Raquel Graciela Fernández
AUTORRETRATO II
No tengo las piernas largas
ni la dentadura perfecta.
Sin embargo,
he caminado mucho
y he mordido
manzanas,
animales,
señores,
papeles aburridos.
Y he digerido ausencia,
tragado cascabeles,
vomitado promesas.
No tengo una voz privilegiada,
ni una cintura augusta como un trono.
No se me da bien
lo de inventar palabras
a lo Oliverio.
No entiendo el teorema de Pitágoras
pero me gusta el vocablo hipotenusa:
está llena de gatos,
de ríos,
de claveles,
como caleidoscopio.
A veces me despierto
a mitad de la noche
y le suplico al hombre
que cose mis retazos
con su aguja de tiempo
un encuentro sin lámparas.
A veces supongo que estoy loca.
No tengo la vergüenza de haber sido
ni el dolor de no ser,
quizás porque no fui
y porque sigo siendo
o quizás porque el tango
me deja tan perpleja como a un pájaro
con las alas cortadas
(si la querías tanto,
¿para qué la dejaste?;
yo no dejo jamás lo que quiero:
yo lo mato).
No tengo un ex – amante que me recuerde con afecto.
Mis ex –amantes me odian.
Lo que es justo,
porque yo los odio a ellos.
No tengo la nariz agraciada,
ni el vientre chato,
ni el ombligo invicto.
Ni siquiera tengo veinte años.
Sin embargo
todavía le enlazo con mi sombra
el fuego del verano.
Y redoblo la apuesta de las lágrimas
cuando intuyo
lo rápido que se seca la sangre.
Muchas gracias por publicarme. Cariños.
ResponderEliminarTodo lo contrario: gracias por tan bello poema.
EliminarInsuperable Raquel !!...abrazos
ResponderEliminarGracias, Raquel, mil gracias.
ResponderEliminar