de celebración
Patricia está preparada para asistir
como lectora de ¡Hola! a la tercera boda de su ex marido. Sin embargo, parece
que no será tan pronto como Mario desearía. Tal y como explicó a este
suplemento Juan Luis Ortega, miembro del gabinete jurídico Peña Carles
Abogados, "según la legislación peruana, puede reconocerse el divorcio
acordado en España sometiéndolo a un proceso denominado
exequatur en Perú". Ese trámite, a tenor de las palabras de fuentes
jurídicas cercanas a Patricia, "puede demorarse de seis a ocho meses".
Isabel y Mario celebraron el divorcio bailando tango en Buenos Aires, donde
pasaron la semana ya que él presentaba su última novela. La noche del 3 de
mayo, la pareja acudió a una cita organizada por la Fundación Internacional
para la Libertad (FIL) en la sala Gala Tango para hacer uno de los planes más
turísticos. "Vinieron a las 8 de la tarde y
habían reservado todo el pack: clases de tango, cena y show posterior,
estuvieron hasta las once y media, cuando se marcharon a su hotel". Quien
habla es Roberto, el gerente de la sala, que atiende amable a LOC. La FIL pagó
los 211 euros que costó el plan.
Según su experiencia, la pareja fue
muy amable con todo el mundo y se mostraron muy dispuestos a aprender el baile
típico del país. "Practicaron con varios tangos,
durante la clase sonaron cinco o seis diferentes, en todo momento les guiaron
nuestros profesores", explica.
Se ríe al ser preguntado por las
dotes de Mario Vargas Llosa para el baile: "Y... el tango es muy difícil,
le costó un poco". Parece que a Isabel se le dio mejor: "La vi muy
bien". Aunque sólo aprendieran los ocho pasos
básicos, la pareja mostró su química con uno de los bailes más
sensuales que hay: "Sí, parecen estar muy compenetrados".
Destreza aparte, los amantes se
dejaron fotografiar fingiendo ser tanguerosprofesionales.
Dos instantáneas que alguien que estaba presenciando el baile pidió hacerles.
"No me acuerdo quién las tomó, alguno de los miembros del staff", confiesa Roberto. En la primera fotografía
la pareja practica concentrada los pasos. En la segunda, Isabel, con boa de
plumas, levanta la pierna sostenida por su novio. Dos instantáneas tomadas por
alguien de Gala Tango. Dos imágenes que llegaron a la redacción de ¡Hola!
"No sé cómo se publicaron,
imagino que alguien del departamento comercial de la sala
se las haría llegar a la revista", reconoce Roberto tras la
insistencia de este suplemento. Tal y como explicó Tamara Falcó en su último
photocall, Isabel y Mario desconocían que esas fotografías iban a llegar a
alguna revista y pensaban que eran un recuerdo para la sala. "Isabel está muy molesta con la publicación, pensaba que
era una imagen de la intimidad", desvelan fuentes de su entorno. A la
'traición' de su revista de cabecera hay que sumar la inspección de Hacienda.
Le pide explicaciones sobre dos ejercicios fiscales.
"Éramos tres en mi matrimonio,
eso es una multitud". Patricia Llosa puede aplicarse ahora las palabras de
Lady Di. Mientras leen esto, el trío más famoso después del de Inglaterra está
separado. Patricia en Nueva York, Mario en Brasil e Isabel en Madrid.
A los 20 años vivía en Paris en un lugar donde vale 10.000 euros el metro cuadrado. Luego, nunca pararon de comprar propiedades.
ResponderEliminarDe ese modo uno puede llegar a entender el "dererchismo polìtico" por completo extremo de este señor.saludos